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¿Y el Estado Laico?
Ricardo Monreal Avila
Parece que fue ayer, pero es una historia de hoy. Cuando Felipe
Calderón asistió al Vaticano en abril de 2011 a la ceremonia de
beatificación de Juan Pablo II y, posteriormente, cuando el Papa
Benedicto XVI estuvo en México (en realidad, en Guanajuato) y el mismo
Calderón sostuvo un encuentro con él en calidad de Jefe de Estado
anfitrión, el PRI cuestionó severamente estos encuentros.
Lo hizo con argumentos jurídicos, políticos e históricos que tenían por
objetivo central defender la reforma constitucional que declaraba
expresamente al Estado Mexicano un “Estado laico” y que acababa de ser
aprobada por el Congreso ese mismo año, con el abierto rechazo de un
sector del clero mexicano, del Yunkismo panista y de la propia
Presidencia de la República.
Hoy que se encuentra despachando en Los Pinos un presidente de
extracción priísta, este partido metió en el baúl de los cachivaches
toda la defensa del Estado laico y en su lugar sacó las matracas y las
porras para aplaudir y reverenciar el viaje de Enrique Peña Nieto al
Vaticano y su asistencia a la misa inaugural del Papa Francisco.
En aquel momento escribí un artículo que hoy retomo en su argumentación
central con un solo cambio: donde decía Felipe Calderón ahora dice
Enrique Peña Nieto. Una prueba más de que PRI y PAN podrán diferenciarse
en las formas, pero en el fondo son lo mismo.
“La Presidencia de la República anunció que el señor Enrique Peña Nieto
asistirá al Vaticano a la misa inaugural del Papa Francisco, en su
calidad de Jefe del Estado Mexicano. Es decir, asistirá en visita
oficial, con la representación del gobierno y del pueblo de México.
“Esta decisión viola el espíritu de la reciente reforma al artículo 40
constitucional promovida por la Cámara de Diputados para incorporar la
palabra “laico” a la definición de nuestro régimen político: “Es
voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República laica,
representativa, democrática, federal, compuesta de Estados libres y
soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en
la Federación establecida según los principios de esta ley fundamental”.
“El laicismo mexicano consagrado en la Constitución no es
fundamentalista ni anticlerical. Es decir, no prohíbe a los jefes de
Estado profesar en lo personal creencia religiosa alguna; lo que mandata
de manera expresa a los servidores públicos de todos los niveles es
separar sus profesiones de fe personales de su función pública como
autoridades y representantes de la República.
“Esto significa que, en la esfera privada, el titular del Ejecutivo
puede practicar el culto religioso que más le convenza: católico,
protestante, musulmán o el agnosticismo; en contraparte, en la esfera
pública, tiene que ser laico, es decir, independiente, autónomo y al
margen de cualesquier religión. Ello, con el fin de garantizar la
imparcialidad, objetividad, neutralidad, tolerancia y certeza de la
autoridad frente a una sociedad religiosa y culturalmente plural.
“El laicismo es, en este sentido, una doble garantía de protección
constitucional: tanto para las religiones frente a un Estado con
pretensiones confesionales; como para el Estado democrático mismo,
frente a religiones fundamentalistas, integracionistas o totalitarias.
“La oficina presidencial podrá argumentar que la mayor parte del pueblo
mexicano es católico, apostólico y romano, y que reconoce la influencia
espiritual de los Papas en la mayoría de los gobernados; por ello, la
asistencia del señor Peña Nieto al Vaticano está justificada y es
obligada. Sin embargo, la laicidad no es un asunto cuantitativo de
mayorías, sino cualitativo de tolerancia, protección y tutela de los
derechos de las minorías religiosas.
“Desde esta perspectiva, el señor Enrique Peña tiene derecho a asistir a
la misa inaugural del Pontificado del Papa Francisco en calidad de
ciudadano mexicano, sufragando sus propios gastos y mediante un permiso
laboral de por medio. Lo que no puede hacer, dada la laicidad del Estado
mexicano mandatada por la Constitución, es asistir como Jefe de Estado,
con recursos, transporte y comitiva oficiales.
“Si asiste como ‘Jefe de Estado’ a esta ceremonia en el Vaticano, tendrá
que honrar también el resto de las invitaciones que lleguen a
extenderle las más de 20 religiones que actualmente se profesan de
manera activa en el mundo y se practican en México; incluida la
Cienciología que profesan Madonna y John Travolta; o el neopaganismo
sudafricano; o el Rastafarianismo caribeño o el Santerismo cubano. Por
ello, lo más conveniente es tomar distancia frente a todas ellas, sin
favoritismo de ninguna clase, con respeto y tolerancia hacia estas
profesiones; valores culturales que precisamente garantiza el laicismo.
“Desafortunadamente, hay una creciente confusión entre lo público y lo
religioso, no sólo a nivel del Ejecutivo Federal, sino en algunas
entidades de la República. Hace apenas dos años Los mandatarios de
Jalisco y Guanajuato, Emilio González Márquez y Juan Manuel Oliva
Ramírez, emprendieron un proceso de desincorporación de recursos
públicos por causa de utilidad religiosa que causaría la envidia de los
gobernadores islamitas del Medio Oriente.
“¿Y qué decir de las religiones no católicas que existen en el país y
que también congregan año con año a miles de ciudadanos mexicanos en
pleno uso de sus derechos de profesión de creencias? En la misma ciudad
de Guadalajara se encuentra la sede de la iglesia ‘La nueva luz del
mundo’, que reúne medio millón de mexicanos cada año. O los testigos de
Jehová que suman dos millones de mexicanos en el país. O los mormones,
que suelen congregar a miles de creyentes en sus celebraciones. ¿Es que
ellos profesan religiones de segunda clase o una suerte de paganismo
moderno?”.
Si a ello agregamos que el mandatario mexicano sostuvo reuniones
privadas en el Vaticano con diversos jerarcas religiosos, de las cuales
no se ha informado nada ni tenemos atisbo de los asuntos de Estado allí
tratados, tenemos que la violación a la laicidad del Estado mexicano es
completa. Pero como estamos en Semana Santa, donde el perdón, la
reconciliación y el olvido son la norma socialmente correcta, nadie ha
dicho nada de este viaje y de la asistencia pública a misa de un
representante de un Estado laico.
Ricardo_monreal_avila@yahoo.com.mx
Twitter: @ricardomonreala
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