¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
El verdugo y Luis XVI
Eliseo Martín Burgos
Cuando el tribunal revolucionario iba a condenar a Luis XVI, se le acercó su defensor llorando; compadecido, el rey comentó.
-Me ha conmovido el dolor de este anciano.
Acto seguido el monarca fue conducido al castillo del Temple donde
relató con detalle a su esposa María Antonieta y sus hijos la conclusión
del juicio, les dio las buenas noches y se fue a dormir, tras dar
órdenes de que se le despertase a las 5 de la madrugada. Cuando se
levantó fue conducido al patíbulo donde se dirigió al pueblo, en la
Plaza de la Concordia, declarando que moría inocente y que perdonaba a
quienes lo habían condenado, y tras pedir a Dios que su sangre no cayera
sobre Francia, el verdugo le interrumpió diciendo:
-¡No habéis venido aquí para dar discurso ciudadano, sino para morir!
Ordenó que los tambores apagaran la voz del condenado y momentos después caía la cabeza en la canasta.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca
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