¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Graco no sirve ni para desgobernador
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
A
Graco Luis Ramírez Garrido-Abreu, los electores de Morelos le
concedieron el beneficio de la duda para ocupar el cargo de gobernador
sobre la ola del lópezobradorismo. La era panista había dejado a la
entidad en el total desastre político: inseguridad sangrienta,
corrupción en la administración e ingobernabilidad. Graco ya lo había
intentado con su derecho electoral a salvo por vivir en Cuernavaca. En
el último intento y repito, sobre los hombros de López Obrador, logró
ganar las elecciones. Se le vio con esperanza. Y más cuando se
presentaba como un político que ya había recorrido dos partidos de
izquierda y se había pasado al centro-izquierda del PRD. En cuanto
asumió el cargo le dio la espalda al tabasqueño. Oportunista, se alineó
al peñismo triunfante. Como Rosario Robles, descubrió que su ideología
era priísta. Y así es su modo de actuar, pero al estilo de un PRI
echeverrista o salinista.
El caso es que Morelos está peor que con el PAN por decir lo menos. Más
de la mitad de los bienes inmuebles están a la venta, porque las
delincuencias tienen en la entidad sus centros de operación. Y han
implantado el terror social. Todos los días hay homicidios, secuestros,
amenazas, robo de automóviles. Los habitantes de la capital morelense ya
no salen a las calles después de las 18 horas. Se parapetan en sus
casas y Cuernavaca parece escenario cinematográfico abandonado. Los que
ahí viven y sobreviven ya no soportan el mal gobierno de Graco. Está
peor que un desgobernador. Hay una descomposición total en el
cumplimiento del deber democrático y republicano, que no acata ni hace
cumplir el imperio de las leyes. Morelos es coto privado de las
delincuencias. Sus habitantes se juegan la vida a cada paso.
Aunque ya fue dos veces diputado federal por el PRD de López Obrador, el
desgobernador ya probó que nada tiene de los Gracos romanos. Es un
Graco muy lenguasuelta que habla hasta por los codos, pero ineficiente.
La entidad está hecha un caos. Asegura que hará esto y lo otro, pero
Morelos vive una crisis de conducción. El timón de la nave estatal no
tiene piloto y va al garete. El turismo nacional, internacional y
quienes escogieron Cuernavaca y sus alrededores para vivir o ir de
descanso, están hartos de que no exista paz social. Todo por la
incapacidad de Graco para la administración pública y la gobernabilidad.
Quieren los morelenses que se vaya. Deshacerse de él es la prioridad
política de los ciudadanos.
Graco no tiene formación política, como no sea de merolico politiquero.
Haría bien en renunciar. Pero no lo hará. El sueldo y los privilegios
son mayores. Así que los morelenses van a tener que armarse de valor y
salir a las calles para ejercer su derecho a modificar o alterar su
forma de gobierno; porque no tienen representantes en su Congreso, ya
que los diputados obedecen a Graco, pues en el Estado no hay separación
ni división de poderes. De lo contrario la crisis de ingobernabilidad
puede derivar en una anarquía social que generaría un mayor desastre
económico, en medio de la falta de un gobernador. Graco debe irse. No
sirve ni para desgobernador.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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