Homozapping
La maniobra de Slim
(Primera Parte)
Jenaro Villamil
La tarde del 21 de marzo, el vicepresidente de Grupo Televisa, Bernardo Gómez, montó en cólera ante sus colaboradores al enterarse que América Móvil, del magnate Carlos Slim, había obtenido del Comité Olímpico Internacional la licencia de exclusividad para transmitir en toda América Latina, excepto en Brasil, los contenidos de los Juegos Olímpicos de Río de 2016 y de las Olimpiadas de Invierno de Sochi, Rusia, en 2014.
La compra de los derechos de
exclusividad, que podría ascender a más de 100 millones de dólares, le
permitirá a América Móvil proveer los contenidos de las Olimpiadas en
todas las plataformas de medios de comunicación: radio, televisión
abierta y restringida, internet y telefonía móvil, y obligará a Televisa
a comprarle a su rival más poderoso.
En el
tablero del ajedrez entre los dos grandes monopolios mexicanos, Slim
movió una pieza calve para competir con Grupo Televisa en su propio
terreno: la transmisión de las competencias deportivas, que generan
mayores ingresos publicitarios y rating para la empresa de
Azcárraga Jean. A cambio, Televisa concentró sus esfuerzos en ponerle
todos los candados legislativos posibles como “agente económico
preponderante o con poder sustancial” en la reforma de
telecomunicaciones que se negociaba en la Cámara de Diputados.
Apenas en enero de este año, Azcárraga
Jean anunció nuevas inversiones para incrementar su cobertura deportiva
en 2013, sobre todo en futbol, y lanzar un canal digital en inglés junto
con Univisión y ABC News.
“Estamos lanzando una nueva plataforma
de redes sociales de futbol… donde toda la gente que guste del futbol
pueda meter su contenido”, presumió Azcárraga Jean el 22 de enero, sin
especificar la fecha en que se concretarían ambas iniciativas.
En 2012, Televisa adquirió los derechos
de exclusividad para radio y televisión de los Juegos Olímpicos de
Londres, mientras que el portal Terra los obtuvo para internet. En Río
de Janeiro 2016, tendrán que comprarle a América Móvil, su ex socio y
adversario frontal.
La maniobra de Slim se gestó desde
principios de año. Tras una tensa reunión que sostuvo en Los Pinos con
el primer mandatario Enrique Peña Nieto por las cláusulas de la reforma
constitucional en materia de telecomunicaciones y radiodifusión que
obligará a América Móvil a deshacerse de activos y ser considerado un
agente dominante (ver Proceso No. 1898), Slim dio la orden de conseguir los derechos de transmisión de la Olimpiada.
El enojo de Televisa
La sorpresa fue mayúscula para los altos
ejecutivos de Televisa que mantienen una guerra abierta con Slim desde
2011. Se habían concentrado en presionar en el Consejo Rector del Pacto
por México y en la Cámara de Diputados para que la iniciativa de
reforma, aprobada ese mismo 21 de marzo, mantuviera los candados de
dominancia a Telmex, su futuro competidor en televisión abierta y
restringida.
El enojo de la televisora se reflejó en
la cobertura de su noticiario estelar de Canal 2 de ese mismo día.
Joaquín López Dóriga le dedicó más tiempo al “escándalo” del contrato
con Telmex para distribuir iPads en la Cámara de Diputados que a la
votación del dictamen, aprobado por 414 votos a favor y 50 en contra. “¿Todo esto fue gratis o a cambio de qué?”, editorializó López Dóriga.
Desde antes, Slim dio pistas muy claras
que su estrategia ahora será dominar la distribución de contenidos y
meterse en los terrenos que antes dominaba Grupo Televisa, como son el
futbol, la publicidad y el entretenimiento.
Desde octubre de 2011, Slim adquirió
DLA, firma que desarrolla y distribuye contenidos en América Latina de
grandes productoras norteamericanas como Paramount, Universal, Disney,
Fox, Lionsgate, BBC, Swen, Ledafilms, CDC, Cookie Jar, entre otras.
En agosto de 2012, incursionó en el
futbol mexicano al adquirir el 30 por ciento de los equipos de Pachuca y
León, en sociedad con el empresario Jesús Martínez. En noviembre del
mismo año, Slim pagó 2.6 millones de dólares por la tercera parte del
capital social del equipo español Real Oviedo. En ambos casos, eso le
permitirá tener un asiento en las federaciones respectivas de este
deporte.
A inicios de año, Slim volvió a
sorprender cuando anunció que adquiría por 1,668 millones de pesos toda
la Corporación de Medios Integrales, una de las cuatro filiales de
Corporativo Interamericano de Entretenimiento (CIE), la tenedora de
espacios y derechos publicitarios tanto en inmobiliario urbano como en
estadios de futbol y pantallas digitales, entre otros.
La inversión en CIE aún está pendiente
de ser aprobada por la Comisión Federal de Competencia, el organismo
regulador anti monopolios, que dejará de tener estas funciones en
materia de telecomunicaciones, a partir de la reforma constitucional.
De golpe, América Móvil, el corporativo
más importante de Slim, pasó de ser un gran anunciante para Televisa y
TV Azteca de productos como Telmex, Telcel o Infinitum a rivalizar con
ellos en el mercado de la publicidad que ambas televisoras controlan en
la pantalla comercial mexicana.
Apenas tres días antes de la aprobación
de la reforma de telecomunicaciones, durante su conferencia en el Zócalo
capitalino, donde se instaló la Aldea Digital de América Móvil, el
director de Telmex Internacional, Oscar von Hauske, dio algunas pistas
de la maniobra de Slim. En ese momento, ningún medio lo destacó, salvo
Uno TV, propiedad del magnate telefónico.
Von Hauske dio una conferencia de casi
40 minutos para presumir que América Móvil contaba con cerca de 90 mil
radio bases en todo el continente para dar servicio de telefonía e
Internet, de los cuales 18 mil están en México. Mencionó los 438 mil
kilómetros de fibra óptica de conexión entre Estados Unidos,
Centroamérica y Sudamérica y anunció una inversión en el satélite Star One C3, cuya misión principal “será transmitir los Juegos Olímpicos de Río 2016”.
La inversión en este satélite Star One C3 será
de 260 millones de dólares y fue puesto en órbita en noviembre de 2012,
el mismo mes que Slim expandió sus intereses hacia el futbol español.
En esa misma conferencia en el Zócalo
capitalino, Von Hauske informó que otro proyecto de tecnología y
comunicación de Telmex Internacional será el AMX1, un sistema de cable
submarino, con una longitud de 17,500 kilómetros y que conectará a 7
países. Este cable submarino permitirá proveer servicios de internet en
banda ancha. Su inversión total será de 500 millones de dólares.
La caída en la Bolsa
Las reacciones de beneplácito oficial
de América Móvil con la reforma presentada por Enrique Peña Nieto el 11
de marzo contrastaron con la drástica disminución del valor de las
acciones bursátiles de la compañía de Slim.
En su comunicado, América Móvil hizo “un
amplio reconocimiento” al objetivo de estas reformas que es “ampliar
los derechos de los mexicanos en materia de libertad de expresión,
promoción de la educación y la cultura y acceso a las tecnologías de la
información”.
En ninguno de los cinco párrafos del
comunicado América Móvil hace referencia a la concentración o a la
posibilidad planteada en la reforma al artículo 28 constitucional para
que el nuevo órgano regulador autónomo, la IFETEL, tenga atribuciones
para ordenar la “desincorporación de activos, derechos, partes sociales o
acciones de los agentes económicos” considerados dominantes.
Por el contrario, la compañía reiteró su
compromiso de “continuar invirtiendo intensivamente, compitiendo y
reduciendo los precios al público, como lo ha hecho siempre, buscando
contribuir en forma y fondo con esta iniciativa tan necesaria como
urgente en el sector, en beneficio del desarrollo de las
telecomunicaciones y de México”.
Sin embargo, los inversionistas bursátiles opinaron lo contrario. En cinco días, las acciones de la serie L de América Móvil descendieron de 13.28 por ciento, una pérdida equivalente a los 7 mil 256 millones de dólares. Llegó a su valor más bajo desde julio de 2009.
Las acciones de América Móvil acumulan
una disminución de 24.05 por ciento desde marzo del año pasado, cuando
sus títulos valían 15.30 pesos. En paralelo, Slim, cuya fortuna personal
es valuada en 73 mil millones de dólares por la revista Forbes, perdió
también 2 mil millones de euros en Europa con el desplome de la acción
de la empresa holandesa KPN, donde tiene el 28 por ciento.
Tras conocerse el resultado de la
aprobación de la reforma constitucional en telecomunicaciones y la
compra de los derechos de transmisión de las Olimpiadas de Brasil y
Rusia, los títulos de América Móvil ganaron 1.78 por ciento, al venderse
a 12.57 pesos.
La interpretación de Metanálisis, firma
consultada por los especialistas bursátiles, es que “aún cuando América
Móvil no cuenta con la concesión para ofrecer servicios de televisión,
podrá vender los derechos a cualquier televisora y podrá aprovechar para
transmitir a lo largo de América Latina a través de las nuevas
tecnologías”.
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