¡¡Exijamos lo Imposible!!
Diario Libertad
Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
De plano se pasan…
El que por un lado el ilustre señor Barak Obama haya sometido al Congreso una reforma migratoria (allá las llaman enmiendas) es un tanto cuanto desconcertante…
Vale recordar que don Barak es uno más de los asesinos (éste confeso) que han recibido el “codiciado” Nobel de la Paz. Lo de “codiciado” ha de ser por el dinero que dan con el premio, porque con la clase de personajes a los que han “distinguido” con los otrora prestigiados galardones, es como para no recibirlos, ni de broma ¡vaya!...
Precisamente el mismo día que el New York Times ha publicado que detienen diariamente un promedio de 300 personas, y que las tienen confinadas dos meses y medio, incomunicadas, aisladas totalmente antes de deportarlas, da en qué pensar: ¿Por qué gastan tanto si podrían deportarlos al día siguiente y sin desayunar?…
Pero no hay daños físicos, a nadie se le torturó, se les dio bien de comer, no hubo palabras altisonantes, ni trabajos forzados ni nada que pudiera calificarse como malos tratos, menos tortura. Tenían baños, ropa limpia, personal (de preso ¡claro!) y de cama…
Solo que no todos pueden soportar el silencio absoluto que acaba enfrentando a las personas consigo mismas. Los regresan hasta gordos y desparasitados. Nada pueden decir los temidos Derechos Humanos, los que en México, ni se conocen, y menos se respetan…
Solo que esto se relaciona con la que fue conocida como la matanza de San Fernando, en el Estado de Tamaulipas, donde fueron encontradas decenas de cadáveres de migrantes (hay quienes dicen que fueron 500) con las manos y los pies atados, que fueron brutalmente asesinados a balazos por los Zetas (en México todo lo malo que sucede es por los Zetas; antes no les echan la culpa de la elección de Peña Nieto)…
Y todo esto se supo, porque de entre todos los que fueron acribillados y luego enterrados en fosas múltiples, hubo uno que logró escapar, y relató ante los medios de comunicación desde que iban en un autobús hacia la frontera, cuando fueron detenidos en la carretera y llevados a un sitio donde les dijeron que trabajaran para ellos, pero como se negaron, los acribillaron…
Por supuesto que eso de que no quisieron trabajar para los Zetas, habla muy bien de la reputación de los occisos; pero es poco creíble para personas que salen de sus patrias dispuestos a trabajar en lo que sea; y máxime si van a ganar mucho dinero…
Pero el que como la canción del Caballo prieto azabache, el “Caballo Amigo” al que le dieron tiros de máuser, él haya logrado escapar, solo que con tiros de AK47 y todavía caminar algunos kilómetros hasta que encontró quién lo ayudara, es ya un tanto cuanto heroico…
¿Y qué le diría Usted a sus paisanos? le preguntó el reportero al sobreviviente...
Que no vayan a los EEUU. Que mejor se queden en sus casas, respondió sin titubear, es muy peligroso cruzar por el territorio mexicano para ir a los EEUU (más o menos como los territorios apaches que nos contaban las películas de vaqueros)…
Pero nunca nadie le preguntó cómo es que sabía que habían sido los zetas. ¿Se identificaron antes de dispararles? Ni tampoco cómo es que se desató y pudo huir varios kilómetros con cuando menos un tiro dentro…
Pues eso mismo deben de opinar quienes regresan a sus lugares de origen después de un confinamiento absoluto de 75 días; muchos de ellos ¡trastornados de sus facultades mentales: ¡No vayan a los EEUU!…
Pues siguiendo la línea de pensamiento del sin igual investigador Sherlock Holmes, para saber quién cometió un delito, hay que encontrar quién o quienes salen beneficiados…
Y en ambos casos, en la masacre de San Fernando; al igual lo que sucede con los confinamientos prolongados, los beneficiados son los norteamericanos…
Que si de por sí no andan bien con las cifras del desempleo; con tanto indocumentado las cosas seguramente empeoran, pues a ellos se les paga mucho menos y no pagan impuestos. La disminución de los montos de las remesas hablan por sí mismas del éxito de la operación…
Y todo esto, como si nadie supiera que es lo que hacen en Guantánamo, y como actúan sus marines cuando cegados por el olor de la muerte, el del miedo y el de la sangre, son presas de un frenesí compulsivo que los ciega y los “obliga” a cometer actos brutales…
Pero con esas incongruencias y todavía piensan que les creemos, de plano se pasan…
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
jrbc@diariolibertad.org.mx
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