¡¡Exijamos lo Imposible!!
Estado de los ESTADOS
Lilia Arellano
Reformas S. A.
Avalan reforma a Telecomunicaciones
Inversión extranjera del 100 por ciento
“Nada va a cambiar”: López Obrador
Negocian “Must Carry” y “Must Offer”
Analizarán reforma “sin prisas”
Peña Nieto celebra aprobación de RT
Aumenta inflación y desempleo femenil
“El ejecutivo del Estado moderno no es otra cosa que un comité de administración de los negocios de la burguesía”.- Karl Marx.
El contenido del paquete de reformas que la administración de Enrique
Peña Nieto diseñó y empuja para su aprobación en el Congreso confirma
que su gestión está enfocada en establecer las bases legales –las reglas
del juego- que garanticen las ganancias de los inversionistas
nacionales y extranjeros. El carácter neoliberal de las modificaciones
constitucionales aprobadas hasta ahora, laboral, educativa y
telecomunicaciones, así como las proyectadas en materia financiera,
energética, fiscal y hacendaria, convierten al Ejecutivo Federal en un
mero administrador de un negocio que se llama México, S. A., y al poder
Legislativo en un mero espectador, al imponerse a sus deliberaciones las
negociaciones en el pequeño comité en que se convirtió el “Pacto por
México”, que ha funcionado como un antídoto eficaz a la oposición de
izquierda y derecha en el ámbito legislativo. Así, las Cámaras de
Diputados y de Senadores funcionan como oficialía de partes y su
carácter de equilibrio de poder es anulado en este neogobierno priísta.
La última reforma aprobada, en materia de Telecomunicaciones y
Radiodifusión, confirma lo anterior, pues fue orientada a dejar claras
las reglas del juego a los poderosos concesionarios en
Telecomunicaciones, Radiodifusión y Telefonía, quienes ocuparon dinero y
esfuerzo en influir para que sus intereses no fueran tocados o que las
nuevas reglas no afectarán sus actuales márgenes de ganancia. Lo
lograron, pues los cambios aprobados buscan garantizar únicamente un
campo parejo de competencia, tanto en el sector telecomunicaciones como
en el de la radiodifusión. Hacia esos objetivos se enfocaron las
modificaciones a los artículos 6, 7, 28, 73 y 94 de la Constitución, así
como los 18 artículos transitorios, que permiten al ciento por ciento
la inversión extranjera en telecomunicaciones, lo que fue calificado
como “traición a la Patria” por legisladores del PT y MC. Se mantuvieron
aspectos como la licitación de al menos dos concesionarios de cadenas
de televisión abierta, y una del Estado; la desaparición de la Cofetel,
para dar paso al Ifetel y la Cofeco como órganos autónomos y con más
dientes para combatir monopolios, así como nuevas reglas para generar
competencia en el mercado de televisión restringida.
“Nada va a cambiar y menos a corto plazo, todo va a seguir igual”,
advirtió el principal líder opositor del país, Andrés Manuel López
Obrador, quien señaló que “es una dictadura que se ejerce a través de la
televisión; el 90 por ciento de los mexicanos se entera por la
televisión; ahí administran la ignorancia del país”. El dirigente del
Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) calificó de “falsos” los
señalamientos de que la reforma a telecomunicaciones dará voz a todos
los opositores y explicó que quienes harán uso de los espacios que se
abrirán serán los “opositores disfrazados, los que no dicen la verdad”.
En su último día de gira por Nayarit, el tabasqueño reiteró que su lucha
se centrará en defender el petróleo y que no se aumente el IVA. Dijo
que intentarán pasarlo del 16 al 19 por ciento “y eso no lo vamos a
permitir, vamos a luchar para que no lo consigan”.
La audiencia, los espectadores, los 110 millones de mexicanos, fueron
sólo eso: testigos de los cambios, a través de los propios medios de
comunicación, sin derecho a voto, ni siquiera a emitir su opinión, pues
sus presuntos representantes en el Palacio de San Lázaro ni siquiera
conocieron el contenido de la reforma, sus modificaciones concertadas
entre las tres principales fuerzas políticas, y sólo supieron de ellas
hasta el momento de votar, acción que también estuvo dirigida por los
coordinadores parlamentarios de sus respectivos partidos, quienes ya
habían comprometido su palabra para aprobarla a como dé lugar el mismo
jueves, aunque la sesión se prolongó hasta la mañana de este viernes. El
pleno aprobó el dictamen en lo general, después de las 22 horas del
jueves, con 414 votos a favor del PRI, PAN, PRD, PVEM, PANAL y un sector
del PT; ocho abstenciones y 50 en contra del Movimiento Ciudadano (MC) y
varios perredistas y petistas.
Con la constante presión de los cabilderos de las televisoras encima, y
la intervención de integrantes del Pacto por México, como los panistas
Juan Molinar Horcasitas y Santiago Creel, y los perredistas Guadalupe
Acosta Naranjo y Jesús Ortega, la Cámara de Diputados aprobó, la
madrugada del viernes, la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión en
lo general y en lo particular, rechazando totalmente las reservas de los
partidos del Trabajo y Movimiento Ciudadano. Tras 17 horas de sesión, a
las 4:11 horas de este viernes, los legisladores terminaron de votar en
lo particular los artículos reservados. No pasó ninguna observación que
no haya sido revisada y cabildeada en el pequeño grupo de negociadores y
coordinadores de las tres principales fuerzas políticas. Todas las
reservas presentadas por los diputados del PRD, PT y Movimiento
Ciudadano fueron desechadas una a una.
La reforma aprobada clarifica las reglas del juego que acota a los
monopolios, genera competencia y abre el sector a la inversión
extranjera al 100 por ciento. Resolvió temas que generaban confrontación
entre los agentes dominantes, al mantener la gratuidad y la no
discriminación para la televisión restringida en la retransmisión de
señales de televisión abierta. Se advierten sanciones a aquellos agentes
preponderantes en radiodifusión que pudieran abusar de las reglas de
gratuidad mediante una relación accionaria, pero no comercial.
La reforma define a los “agentes económicos preponderantes” en
radiodifusión o telecomunicaciones como los que tengan una participación
mayor al 50 por ciento en el mercado. Además de la lista de usuarios,
el tráfico de redes y la capacidad utilizada en las mismas, se añadieron
condiciones como “suscriptores” y “audiencia” para considerar a una
empresa como agente preponderante. También fue avalada la autonomía de
los órganos reguladores Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel)
y la Comisión Federal de Competencia Económica. El Ifetel será el
encargado de aprobar el otorgamiento de concesiones, combatir las
prácticas monopólicas y decidir sobre la preponderancia en el mercado de
los agentes económicos, así como decidir sobre la desagregación de las
empresas dominantes.
La ley, votada la madrugada de este viernes, pasó al Senado de la
República que se conformará como cámara revisora. Para entrar en vigor,
como abarca modificaciones constitucionales, tendrá que ser aprobada
también por la mayoría de los congresos estatales.
LAS REGLAS
La iniciativa enviada por el Pacto por México experimentó importantes
modificaciones entre las que destacan: se cambió que el Presidente dé
una “opinión no vinculante” al Ifetel para el otorgamiento o revocación
de concesiones, para que lo haga el titular de la SCT, cuya opinión será
“técnica”; en cuanto al polémico tema del “Must Carry” y “Must Offer”,
se mantuvo la disposición de que los concesionarios de TV abierta
permitan la retransmisión de su señal, gratuita y sin discriminación, a
los concesionarios de TV restringida y que éstos la emitan de manera
integral. Se específica que “los concesionarios de televisión
restringida vía satélite, sólo deberán retrasmitir obligatoriamente las
señales radiodifundidas de cobertura del 50 por ciento o más del
territorio nacional. Todos los concesionarios de televisión restringida
deberán retransmitir las señales radiodifusoras por instituciones
públicas federales”.
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