Por Esto!
El Show de la realidad
Por Iván de la Nuez
Hay impactos de la realidad en la vida cotidiana que, cada vez más, nos parecen falsos. Como si las tramas más barrocas de la ficción se hubieran internado en lo cotidiano y provocaran la sensación de que vivimos cosas “de película”.
El Padrino, por ejemplo, era un mafioso que delinquía con el objetivo de que la próxima generación Corleone se codeara con el mundo respetable. Don Vito llegó a imaginar un hijo congresista, con la influencia y el poder “legal” que él no había tenido. Ahora, con la corrupción global generalizada, no es difícil encontrar el caso contrario: pasar de oficios y puestos de gobierno supuestamente respetables a verdaderas tramas mafiosas.
Llama la atención cómo los crímenes más horrendos están dando lugar a programas televisivos –“Crímenes imperfectos”, “Asesinos en serie”, “Mujeres asesinas”, “Cops” y otros dedicados a tráficos de todo tipo por mar, tierra y aire- en los que se nos hace hincapié en que todo ocurrió de esa manera, todo “basado en hechos reales”. Es cierto que en ellos hay actores, dobles y recreaciones de los sucesos, pero siempre combinados con entrevistas a víctimas, investigadores y hasta delincuentes.
Steven Seagal, uno de los iconos del cine de acción, ha pasado de dar mamporrazos de ficción a tener un programa en el que persigue delincuentes reales e incluso los atrapa. La serie se llama “Steven Seagal: Lawman”; y en ella este “hombre de la ley” imparte la ídem con métodos algo más convencionales que en su filmes.
Que este tipo de programa se llame Reality Show, donde además de crímenes, las familias o parejas se sacan todo tipo de trapos sucios, nos habla por sí mismo de la vida y de lo real como espectáculo. El Show nuestro de cada día. Algo nos dice, también de cómo una idea tan lúcida de George Orwell –la del Gran Hermano- ha degradado desde una crítica social hasta una sociedad en estado crítico.
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