¡¡Exijamos lo Imposible!!
Violencia invisible en México
(Primera Parte)
Carlos Emilio Ibarra
“Lo importante, y eso lo tenemos todo muy claro, es dar resultados. Y cumplir con el objetivo de darle a la sociedad mexicana paz y tranquilidad”.
Sin ruta
Frente al Consejo de Seguridad Nacional
en la II Sesión Extraordinaria del 17 de diciembre de 2012, Enrique Peña
Nieto (EPN), presentó su “novedosa” estrategia para luchar contra el
crimen organizado. Señaló que la ruta que se tomaría sería bien
planeada, con objetivos consensados, evaluaciones constantes y
resultados. Estos fueron los lineamientos que planteó en torno a la
problemática y que no dicen nada específico ni a la ciudadanía, ni a la
opinión pública. Ahora vayamos a los hechos.
Los primeros 100 días del gobierno de
Enrique Peña Nieto dan cuenta de la estrategia de seguridad nacional. De
acuerdo a la investigación realizada por el semanario ZETA en materia
de homicidios relacionados con el crimen organizado; se han
contabilizado un aproximado de más 4 mil 500 asesinatos.
Esta cifra que el periódico tijuanense reportó, desmiente y confronta
lo que el Sistema Nacional, la Procuraduría General de la República y
algunas ONGs, han presentado.
Si se toma
como parámetro lo acontecido en los primeros meses del mandato de EPN,
es posible entender que la estrategia que va dirigida a dar solución a
la problemática de la violencia –simbólica, física e institucional– en
el país, no es clara, es incluso dudosa la existencia de dicho plan.
El contexto de psicosis en la
ciudadanía, que al final son las víctimas frecuentes debido a su
exposición y vulnerabilidad, toda vez que residen en zonas de conflicto
–enfrentamientos de todos contra todos–, se impone frente a cualquier
justificación que el Estado mexicano pueda comunicar para aminorar un
asunto que ya se extendió desde el sexenio calderonista, hasta al
que ahora preside Enrique Peña Nieto. Ya son más de seis años en los
que la sociedad mexicana ha estado sumergida en esta agresiva coyuntura,
toca preguntarse ahora ¿Qué sigue? ¿Cómo esta impactando en las nuevas
generaciones? ¿Cuándo termina esta lucha? ¿Dónde están los responsables?
¿Un paraíso o un destazadero? Los cercos informativos
Si bien es cierto que el asunto del
análisis, diseño, implementación y evaluación de la política de
seguridad –la ruta a seguir– es relevante, es también importante
estudiar el modo operativo que se ha construido mediante las maquinarias
de comunicación guiadas por el marketing gubernamental en relación con
la misma temática. Este asunto de la manipulación de la información, se
debe continuar poniendo en mesa de debate con el fin de alcanzar en
cierta medida una mejor rendición de cuentas y democratización
informativa.
El control de la información por parte de las instituciones mexicanas se ha dado mediante el uso de cercos informativos,
que son elemento clave para entender la débil democracia en
información; puesto que por un lado permite que las instituciones
simulen que están haciendo su trabajo y por otro lado, les permite
también que simulen estar reportando las cifras reales del desastre
mexicano. De aquí el hecho, que el acceso a las cifras y estadísticas
reales no es permisible; en primera, para los medios que se interesan en relatar e investigar sobre la crisis de inseguridad y en segunda tampoco está al alcance de la ciudadanía mexicana que busca respuestas.
Dos graves violaciones son las que se
pueden detectar: una en materia de rendición de cuentas y otra que lleva
como punto cardinal el derecho que cualquier ciudadano tiene para poder
accesar a la información. En cuanto a lo anterior lo que también
resulta inquietante, no es solo el hecho de que construyan estas cercas
informativas, sino también el que no exista una base de datos en la que
se registren los casos de las víctimas –sean relacionados con el
narcotráfico o sean éstos, por daños colaterales-, debido a la
incompetencia institucional. Es preciso aclarar que esto impide el
estudio, análisis e interpretación de este fenómeno social y
subsecuentemente de la elaboración de estrategias alternativas, sí para
dar soluciones temporales, no para dar resultados –un resultado es algo
permanente– como señala el ahora presidente, puesto que no hay
estructura social estática y hay que posicionarse desde una perspectiva
en la que el conflicto siempre será latente.
La campaña gubernamental de EPN lleva la
encomienda de invisibilizar la ola de violencia que ha generado la
crisis de seguridad en México, de ahí el hecho de que los medios de
comunicación pongan un silenciador a las armas que han masacrado a
miles, durante este corto periodo de gobierno.
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