Homozapping
La maniobra de Slim
(Segunda Parte)
Jenaro Villamil
Desde las reuniones del lunes 18 de marzo, en vísperas de que se discutiera la iniciativa de reforma constitucional en la Cámara de Diputados, los principales negociadores del Consejo Rector del Pacto por México, del gobierno federal y de las tres bancadas principales (PRI, PRD y PAN) comenzaron a discutir e incorporar las observaciones de otros legisladores y de especialistas.
“Lo que pude observar fue un gran miedo
de ciertos negociadores al poder de Slim y querer meterle más candados a
la iniciativa”, admitió uno de los testigos del jaloneo que se provocó
durante los días previos a la discusión en el pleno de San Lázaro, la
noche del 21 de marzo.
Todavía en
la mañana de ese jueves representantes del PRI quisieron introducir en
la iniciativa candados para prohibir que agentes dominantes en
telecomunicación participaran en las licitaciones de televisión abierta,
colocar mayores barreras para el must carry y el must offer, establecido
en el artículo octavo transitorio. El senador Javier Corral, en
conferencia de prensa, le llamó la “cláusula Angoitia” a estos candados,
en referencia al otro vicepresidente de Grupo Televisa, Alfonso de
Angoitia.
El su análisis sobre la iniciativa de
reforma, el especialista Jorge Fernando Negrete, director general de
Mediatelecom, advirtió que entre los “claroscuros” de la reforma estaban
las restricciones al must offer y el must carry, así como la definición de “agente económico preponderante”.
“Los conceptos de must carry y must offer (de
la legislación estadounidense) deben ceder su lugar al concepto
jurídico integral de servicio público. Resulta una contradicción que se
busque fortalecer la libertad de expresión y el derecho a las
telecomunicaciones y la radiodifusión y se condicione la gratuidad de
las señales radiodifundidas a los concesionarios con poder sustancial en
el mercado. Un derecho fundamental no admite restricciones, ni siquiera
de tipo económico o regulatorio”, escribió Negrete en su análisis “El
ABC de la Reforma Constitucional a las Telecomunicaciones”.
En el mismo documento, el director de
Mediatelecom criticó que “la definición del agente económico
preponderante sólo contempla servicios de telecomunicaciones (50 por
ciento de participación nacional en número de usuarios, tráfico o
capacidad en redes) y no de radiodifusión. El decreto debe garantizar
criterios propios de radiodifusión como audiencia, publicidad,
producción o distribución de contenidos. De lo contrario, se corre el
riesgo de que la declaración de agente preponderante sólo aplique a los
operadores de telecomunicaciones y no de radiodifusión”.
La misma sugerencia planteó en su
memorándum del 13 de marzo el senador Javier Corral. En su observación
5, de un total de 13, el legislador panista advirtió que era necesario
incorporar los criterios de “concentración en ingresos publicitarios,
audiencia potencial, mercado de distribución de contenidos y zona de
cobertura”.
Finalmente, el dictamen incorporó sólo el criterio de “audiencia” y “suscriptores”. Así quedó en la redacción final:
“Para efectos de lo dispuesto en este
decreto, se considerará como agente económico preponderante, en razón de
su participación nacional en la prestación de servicios de
radiodifusión o telecomunicaciones, a cualquiera que cuente, directa o
indirectamente, con una participación nacional mayor al 50 por ciento,
medido este porcentaje ya sea por el número de usuarios, suscriptores,
audiencia, por el tráfico de sus redes o por la capacidad utilizada de
las mismas de acuerdo con los datos con que disponga el Instituto
Federal de Telecomunicaciones”.
Otro candado asimétrico, según el
especialista Jorge Fernando Negrete, es la llamada “desagregación
efectiva de la red local del agente predominante en servicios fijos
(Telmex) para que los competidores puedan hacer uso de los elementos que
la integran”.
De acuerdo con el director de
Mediatelecom, “esta política no crea incentivos a la inversión y a la
innovación, como declaró el presidente Peña Nieto en su discurso.
Asimismo, los competidores gozarán de un subsidio directo a sus
tesorerías y no verán ningún estímulo para invertir en nuevas redes”.
“La desagregación y compartición de
infraestructura se opone a la cobertura universal de los servicios de
telecomunicaciones, porque éstos sólo pueden prestarse donde existe
infraestructura disponible. Si se desagrega la red de Telmex, la
competencia será sólo en los mercados donde ya existe competencia y una
oferta de servicios y no en zonas rurales o marginadas”, explicó el
especialista.
TV restringida, el pastel en disputa
La verdadera batalla entre Grupo
Televisa y América Móvil es en el terreno de la televisión restringida,
tanto vía cable como vía satelital.
Durante todo el sexenio de Felipe
Calderón, el crecimiento del número de abonados a los sistemas de
televisión restringida se caracterizó por una creciente concentración de
Televisa en el sistema de cable y la rudeza contra Grupo Dish,
competidor de Sky, también de Azcárraga Jean.
De acuerdo con datos aportados por el
especialista Ramiro Tovar, al cierre de 2012 existían un total de 10.9
millones de hogares con televisión restringida: 4.4 millones vía cable y
6.5 vía satélite. De los primeros, el 55 por ciento están en alguno de
los sistemas dominados por Grupo Televisa: Cablevisión, Cablemás o
Cablevisión Monterrey. Este grado de concentración se incrementa a 80
por ciento, al sumarse la alianza con Megacable, de la familia Yamuni.
De los 6.5 millones de abonados en
televisión satelital, Sky tiene el 66 por ciento y Grupo Dish el 30 por
ciento, según Tovar. Este es el sector más dinámico. Creció 27 por
ciento entre 2011 y 2012.
Si América Móvil ingresa al mercado de
la televisión restringida, de manera directa, los números cambiarán
sustancialmente. Telmex posee 19 millones de líneas telefónicas
actualmente. Se calcula que, al menos, la mitad pueden convertirse en
señales también de televisión por cable, es decir, 9.5 millones de
nuevos abonados.
Estos 9.5 millones duplicaría la cifra
actual de 10.9 millones de hogares que actualmente tienen televisión
restringida y es más del doble de los 4.4 millones que tienen sistema de
televisión por cable.
“Imaginemos lo que esto tendría de
impacto para disminuir los precios de los servicios de televisión
restringida”, aventuró el especialista Ramiro Tovar.
De acuerdo con datos de Cofetel, en 2010
la inversion en televisión restringida fue de 1,091 millones de
dólares, que disminuyó a 870.6 y 850 millones de dólares, entre 2011 y
2012, respectivamente.
Esta disminución coincidió con el
periodo de mayor disputa entre América Móvil, por un lado, y Televisa y
TV Azteca, por el otro. En estos dos años, Telcel y Telmex dejaron de
anunciarse en las pantallas de televisión abierta, a raíz de un
conflicto por las tarifas publicitarias.
Ahora, América Móvil se convertirá en
otra plataforma de distribución de contenidos y de publicidad en
televisión abierta y restringida. Y su ingreso al mercado televisivo en
México prefigura una batalla aún más dura, a pesar de la reforma
constitucional.
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