domingo, 1 de febrero de 2015

Por lo visto Videgaray ya no pudo ni podrá

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Recorte al gasto: del “ se puede” al no se pudo

En diciembre de 2012, cuando apenas se cumplían cuatro días del inicio del nuevo gobierno federal, la Presidencia de la República, encabezada por el priísta Enrique Peña Nieto, lanzó por la televisión, la radio y la Internet un spot de 60 segundos que de inmediato fijó la atención nacional y en el que sintetizaba su plan de gobierno.

En el comercial que promocionaba la llegada del nuevo equipo a la administración del país, un hombre joven hacía una serie de comparaciones entre los fracasos [“entonces no se puede”, decía al final de cada caso citado] y los éxitos logrados por México y los mexicanos [“entoncesse puede”, afirmaba].

“Tenemos riquezas que otros no tienen: petróleo, plata, bellezas naturales. Entonces se puede. Tenemos las ideas y las ganas para transformar al país. Entonces se puede. Tenemos la energía, tenemos el compromiso para mover a México. Entonces se puede. Somos México, tenemos una firme convicción… se puede”, concluía el joven protagonista del video, guapo y decidido.

Sin embargo, en esta semana que termina y cuando el sexenio está ya en su tercer año, los mexicanos perciben que el actual gobierno no ha podido y, peor aún, ya no podrá cumplir con sus promesas de lograr paz y bienestar para los mexicanos.

Dos de las más sentidas exigencias de la sociedad mexicana, y de múltiples organismos civiles y gobiernos de países en el extranjero, no han podido ser resueltas: frenar la inseguridad y mejorar las condiciones económicas, como prioridades para alcanzar con mayor rapidez el desarrollo.

Tampoco se ha cumplido otro añejo reclamo de la ciudadanía: frenar la corrupción y la impunidad, que se han instaurado como dos de los problemas más graves del país para alcanzar la justicia social y reforzar el Estado de Derecho.

En los primeros 25 meses de este sexenio, los escándalos de corrupción se han vuelto el pan de cada día y, encima, son los funcionarios de más alto rango los que hoy los protagonizan, como es el caso del propio Presidente Peña Nieto y su familia, así como uno de sus hombres más cercanos: Luis Videgaray Caso, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Videgaray Caso, quien en la campaña presidencial de 2012 y, luego, al iniciar este sexenio, fue considerado como “el cerebro” del equipo presidencial, el “hombre fuerte” del gabinete e incluso uno de los priistas con mayores posibilidades de llegar a la candidatura presidencia en 2018, simboliza uno de los mayores fracasos del la actual administración.

En sus manos, la política económica del país ha ido dando tumbos hasta, incluso, poner en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas. Sus decisiones, desde el inicio del gobierno federal priista, han confirmado que no, que Videgaray no era aquel que se vendió como el “cerebro” ni el “hombre fuerte” ni mucho menos “presidenciable”.

Por el contrario, entre sus contradicciones y yerros en la SHCP [desde frenar al gasto público y secar al sector productivo, imponer una Reforma Fiscal que implicó mayores impuestos para una población ya de por con bolsillos vacíos, disparar la deuda a niveles históricos y, muy grave, protagonizar un escándalo de supuesto conflicto de interés con un empresario beneficiado por contratos del gobierno], la economía en México se encuentra en su peor momento desde hace 20 años.

Además, las condiciones que hoy se tienen a nivel mundialy que no se tenían en diciembre de 2012, cuando se debió arrancar con todos los proyectos de infraestructura planteados, para reactivar la economía y generar empleosno ayudarán a que el país salga del hoyo en que se encuentra. Más aún, por desgracia y con la política económica en manos de un equipo ineficiente, provocarán que el boquete se haga más grande.

El viernes pasado, Luis Videgaray anunció lo que ya muchos analistas económicos y financieros habían advertido: un recorte al gasto público, como consecuencia de los bajos precios del petróleo, que será de 124 mil 300 millones de pesos. Además, para 2016, el presupuesto no será inicial, sino que se realizará con base cero y comenzará a trabajarse desde ahora.

Este recorte representa 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y le pegará, además, a las dos únicas empresas “rentables” que le quedaban al Estado pero que, tras la Reforma Energética promovida por Peña Nieto y el propio Videgaray Caso, ahora están endebles y a merced de la inversión privada, más acostumbrada a competir: Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). El ajuste en Pemex será de 62 mil millones de pesos, mientras que para la CFE será de 10 mil millones de pesos.

Por si fuera poco, Videgaray anunció que la cacareada promesa de “Mover a México” con la construcción de grandes obras de infraestructura, como el Tren de Alta Velocidad México-Querétaro y el Tren Transpeninsular Yucatán-Quintana Roo, están suspendidas, en el primer caso, y de plano cancelada, en el segundo.

El argumento del Secretario de Hacienda es que estas medidas se tomaron “por encima de cualquier coyuntura, para proteger la estabilidad y proteger la economía de las familias mexicanas”. Además, insistió, el impacto del recorte al gasto será “marginal” y México crecerá este año entre 3.3 y 4.2 por ciento. Pero, recuerde, que desde diciembre de 2012, cuando el político priista ofreció su primera proyección de crecimiento para el país, ninguna de ellas se ha cumplido.

El problema, han dicho muchas veces los expertos financieros y los empresarios, no es si el gasto público se ajusta o, incluso, si se va a las nubes. El problema real es que ese gasto no se destina, con eficiencia y una clara rendición de cuentas, a proyectos productivos. Entonces, la mala calidad en la aplicación de ese gasto, más la corrupción que impera en todos los niveles del gobierno, hacen que ninguno alcance, que ninguno sirva para impulsar empleos y que ninguno genere bienestar a las familias.

A estas alturas, y entrados ya en la mitad del sexenio, estos funcionarios y sus políticas públicas han mostrado que “entonces no se puede”. Podrían ahora mismo ser los protagonistas de aquel spot lanzado en diciembre de 2012, en el lado de los fracasos. Y no se necesita ser un genio, ni haber estudiado un doctorado en Economíacomo el que hizo Luis Videgaray Caso en el Massachusetts Institute of Technology (MIT)– para saber que nada ha mejorado: ni la economía, ni la seguridad, ni la lucha anticorrupción, ni la salud, ni la educación, ni el respeto a los derechos humanos de los mexicanos.

Así, entonces, no se puede; y al parecer, al menos en este gobierno, ya no se pudo
(SINEMBARGO.MX)

No hay comentarios: