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El PAN: origen y desastre
Sanjuana Martínez
Para entender la actual crisis del PAN hay que remontarse a sus orígenes
y particularmente a la especial participación de cristeros, la Unión
Nacional, la Unión Nacional Sinarquista, y su estrecha relación con la
Iglesia Católica y la Falange Española de las JONS, en su fundación en
1939.
Esta parte ideológica fundacional del Partido Acción Nacional y sus
principios fue consignada en documentación desclasificada por la Marina
de Estados Unidos en 1941. Son textos que hacen referencias claras a la
vertiente doctrinaria del PAN con el fascismo, cercano al
nacionalsocialismo fundado por Adolfo Hitler, algo que lamentablemente
aún perdura en el PAN.
Y para muestra un botón: los grupos de extrema derecha han creado
agrupaciones clandestinas, como México Despierta, fundada por Juan Iván
Peña Neder, coordinador de Asesores de Abraham González, Subsecretario
de Gobernación durante el gobierno panista de Felipe Calderón.
Hay que recordar que Peña Neder, denunciado por su ex esposa por
violación, estaba acompañado en esta organización secreta filofascista
por Carlos Villar Erives, ex funcionario en la Secretaría de la Función
Pública, y Rafael Mendoza.
Ellos, originarios de Chihuahua, fueron extendiendo sus adeptos en el
Distrito Federal y Guadalajara, –en esta última ciudad con la ayuda de
los famosos Tecos, considerados como una agrupación de corte nazi que ha
operado desde la Universidad Autónoma de Guadalajara con ilustres
panistas simpatizantes como Francisco Ramírez Acuña, ex Gobernador de
Jalisco y ex Secretario de Gobernación durante el gobierno de Felipe
Calderón–.
De manera preocupante, el poder de los Tecos y su ideología fascista se
ha extendido a lugares tan lejanos como Baja California, donde poco a
poco fueron cooptando parte de la estructura del PAN y de los distintos
gobiernos que han pasado por el poder.
Los ejemplos de ideología fascista han sido consignados, por ejemplo, en
el Estado de México, donde fue elegido Óscar Sánchez Juárez como
dirigente del Partido Acción Nacional y luego rechazado por sus
posiciones ultraderechistas. El político se declaró públicamente
simpatizante de Hitler, de quien admira, su “liderazgo” porque dijo hubo
miles de personas que daban la vida por él.
Ciertamente resulta llamativo que a estas alturas, el nazismo siga
cosechando simpatías a pesar del repudio que produce. En Nuevo León, por
ejemplo, la creación de movimientos ultraderechistas y fascistas está
ligada a una parte del empresariado vinculado al PAN. Estos grupos a
veces han sido armados en “guardias blancas” para proteger a
empresarios, una especie de paramilitarismo de la clase alta muy de moda
actualmente debido a la inseguridad.
De hecho, en Nuevo León nunca han dejado de crearse grupos fascistas y
neonazis. El último se llama la Hemandad Algiz que promueve el
nacionalsocialismo, distribuyendo y pegando panfletos contra
homosexuales y comunistas. Incluso tiene una página en Facebook.
En esta historia de la ultraderecha en México hay una participación de
políticos y empresarios ligados al Partido Acción Nacional como el
llamado Grupo San Nicolás, formado por ilustres panistas, como Zeferino
Salgado, ex alcalde y actual militante del PAN a quien llaman “El
Führer”, como se conoce popularmente a Adolfo Hitler. Es hermano del
actual alcalde, Pablo Salgado, y compañero de Carlos de la Fuente Flores
y el famosos panista Fernando Larrazábal, acusado por corrupción.
Este marco referencial de la historia antidemocrática del PAN nos sirve
para entender las posiciones actuales del dirigente nacional del PAN,
Gustavo Madero, quien notificó a Ernesto Cordero su remoción de la
coordinación del grupo parlamentario en la Cámara de Senadores.
El panista más priísta después de Vicente Fox, ha señalado que posee una
‘‘facultad estatutaria’’ para nombrar al líder de la bancada cuando lo
considere necesario, a pesar de que, 24 de los 38 senadores de Acción
Nacional, le enviaron una carta con firmas para expresarle su respaldo a
Cordero Arroyo.
En la deriva y desastre del PAN se encuentra finalmente esta vertiente
doctrinaria antidemocrática. ¿Cómo podemos esperar democracia interna en
un partido que tiene este tipo de orígenes?
Resulta lógico entonces que el PAN pretenda parecerse cada día más al
PRI. También resulta lógico que Madero tenga una relación más estrecha
con Enrique Peña Nieto e incluso es lógico que ambos ofrezcan detalles
de su fascinación mutua.
Lo sorprendente es que los panistas decentes lo permitan. Y más
sorprendente, que vean cómo el PRI va devorando lentamente al PAN ante
la atenta mirada de sus militantes. Finalmente la crisis interna del PAN
es reflejo de su crisis externa.
No hay que olvidar que el año pasado este partido en cuyos orígenes está
la semilla del autoritarismo, sufrió una de sus peores debacles después
de perder la Presidencia de la República y registró una desbandada
histórica de miles de militantes, encabezados por el priísta Vicente
Fox.
¿Qué pensarán los panistas de bien que ayudaron a crecer a su partido a
base de trabajo y esfuerzo? Si Manuel Gómez Morín, Efraín González Luna,
Adolfo Christlieb Ibarrola y Rafael Preciado Hernández levantaran la
cabeza, vaya sorpresa que se llevarían: el PAN convertido en una mala
copia del PRI.
(SINEMBARGO.MX)
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