viernes, 24 de mayo de 2013

¡¡Maíz transgénico, traición a la Patria!!

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Contralínea
Greenpeace y el maíz transgénico


Calderón aceptó poner a consideración la siembra del maíz transgénico; pero no de la Universidad de Chapingo, de la Universidad Nacional Autónoma de México, ni de biólogos, agrónomos, campesinos y enterados a fondo del asunto. La fecha fue el 26 de febrero del año en curso. Y al pasarle la bola a Peña, este Partido Revolucionario Institucional (PRI) tan de derecha como el Partido Acción Nacional (PAN) debe pronunciarse. Si como ha demostrado, al peñismo le da por “modernizarse” a tontas y locas, a su estilo políticamente autoritario nos va imponer que ese maíz alterado genéticamente, probado en ratas (seguimos los mexicanos como animales de laboratorio), y ya sembrado y consumido en la India, se siembre en Sinaloa, Durango, Oaxaca e Hidalgo.

En Oaxaca, donde las empresas trasnacionales e irresponsables agricultores-empresarios nativos quieren experimentar con ese maíz, el 26 y 27 de abril pasado se celebró la Conferencia sobre la Contaminación Transgénica. Participó la científica hindú: Vandana Shiva y reconocidos personajes de varios países y de México. Hay estudios que lo reprueban. Dicen que no resiste las sequías ni las crisis climáticas. Por el contrario, en el libro Sin maíz no hay país, coordinado por el Comité Sin Maíz no hay País y editado por la Dirección General de Culturas Populares e Indígenas y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), se expone la utilidad de promover el maíz tradicional.
Ahí se planteó que el gobierno federal y de las entidades, no autoricen que los corporativos trasnacionales Monsanto, Agroscience y Pioner, con inversionistas nativos, siembren ese maíz y menos que sea para consumo humano ni animal, pues hay conclusiones técnicas y científicas de que dañaría biológicamente a la tierra donde se siembre y a los consumidores. Ofrecen los que insisten en sembrar ese maíz que su producción por hectárea es superior al maíz tradicional, pasando por alto que no ha probado sus otras supuestas cualidades.
Pero la organización Greenpeace, con una conciencia a toda prueba para impugnar las maldades humanas contra el Medio Ambiente, hace acto de presencia donde quiera que sea necesario cuestionar los actos y omisiones de funcionarios y empresas privadas que dañan nuestro planeta. En acciones espectaculares, heroicas y corriendo toda clase de riesgos, luchan porque tengamos conciencia sobre el problema y para impedir la deforestación, la pesca irracional, la contaminación del aire, etcétera. Todo lo hacen con voluntarios, solicitando donativos, haciendo campañas y convenciéndonos para que paremos las desgracias que nos tienen al borde de una crisis irreversible.
En la ciudad de México, en la víspera de la clausura del período de sesiones del Congreso de la Unión, actuando bajo la coordinación de Aleira Lara, para la campaña Agricultura Sustentable de Greenpeace, se introdujeron pacíficamente al edificio del Senado de la República y dos de sus valientes activistas llamaron la atención de los legisladores con mantas que decían: Maíz transgénico, traición a la Patria, alertando de los peligros sobre este maíz, que empresas nativas y trasnacionales insisten en sembrar en México para alimentar a la población. Ha sido un acto plausible. Y los mexicanos debemos apoyarlo para impedir esa barbarie.

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