¡¡Exijamos lo Imposible!!
Batalla por el poder
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
Reforma política atiende sólo a partidos
Ciudadanos fuera de las negociaciones
Dos rutas, un resultado: reparto de botín
BC: apagón analógico genera protestas
Cierran cerco en torno a Andrés Granier
“Mejorar es cambiar; ser perfecto es cambiar a menudo”.- Winston Churchill
La cruenta lucha por el poder político, el reparto de las prebendas
políticas y económicas que dejan los comicios y la desconfianza entre
las tres principales fuerzas políticas del país, que se convirtieron en
cómplices al firmar el Pacto por México y avalar las reformas
estructurales del gobierno de Enrique Peña Nieto sin analizar el impacto
negativo que tendrían para los trabajadores mexicanos, es el fundamento
de la negociación que habrá de realizarse en la mesa política de dicho
pacto para elaborar una nueva (otra más) reforma política, que más que
una necesidad del país o de su población, se ha convertido en una
necesidad de los propios partidos y sus dirigencias para legitimarse,
puesto que su papel actualmente está sumamente cuestionado por su
ausencia de posicionamientos políticos y escándalos de corrupción.
La mesa de negociación se instaló tres semanas después de que los
dirigentes del PRI, PAN y PRD firmaran un adéndum, en el que se
comprometían a elaborar esta reforma, como consecuencia de las denuncias
que se presentaron por parte del PAN en distintos estados, entre ellos
Veracruz, por el uso de recursos públicos para la compra de votos –que
se han cansado de decir que quieren evitar- e irregularidades con
funcionarios de gobiernos federal y estatales del PRI. La confrontación
caracterizó este inicio. El dirigente panista, Gustavo Madero,
recriminó, en Palacio Nacional, la prevalencia de un “ciclo perverso” de
autoritarismo en los estados. Reprochó que el autoritarismo, la
opacidad y la impunidad se han acuartelado en los gobiernos estatales y
recriminó que el PRI ha bloqueado históricamente las reformas necesarias
para el país.
A 40 días de las elecciones locales en 14 entidades federativas, Madero
reprobó la intervención de los gobiernos en los procesos electorales, la
falta de pluralidad y formación de mayorías democráticas en los
Congresos locales que combaten precisamente las prácticas autoritarias,
la impunidad de los gobernadores y el sometimiento de los medios de
comunicación locales y de las autoridades electorales.
También el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, se quejó de que
México vive en una disfuncionalidad institucional y pidió evitar el
regreso del viejo régimen de partido de Estado o de partido cuasi único,
del poder concentrado en una sola persona, sin equilibrio verdadero de
poderes, fuertemente centralizado, sin federalismo ni municipalismo
real, olvidando que su propia actuación al frente del principal partido
de izquierda del país ha contribuido, grandemente, a la constitución de
ese escenario que ahora critica acremente. Zambrano propuso un nuevo
federalismo, “no ese feudalismo o balcanización en la que derivó el
desarrollo de la pluralidad del país en los años anteriores o, peor aún,
en donde los ejecutivos controlan Congresos locales y órganos
electorales, y se llegan a situar, en ocasiones, como viejos caciques
que se sienten dueños de vidas y haciendas.
El presidente nacional del PRI, César Camacho, respondió a dichos
cuestionamientos y señaló que algo no tan bueno han hecho quienes
habiendo logrado la alternancia no volvieron a beneficiarse con el voto.
Atajó diciendo que “nadie describa un estado de cosas inexistente para
justificar su ineficiencia política, mejor echemos mano de nuestra
capacidad, de nuestra voluntad y talento para satisfacer las necesidades
de los ciudadanos”.
Cabe destacar que esta es la primera mesa que arranca sin iniciativas de
reformas formuladas por los integrantes del Pacto por México y forzada
por las razones enumeradas al principio de estas líneas. Tampoco cuenta
con calendario ni método y tiene la particularidad de que los
desacuerdos entre los partidos políticos forzaron al proceso por dos
caminos distintos: uno, el propuesto por el Consejo Rector del Pacto por
México y el otro, planteado por los partidos Acción Nacional y de la
Revolución Democrática. El Pacto por México informó que trabajará en
tres etapas: la primera, en la que la mesa elaborará las leyes
secundarias de la reforma de 2012, indispensables para que funcionen las
candidaturas independientes, la iniciativa ciudadana y la consulta
popular.
La segunda etapa se ocupará de la redacción de una ley de partidos; y la
tercera de los cambios al régimen político, con medidas como crear
gobiernos de coalición que permitirían a los propios partidos políticos
una participación más amplia del botín en que han convertido al país.
Por otra parte, los senadores del PAN y del PRD, en un acto de
inconformidad ante los posicionamientos de sus dirigencias nacionales
por querer imponer iniciativas al Congreso de la Unión, plantearon otra
“ruta crítica” para elaborar una reforma política, en la que entre otros
temas, contemplan también crear la figura de los gobiernos de
coalición, y otros más como la segunda vuelta electoral y sancionar con
la pérdida del registro a los partidos que permitan a sus candidatos
violar la legislación en materia de elecciones. Su propuesta consta de
30 reformas constitucionales y legales, que pretenden terminar de
redactar el 2 de julio y entregar a la Comisión Permanente del Congreso
un día después.
A pesar de los orígenes, hay muchas coincidencias en ambas propuestas,
entre las que sobresalen crear gobiernos de coalición, una ley de
partidos políticos, concretar la reforma del Distrito Federal, limitar
el fuero de los funcionarios públicos, reglamentar los contratos de
propaganda gubernamental, aprobar las leyes reglamentarias de la reforma
de 2012, y discutir la reelección, en este último punto la diferencia
estriba en que el Pacto sólo prevé analizar la reelección de
legisladores, en tanto que PAN y PRD proponen establecerla tanto para
ellos como para autoridades municipales.
Entre los temas que difieren, sobresale que el Pacto plantea crear una
sola autoridad electoral, mientras que los senadores del PAN y PRD
sugieren la permanencia del actual IFE y que éste pueda organizar
comicios locales cuando se compruebe que un órgano estatal actúa con
“parcialidad o colusión”. El Pacto, también plantea adelantar la toma de
posesión de un presidente del 1 de diciembre al 15 de septiembre, un
punto que los senadores panistas y perredistas no contemplan.
Adicionalmente, los legisladores de oposición proponen adelantar la
fiscalización de gastos de campaña; que un candidato y su partido
pierdan el registro por gastos excesivos; y que se retire la concesión a
un medio que intervenga en elecciones.
Los últimos puntos no los contempla el Pacto, que si hace mención a que
las campañas electorales son largas y costosas, que se revise el reparto
de los tiempos en radio y televisión, así como la fiscalización de
gastos en campañas, con la intención de contar con un informe antes de
entregar las constancias de mayoría.
Hasta el momento, las propuestas exhibidas por los partidos políticos en
general evidencian su interés por legitimarse, situación ésta que cada
día, ante el posicionamiento de sus dirigentes y legisladores ante el
presidente de la República, es sumamente cuestionable y confirma el
temor que tiene a extinguirse al ya no responder al objetivo fundamental
que tienen ante la sociedad.
En estos desencuentros, las fracciones parlamentarias del PRI en el
Senado de la República y en la Cámara de Diputados instaron a los
dirigentes del PAN, Gustavo Madero, y del PRD, Jesús Zambrano, a
presentar las quejas contra el gobierno en las instancias
correspondientes si incurren en violaciones a la ley electoral, en vez
de chantajear con abandonar la mesa del Pacto por México.
Aquí cabe destacar la declaración del senador del PRD, Miguel Barbosa,
quien aseguró que su partido no va a congelar su participación en el
Pacto por México. El legislador subrayó que en el Senado no buscan
rivalizar con el Pacto, sino asumir su papel como parte del Poder
Legislativo.
A pesar de los oscuros intereses partidistas que dan impulso a la
reforma político-electoral, hay un profundo interés de los electores en
ésta, en temas como las candidaturas independientes, la iniciativa
ciudadana y la consulta popular, mecanismos de participación ciudadana
que, sin duda, ayudarían a consolidar la democracia mexicana, muy
lastimada en las últimas elecciones presidenciales. Sin embargo, otros
temas de gran interés para los electores no han sido contemplados en
ninguna de las dos propuestas, ni las del Pacto ni las de los senadores
del PRD y PAN y se refieren a la necesidad urgente de prohibir, por
ejemplo, las mentiras, las falsedades, y el mal uso de los fondos
públicos en actividades proselitistas.
Antes de cerrar por hoy este tema y como ejemplo de la mera lucha por el
poder entre los partidos políticos, cabe destacar la guerra sucia que
se desarrolla en el estado de Baja California, donde los dirigentes que
más se han quejado de la inequidad de las contiendas, Gustavo Madero,
del PAN, y Jesús Zambrano, del PRD, grabaron juntos y promovieron un
spot contra el candidato a gobernador de la coalición Compromiso por
Baja California, que encabeza el PRI, Fernando Castro Trenti. Por cierto
que el coordinador de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones,
salió en defensa de su pupilo, y dijo que es una muestra de que panistas
y perredistas solos no pueden contra su gallo.
DE LOS PASILLOS
El mecanismo es un misterio y parece ser sólo para iniciados y para
quienes tienen excelentes contactos con el poder presidencial en turno.
Sea como sea, ya la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (SCT)
otorgó 49 concesiones de servicios de telecomunicaciones, entre ellas 38
de televisión restringida. ¿A quién? Por supuesto que no lo dijo la
dependencia, pero si informó que los permisos otorgados son para la
comercialización de servicios de telecomunicaciones, asignaciones de uso
oficial, prórroga, modificaciones y cesiones de títulos de concesión y
permisos. En total, se entregaron 38 concesiones para televisión
restringida, las cuales cubrirán 387 localidades en 110 municipios de 20
entidades.
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