¡¡Exijamos lo Imposible!!
De a poco...
María Teresa Jardí
A Rafa y a toda la familia de Chema
Tiempos
del maligno se viven en México y la docena trágica encabezada por un
usurpador a modo de la derecha panista, no cesa con la llegada de un PRI
que está demostrando que no aprendió nada de la lección que el pueblo
intentó darle en el año 2000 al salir a las urnas a votar por Fox.
De a poco se van yendo los mejores que se encuentran alrededor de AMLO.
Apenas tres días después Chema Pérez Gay siguió a Arnoldo en el camino
sin retorno.
Y aunque Jorge Carpizo no se encontraba cerca de AMLO y sí más cerca
cada día del PRD encabezado por los “Chuchos”, buena falta le hace él
también al país con su partida.
Los tres coincidían en la necesidad del cambio a un país respetuoso de
las leyes e integrante de todos sus habitantes a los que el gobierno
debe garantizar seguridad: nacional (soberanía), pública y jurídica y el
Estado una vida que pueda llamarse digna. Los tres creían en el Estado
de Derecho que con justicia social para todos, en México, existiera.
De a poco AMLO se queda cada vez más solo.
Mi padre nos decía que un comunista no tiene vida privada. Que su vida
debe ser como un cristal transparente, que se debía recordar que se era
comunista en el momento de encender un cigarro y en el momento de
apagarlo...
Solo se va quedando AMLO también de hombres que no han entendido que la
vida privada no debe nunca convertirse en circo público.
Es erróneo tornar lo privado en público sin entender que más tarde que temprano nos alcanza de la peor de las maneras.
Ligia de la Borbolla fue compañera mía de generación en la Facultad de
Derecho de la UNAM y, curiosamente, aunque eso no tenga la menor
importancia, nacimos ambas el mismo día del mismo mes y año.
Mujer talentosa como pocas, estudiaba además de la carrera de Derecho al
mismo tiempo la de Filosofía. Y lo hacía a pesar de que cuidaba con
inmenso cariño a su madre enferma y, trabajando criaba, con la plaza de
maestra heredada de la madre, a sus dos hermanos más pequeños que ella.
Se enamoró Ligia de Genaro y es de suponer que él de ella. Pero Ligia
siempre dijo que no quería y que no tendría nunca hijos. Y Góngora, de
suyo mujeriego, quiso tener hijos y no supo conservar su vida privada
sin mezclarla con su trabajo, convirtiendo en pública la parte de su
vida que debió mantener en el ámbito privado.
Ligia era una mujer muy culta y ocupó a lo largo de su vida un alto
puesto de abogada en el grupo ALFA. Genaro fue un juez extraordinario,
un gran magistrado y un buen ministro.
Pero Góngora se ganó a pulso el irrespeto de todos sus cercanos al
mezclar su vida privada con su trabajo. Un hombre indiscreto que eligió
mal a las madres de sus hijos y que además se sometió a sus públicos
caprichos por lo que toca a darles trabajo a su lado. Eligió mujeres
abusadoras que se sintieron siempre por encima de los otros.
Ligia nunca quiso darle el divorcio y Góngora se mantuvo casi hasta el
final al lado de Ligia, seguramente porque era ella la culta.
De la mujer con la que tuvo Góngora los dos hijos autistas, que se
encuentra en la cárcel, los que la conocen y los que la sufrieron,
hablan pestes. Lo que obviamente no debiera servir para encerrar a nadie
en la cárcel.
Aunque igual puedan existir razones para esa medida
extrema tomada por el exministro de la Corte. Góngora está acabado. De a
poco AMLO se va quedando solo...
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