Proceso
Compras de Peña en armas superan los mil mdd: The Washington Post
LA REDACCIÓN
La “fiebre de compras” –como la calificó el Almirante William E. Gortney, del Comando Norte (Northcom), cuartel militar estadunidense que se ocupa de México, al testificar ante el Congreso de su país— es un signo de la intensidad de la guerra contra los cárteles de la droga en varios estados como Tamaulipas, en la frontera con Texas, y en Jalisco, contra el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la cual va ascendiendo, señaló el diario.
En su comparecencia ante el Congreso estadunidense, Gortney dijo que la “fiebre de compras” de México representaba un “aumento de 100 veces más que la realizada en años anteriores”.
Iñigo Guevara Moyano, un consultor de defensa mexicana con sede en Washington, dijo por su parte al TWP que las operaciones de compra de armamento “han llevado a un rápido incremento en los gastos de defensa de México en la mayor parte de la década pasada. Desde 2006, el gasto se ha triplicado, de 2.6 mil millones dólares a siete mil 900 millones este año”, dijo.
A pesar del crecimiento, matizó, México gasta menos que muchos otros países del hemisferio, sólo 0.51% del Producto Interno Bruto, en comparación con un promedio latinoamericano de 1.31%.
Sin embargo, consultores privados a los que acudió el rotativo, creen que las ventas podrían ser del doble: de hasta dos mil millones de dólares.
Sólo la fábrica de armas alemana Heckler & Koch (H&K), que fue acusada de vender a México los fusiles empleados en la matanza y desaparición de normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, suministró muchos más fusiles G36 a México de los que divulgó en su informe anual, según una nota publicada el pasado 6 de febrero por el semanario alemán Der Spiegel.
La empresa germana reportó la exportación de unos 10 mil 100 fusiles de asalto a México, unos mil 500 más que los declarados, publicó la revista alemana.
En su texto, Joshua Partlow, corresponsal de TWP, recordó cómo recientemente 27 vagones llenos de municiones cruzaron hacia el lado mexicano con una carga que contenía 30 millones de balas y seguido por flotas de helicópteros Black Hawk y miles de vehículos Humvees.
En total: mil millones de dólares en equipo militar estadunidense vendido a México en los últimos dos años, según fuentes gubernamentales citadas por el diario.
A ello se aúnan las ventas ilegales, señala TWP, y recordó que recientemente, dos miembros en activo de la Guardia Nacional del Ejército de Estados Unidos fueron arrestados en San Diego por vender armas de fuego, cartuchos de municiones en cajas selladas y chalecos blindados a integrantes de cárteles mexicanos.
En esa ocasión fueron detenidos Jaime Casillas, de 22 años, y Andrew Reyes, de 34, luego de una operación encubierta realizada por agentes del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) que duró ocho meses.
Con todo ello, consultores privados también consultados por TWP, afirmaron que las ventas podrían ser de hasta dos mil millones de dólares.
El diario estadunidense refirió que diversos funcionarios estadounidenses han “elogiado” estas ventas militares y las han calificado como “sin precedentes”.
El Comandante Gortney, del Northcom, por ejemplo, dijo que el acercamiento de México al Departamento de Defensa estadunidense para comprar equipos militares marcó un “hito histórico” en las relaciones entre ambos países.
Otro funcionario militar, cuyo nombre omite el rotativo, dijo que al inicio de su mandato, Peña Nieto sintió que Estados Unidos había “desparasitado” profundamente su camino en la guerra contra las drogas y México detuvo muchos programas de seguridad.
“Sabíamos que el presidente llegó en realidad a querer centrarse en otras cosas aparte de la seguridad (pero) se dio cuenta de que realmente necesitaba poner atención y pagar un montón para la seguridad”, dijo la fuente militar.
Y a partir de ahí, no ha parado de compra armas.
El diario recordó que a finales de 2013, México consultó a Estados Unidos si podría realizar un pedido de municiones de 5.56 milímetros, y la Embajada de EU ayudó a entregar trenes cargados de seis millones de dólares en balas dentro de los 100 días siguientes.
“Este gesto amable rompió el hielo. Ellos (los mexicanos) vieron la capacidad de respuesta de lo que podríamos hacer como socios en las ventas militares extranjeras. Y les gustó”, apuntó el funcionario estadounidense.
Esa venta, continuó TWP, abrió la puerta para compras aún más grandes. El gobierno mexicano pidió dos docenas de helicópteros Blackhawk UH-60 para la Fuerza Aérea y la Armada de México, además de dos mil 200 vehículos Humvees.
“Desde que Peña Nieto llegó al poder a finales de 2012, México ha comprado cerca de 1.5 millones de dólares en equipo a través del programa de ventas militares del gobierno, pero ha adquirido más de dos mil millones más a través de empresas estadunidenses”, dijo al diario Iñigo Guevara Moyano, el consultor de defensa mexicana radicado en Washington.
Según él, todas esas compras han sido “para sustituir los sistemas existentes que promediaron 30 a 40 años de edad y presupuestos drenados a través de los altos costos de mantenimiento y escasa disponibilidad”.
Los gastos de defensa también aumentaron considerablemente bajo el gobierno de Felipe Calderón, lo que refleja la “relación de militares a militares con vencimiento en el plano institucional, independientemente de quién esté en el poder”, señaló el consultor.
Agregó que algunos han sido críticos con las ventas militares de Estados Unidos, sobre todo porque las fuerzas de seguridad mexicanas han sido acusadas de violaciones a los derechos humanos, como en los casos Tlatlaya y Ayotzinapa.
Y citó una investigación escita por John Lindsay-Poland para el Congreso Norteamericano sobre América Latina (NACLA), en el que se estableció que la “militarización masiva” es “una mala noticia para los muchos mexicanos devastados por los abusos de la policía y los soldados”.
Pero otros, finalizó el diario, ven este mantenimiento y modernización militar como necesario: “Es todo un proceso para corregir el desequilibrio. Tener Humvees no afectará la cantidad de respeto que tienen los militares por los derechos humanos”, dijo Alejandro Hope, un analista de seguridad, al diario estadunidense.
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