Propaganda nazi
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
Estrategia para cerrar el periodo
Videgaray y Osorio son operadores
Realidad desmiente a funcionarios
CNTE con todo contra la evaluación
“Promete todo. No tienen memoria”.- Jorge Saldaña
Al igual que esta semana que concluye, los próximos días, semanas y meses seguiremos siendo bombardeados con discursos, anuncios y demás mecanismos propagandísticos sobre lo bien que está el país, lo adecuado de las reformas estructurales que impulsó e implementa la administración federal actual, los fantásticos resultados alcanzados en todos los rubros: economía, seguridad, combate a la pobreza. Se trata, simplemente, de la implementación de propaganda oficial, copia pirata de la alemana nazi, que tiene como postulado máximo el que “una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en verdad”, señalada por el doctor Paul Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Adolfo Hitler.
La actual estrategia de marketing político del régimen de Enrique Peña Nieto, que, al parecer, también padece el “trastorno narcisista de la personalidad”, que le hace buscar adictivamente el reconocimiento y el elogio, y le genera obsesión por su propia imagen, ejecuta dos tácticas básicas fundamentadas en dos principios: el “Principio de la vulgarización”, esto es que “toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tiene gran facilidad para olvidar”. Y el “Principio de Orquestación”, es decir, “la propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”.
Lo anterior está fuera del contexto de la realidad. Los propios organismos e instituciones financieras del país, así como analistas e instituciones financieras internacionales, han subrayado los obstáculos que enfrenta la economía mexicana, han disminuido constantemente su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, y han alertado sobre los riesgos que enfrenta en el corto y mediano plazos la economía nacional.
El propio Banco de México advirtió esta misma semana que se debe hacer un ajuste adicional al gasto si es necesario para cumplir los compromisos anunciados en materia de finanzas públicas, lo que llevará a recortar más el pronóstico del PIB para éste y el próximo año. También alertó de los retos externos, particularmente del inicio del aumento de la tasa de interés en Estados Unidos, que acentuará los retos para la política macroeconómica, por lo que “debe evitarse la autocomplacencia”, precisamente en lo que está cayendo el régimen de Peña Nieto.
Pese a todo, el responsable de las finanzas del país, Luis Videgaray, sigue el mismo esquema propagandístico al insistir en que los primeros resultados de la aplicación de las reformas impulsadas por el gobierno muestran que México va en la dirección correcta, aunque en el proceso se enfrentan resistencias e incertidumbres. Al hablar, el miércoles pasado, en la entrega de un premio a la innovación empresarial concedido por el Banco Santander a jóvenes universitarios, dijo que “el presidente Enrique Peña Nieto encabeza la generación que se ha atrevido a cambiar. Testimonio de ello es que en los dos primeros años de la administración se han logrado cambios que parecían hace apenas algunos años impensables, reformas estructurales profundas que proyectan a México hacia una nueva realidad, hacia una mejor perspectiva de crecimiento, creación de empleos y bienestar”.
Pero la realidad se encarga de desmentirlos. Según los propios datos oficiales, difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la industria manufacturera no contrató personal durante abril de este año, en comparación con marzo, pues quedó en cero, pero en contraste las horas trabajadas de obreros y empleados de las 240 industrias distintas que conforman el sector aumentaron 1.3 por ciento a la par que sus remuneraciones cayeron 0.1 por ciento. Si la comparación se hace con abril del año pasado, el personal manufacturero aumentó 3.2 por ciento, las horas que laboraron incrementaron 3.9 por ciento y sus remuneraciones cayeron 0.3 por ciento, sobre todo porque los salarios de empleados se redujeron 0.8 por ciento y las prestaciones sociales cayeron 0.3 por ciento, en cifras desestacionalizadas.
Otros datos que da este viernes el INEGI, también desmienten el optimismo oficial y el cristal color de rosa que utilizan los miembros del gabinete de Peña Nieto. Por lo que toca a la oferta y demanda global de bienes y servicios en México, crecieron 0.5 por ciento durante el primer trimestre de 2015 en cifras desestacionalizadas, en comparación con el último trimestre de 2014, al llegar a los 23 billones 366 mil 284 millones de pesos. Sin embargo, tal crecimiento equivale a la mitad del aumento de uno por ciento y 0.9 por ciento que la oferta y demanda global del país registraron en el último y primer trimestre del año pasado, respectivamente. Además, el registro del primer trimestre de este año representa el menor incremento en la oferta y demanda desde enero de 2014, ya que en los últimos cuatro trimestres anteriores crecieron 0.9, 1.3, 0.7 y uno por ciento.
Por lo que toca al Producto Interno Bruto (PIB), se calcula que el crecimiento del primer trimestre de este año fue de 0.4 por ciento en términos desestacionalizados, el cual también resulta el más bajo desde igual periodo del año pasado cuando creció 0.5 por ciento, seguido de incrementos de 0.9, 0.5 y 0.7 por ciento para el segundo, tercero y cuarto trimestre de 2014.
Esa es la realidad, aunque la niegue el guión oficial en materia económica.
IGUAL EN POLÍTICA
El mismo comportamiento mantiene el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Aunque México fue ubicado en el sitio 144 –de entre 162 países- del Índice de Paz Global 2015, elaborado por el Instituto para la Economía y Paz (IEP, con sede en Australia, Osorio Chong aseguró que “hoy estamos mucho mejor que antes”, y llamó a leer “con atención” dicho documento. El político hidalguense aseguró que “estamos incluso mejores que otras ciudades de Estados Unidos o América Latina. Hemos venido avanzando, los resultados impactan desde que llegó este gobierno. Es significativo que se den estos resultados, pero hay que leerlos a profundidad porque, sin duda, hay un gran avance en temas de seguridad”.
Al ser entrevistado tras inaugurar el Encuentro Internacional sobre la Reforma al Sistema de Justicia Penal: experiencias comparadas, que tuvo lugar en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Osorio Chong insistió en revisar los indicadores “para ver cómo estábamos y cómo estamos, y a las cifras me atengo. En cada región puedo mostrar las mejoras. Si vemos cómo estábamos en La Laguna, Nuevo León, Chihuahua, Baja California, Durango, Veracruz o Zacatecas y Michoacán. Si vemos cada uno de los delitos que se cometían vemos una disminución en el secuestro de más de 50 por ciento, de la extorsión en más de 60 por ciento”.
Ese es el discurso: “Estábamos mal, estamos bien, vamos a estar mejor”, gracias al gobierno de Peña Nieto.
En ese esquema, el titular de la Segob aseguró que México vive un momento decisivo para arribar a una justicia eficaz, transparente y sobre todo, al alcance de todos. Dijo que: “se trata de lograr una justicia donde la ley se cumpla sin dilaciones y sin pretextos. También dejar atrás los procesos burocráticos que generan desconfianza, lentitud e incertidumbre, con juicios orales justos, transparentes y expeditos, y sobre todo, lograr que las violaciones al debido proceso sean cosa del pasado garantizando el respeto a los derechos fundamentales de víctimas e imputados”.
REFORMAS A LA CORTE
Estado de los ESTADOS
Estrategia para cerrar el periodo
Videgaray y Osorio son operadores
Realidad desmiente a funcionarios
CNTE con todo contra la evaluación
“Promete todo. No tienen memoria”.- Jorge Saldaña
Al igual que esta semana que concluye, los próximos días, semanas y meses seguiremos siendo bombardeados con discursos, anuncios y demás mecanismos propagandísticos sobre lo bien que está el país, lo adecuado de las reformas estructurales que impulsó e implementa la administración federal actual, los fantásticos resultados alcanzados en todos los rubros: economía, seguridad, combate a la pobreza. Se trata, simplemente, de la implementación de propaganda oficial, copia pirata de la alemana nazi, que tiene como postulado máximo el que “una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en verdad”, señalada por el doctor Paul Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Adolfo Hitler.
La actual estrategia de marketing político del régimen de Enrique Peña Nieto, que, al parecer, también padece el “trastorno narcisista de la personalidad”, que le hace buscar adictivamente el reconocimiento y el elogio, y le genera obsesión por su propia imagen, ejecuta dos tácticas básicas fundamentadas en dos principios: el “Principio de la vulgarización”, esto es que “toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tiene gran facilidad para olvidar”. Y el “Principio de Orquestación”, es decir, “la propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”.
Esto explica el contenido de los discursos y posicionamientos últimos del propio Peña Nieto y de sus dos ministros más importantes: Luis Videgaray, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), y Miguel Ángel Osorio Chong, responsable de la política interior como secretario de Gobernación. El miércoles pasado, ante la comunidad libanesa, el presidente Peña Nieto sostuvo que la mayoría alcanzada en las elecciones por el PRI y aliados para integrar la Cámara de Diputados es resultado del desempeño positivo de su gobierno. Presumió una generación de empleos de un millón 300 mil, un fortalecido mercado interno y una alta inversión extranjera. Dijo que la sociedad advierte y entiende los avances en el desarrollo de la economía.
Lo anterior está fuera del contexto de la realidad. Los propios organismos e instituciones financieras del país, así como analistas e instituciones financieras internacionales, han subrayado los obstáculos que enfrenta la economía mexicana, han disminuido constantemente su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, y han alertado sobre los riesgos que enfrenta en el corto y mediano plazos la economía nacional.
El propio Banco de México advirtió esta misma semana que se debe hacer un ajuste adicional al gasto si es necesario para cumplir los compromisos anunciados en materia de finanzas públicas, lo que llevará a recortar más el pronóstico del PIB para éste y el próximo año. También alertó de los retos externos, particularmente del inicio del aumento de la tasa de interés en Estados Unidos, que acentuará los retos para la política macroeconómica, por lo que “debe evitarse la autocomplacencia”, precisamente en lo que está cayendo el régimen de Peña Nieto.
Pese a todo, el responsable de las finanzas del país, Luis Videgaray, sigue el mismo esquema propagandístico al insistir en que los primeros resultados de la aplicación de las reformas impulsadas por el gobierno muestran que México va en la dirección correcta, aunque en el proceso se enfrentan resistencias e incertidumbres. Al hablar, el miércoles pasado, en la entrega de un premio a la innovación empresarial concedido por el Banco Santander a jóvenes universitarios, dijo que “el presidente Enrique Peña Nieto encabeza la generación que se ha atrevido a cambiar. Testimonio de ello es que en los dos primeros años de la administración se han logrado cambios que parecían hace apenas algunos años impensables, reformas estructurales profundas que proyectan a México hacia una nueva realidad, hacia una mejor perspectiva de crecimiento, creación de empleos y bienestar”.
Pero la realidad se encarga de desmentirlos. Según los propios datos oficiales, difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la industria manufacturera no contrató personal durante abril de este año, en comparación con marzo, pues quedó en cero, pero en contraste las horas trabajadas de obreros y empleados de las 240 industrias distintas que conforman el sector aumentaron 1.3 por ciento a la par que sus remuneraciones cayeron 0.1 por ciento. Si la comparación se hace con abril del año pasado, el personal manufacturero aumentó 3.2 por ciento, las horas que laboraron incrementaron 3.9 por ciento y sus remuneraciones cayeron 0.3 por ciento, sobre todo porque los salarios de empleados se redujeron 0.8 por ciento y las prestaciones sociales cayeron 0.3 por ciento, en cifras desestacionalizadas.
Otros datos que da este viernes el INEGI, también desmienten el optimismo oficial y el cristal color de rosa que utilizan los miembros del gabinete de Peña Nieto. Por lo que toca a la oferta y demanda global de bienes y servicios en México, crecieron 0.5 por ciento durante el primer trimestre de 2015 en cifras desestacionalizadas, en comparación con el último trimestre de 2014, al llegar a los 23 billones 366 mil 284 millones de pesos. Sin embargo, tal crecimiento equivale a la mitad del aumento de uno por ciento y 0.9 por ciento que la oferta y demanda global del país registraron en el último y primer trimestre del año pasado, respectivamente. Además, el registro del primer trimestre de este año representa el menor incremento en la oferta y demanda desde enero de 2014, ya que en los últimos cuatro trimestres anteriores crecieron 0.9, 1.3, 0.7 y uno por ciento.
Por lo que toca al Producto Interno Bruto (PIB), se calcula que el crecimiento del primer trimestre de este año fue de 0.4 por ciento en términos desestacionalizados, el cual también resulta el más bajo desde igual periodo del año pasado cuando creció 0.5 por ciento, seguido de incrementos de 0.9, 0.5 y 0.7 por ciento para el segundo, tercero y cuarto trimestre de 2014.
Esa es la realidad, aunque la niegue el guión oficial en materia económica.
IGUAL EN POLÍTICA
El mismo comportamiento mantiene el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Aunque México fue ubicado en el sitio 144 –de entre 162 países- del Índice de Paz Global 2015, elaborado por el Instituto para la Economía y Paz (IEP, con sede en Australia, Osorio Chong aseguró que “hoy estamos mucho mejor que antes”, y llamó a leer “con atención” dicho documento. El político hidalguense aseguró que “estamos incluso mejores que otras ciudades de Estados Unidos o América Latina. Hemos venido avanzando, los resultados impactan desde que llegó este gobierno. Es significativo que se den estos resultados, pero hay que leerlos a profundidad porque, sin duda, hay un gran avance en temas de seguridad”.
Al ser entrevistado tras inaugurar el Encuentro Internacional sobre la Reforma al Sistema de Justicia Penal: experiencias comparadas, que tuvo lugar en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Osorio Chong insistió en revisar los indicadores “para ver cómo estábamos y cómo estamos, y a las cifras me atengo. En cada región puedo mostrar las mejoras. Si vemos cómo estábamos en La Laguna, Nuevo León, Chihuahua, Baja California, Durango, Veracruz o Zacatecas y Michoacán. Si vemos cada uno de los delitos que se cometían vemos una disminución en el secuestro de más de 50 por ciento, de la extorsión en más de 60 por ciento”.
Ese es el discurso: “Estábamos mal, estamos bien, vamos a estar mejor”, gracias al gobierno de Peña Nieto.
En ese esquema, el titular de la Segob aseguró que México vive un momento decisivo para arribar a una justicia eficaz, transparente y sobre todo, al alcance de todos. Dijo que: “se trata de lograr una justicia donde la ley se cumpla sin dilaciones y sin pretextos. También dejar atrás los procesos burocráticos que generan desconfianza, lentitud e incertidumbre, con juicios orales justos, transparentes y expeditos, y sobre todo, lograr que las violaciones al debido proceso sean cosa del pasado garantizando el respeto a los derechos fundamentales de víctimas e imputados”.
REFORMAS A LA CORTE
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