México, ¿de bronco a violento?
Lilia ArellanoEstado de los ESTADOS
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Hay que destacar que el trasfondo del reconocimiento que el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), José Graziano da Silva, hizo a los resultados del presidente Enrique Peña Nieto en la lucha contra el hambre en México “y Mesoamérica”, es el apoyo del gobierno mexicano al brasileño para que este fuera reelecto en ese cargo, respaldo que reveló el propio titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Enrique Martínez Martínez. Así, en tanto que organizaciones internacionales como la FAO felicitan a EPN por haber reducido la hambruna, hecho falaz pues no hay información que sustente que se ha reducido la pobreza extrema en esta administración, otros organismos revelan las deficiencias y omisiones de la gestión del mexiquense.
A pesar de lo que sostiene y presume en sus viajes al extranjero Enrique Peña Nieto, no hay avances significativos en los rubros básicos de la república. Su administración se ha convertido en una copia de la de su antecesor el funesto Felipe Calderón. Sus promesas de regresar a los militares a los cuarteles y devolver la tranquilidad y la paz al territorio nacional se fueron al bote de la basura, en los poco más de dos años de su gestión. Las mediciones de organismos nacionales e internacionales dan cuenta de los pocos avances no sólo en el terreno económico y el respeto a los derechos humanos y la prevalencia del Estado de Derecho en el país, sino en el fracaso para reducir la ola de violencia que azota al territorio nacional desde el gobierno anterior.
México sigue sumido en el conflicto derivado de la declaración de guerra a los cárteles de las drogas, y sus consecuencias las podemos leer todos los días en los diarios nacionales o escucharlas en los noticieros de radio y televisión, por lo que no es extraño que continúa con la peor evaluación de paz de los países de América Central y el Caribe, de acuerdo con el Índice de Paz Global 2015 del Instituto para la Economía y Paz, una organización independiente sin fines de lucro con sede en Sydney y Nueva York. México está ubicado en el lugar 144 de 162 países medidos por este índice que fue publicado por primera vez en 2007. A nivel Centroamérica y el Caribe, la república mexicana se ubica en el sitio 12, es decir en el último lugar.
Este instrumento global, que considera parámetros como niveles de violencia, criminalidad, gasto militar y su participación en guerras, arroja que a nivel continental, Venezuela (142), México (144) y Colombia (146) son los tres únicos países catalogados en la escala de nivel bajo del estado de la paz. Desde el 2008, con Felipe Calderón en el poder, los costos relacionados con el homicidio en México han aumentado 50 por ciento. La permanente guerra contra los cárteles de las drogas ha llevado a un aumento en las pérdidas del Producto Interno Bruto (PIB), derivado de las muertes y los gastos militares.
Nuestro país se ubica dentro de los 10 países con los mayores costos por contención de violencia, ubicándose en el sexto sitio, con una cifra de 221,000 millones de dólares, señalado a través de la paridad del poder adquisitivo. Aunque el informe destaca que en los últimos dos años se ha mostrado una disminución en el crecimiento de la delincuencia violenta, si continúan las tendencias actuales, no es probable que haya una disminución de los costos asociados con los homicidios, de acuerdo con lo que señalan los hallazgos del Índice de Paz 2015.
El informe difundido este miércoles, resalta que el nivel promedio de paz mundial ha disminuido en los últimos ocho años pero esta disminución de la tranquilidad no tiene una distribución uniforme a través de los países y regiones. Los grandes deterioros se concentraron en 86 países, mientras que 76 naciones se volvieron más pacíficas.
En el estudio, que evalúa a 162 naciones y que tiene en cuenta los conflictos, guerras civiles y terrorismo, así como los gastos militares, la violencia policíaca, las tasas de homicidios y la seguridad ciudadana, sobresale el hecho de que hay una mayor brecha entre las naciones europeas ricas y en situación de paz y las regiones pobres de África y en conflicto, lo que refleja un “mundo cada vez más dividido”. Cercano Oriente y el Norte de África se encuentran en la peor situación desde 2008.
El último puesto lo ocupa Siria, sumida desde hace años en una guerra civil, seguida por Irak, Afganistán, Sudán del Sur y la República Centroafricana. El mayor deterioro se registró en Libia, donde actualmente combaten milicias locales y grupos islamistas. El país norafricano se situó en el puesto 149 de los 162. En el puesto 148 se ubica Israel.
Europa, Norteamérica, África Subsahariana, América Central y el Caribe experimentaron mejoras en la paz desde el año pasado. Europa se mantiene como la región más pacífica del mundo, con algunos países registrando niveles históricos con la caída de las tasas de homicidios, de los presupuestos militares y la retirada de las fuerzas armadas de Irak y Afganistán. Los países más pacíficos del mundo son Islandia, Dinamarca y Austria. Entre los primeros países de la lista hay 15 europeos. Alemania se ubica en el puesto 16 y España en el 21.
Ucrania está incluida en la región de Rusia y Euroasia y se ubica en el puesto 150, por delante de Rusia (152). “La creciente rivalidad entre Rusia y Occidente aumenta la posibilidad de que haya más conflictos en la región en los próximos años”, advierten los expertos del Instituto para la Economía y la Paz.
En cuanto a “Sudamérica, vio un deterioro en su puntuación impulsada por incrementos en protestas populares y un aumento en las percepciones de criminalidad”. Perú, Chile y Ecuador registraron mejoras, mientras que las peores puntuaciones fueron para Colombia (146), México (144) y Venezuela (142).
Por lo que respecta a México, pese a que en el IEP del 2014 quedó en el lugar 138 global, la nación conservó un estado similar al año pasado, ello al tomar en cuenta una metodología que empleó este año el IEP.
SEXTETA DE FÉMINAS CON PODER
La primera mujer en llegar a una gubernatura fue doña Griselda Álvarez, más conocida como escritura o poetisa que como política. Maestra de profesión, fue electa gobernadora de Colima en 1979 y en la designación de su candidatura prevaleció, como se ha denunciado en estas líneas en múltiples ocasiones, su cercanía y amistad con el entonces presidente Miguel de la Madrid, nacido también en esa entidad. Fundó varios centros: el de Atención a la Mujer, la Alianza de Mujeres de México y la Asociación Mexicana de Bienestar Social. Ninguna resultó un aporte ni para los colimenses ni para las féminas a nivel nacional.
Al igual que se registra en los antecedentes de quienes han aspirado a la candidatura presidencial, doña Griselda contó con un bisabuelo que fue gobernador, el general Manuel Álvarez, en el año 1857; más adelante, su padre también fue gobernador, Miguel Álvarez García. Y seguramente contó con que otro miembro de su familia, en el siglo XVI, fue gobernador de Puerto Rico. Es probable que estos antecedentes, unidos a la amistad con De la Madrid, lograran su postulación como candidata y garantizaran su triunfo para llegar a la gubernatura, porque de acuerdo a la Constitución de Colima, los postulados deben estar radicados por lo menos cinco años consecutivos anteriores a su nominación y doña Gris, como la llamaban, radicaba en Guadalajara, Jalisco, hasta 24 horas antes de su nominación. Se le recuerda más por su longevidad, ya que vivió hasta los 96 años, que por algún programa o proyecto a favor de sus paisanos. Eso sí, le estamparon el sello de la primera gobernadora.
La siguiente fue doña Beatriz Paredes Rangel, en 1987, postulada también por el PRI, utilizando el nombre de María Lavalle, a la que admiraba para avanzar en su trayectoria. Beatriz Elena Paredes Rangel nunca se tituló y su paso por la Cámara de Diputados se cuenta hasta por cuatro ocasiones, con una más en la de Senadores. En Tlaxcala la recuerdan porque se hizo pública la construcción de un gigantesco baño que contaba con un jacuzzi de desproporcionadas dimensiones y por la colección de premios que le fueron entregados por diversas organizaciones internacionales, con lo cual apuntaló la Embajada en Brasil que hoy ostenta.
La Rangel tampoco es recordada por programas o apoyos al campo sobresalientes. Eso si, fue la primera mujer en dar respuesta a un informe presidencial y en levantar inexplicable algarabía cuando se le designó como embajadora de México en Cuba. Sin hijos, sin marido y sin familia, los seguidores en el ámbito laboral que le sobreviven dicen que está cruzando por una nada agradable etapa.
La yucateca Dulce María Sauri, socióloga egresada de la Iberoamericana, se convirtió en gobernadora sustituta a la salida del gobernador Víctor Manzanilla Schaffer. En esa entidad, no olvidan que condujo el proceso final de la reordenación henequenera, misma que tuvo como epílogo la eliminación del subsidio federal al cultivo y a la producción industrial del henequén. Se privatizaron entonces todos los activos de Cordemex. Como podrá observarse, llegan a la mente de los habitantes de aquella entidad tristes pasajes en los que hasta su participación como secretaria general del tricolor se enmarca con cuentas nada claras. Curiosamente hoy es analítica y crítica priísta.
La Sauri consideró que podría alcanzar una postulación, sin embargo fue Ivonne Ortega Pacheco quien la obtuvo. Nacida en Dzemul, de donde fue presidenta municipal, y diputada local por ese distrito, se presentó en dos elecciones federales antes de contender por la gubernatura, para diputada y senadora. La recuperación de los terrenos donde se asienta Chichén Itzá es uno de los puntos que siguen causando polémica, aunque en esa entidad se le presenta también como impulsora del turismo a través de las telenovelas, particularmente de Televisa, y en ello sobresale también una férrea disciplina demostrada a diario con rigurosas dietas.
Y si bien las cuatro anteriores han surgido de las filas priístas, hay dos más de la por entonces llamada izquierda mexicana. Una de ellas a la que clasificaban como de “izquierda pura” es Amalia Dolores García Medina, gobernadora de Zacatecas, quien mucho cooperó para ahondar más el calificativo de Estado fantasma que, a su llegada, ya merecía esa entidad. Con características de formación ideológica ligadas al perredismo, resultó para muchos inexplicable su acercamiento y displicencia con Vicente Fox, a quien se dedicó a acompañar en muchas de sus giras. Zacatecas la recuerda por el nepotismo demostrado, mismo que resultó superior al públicamente reconocido y, mucho más criticado, que el que acompañó a José López Portillo.
Sin ser considerada gobernadora, aunque cumpliendo las mismas funciones, María del Rosario Robles Berlanga resultó jefa de Gobierno del Distrito Federal en sustitución de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Su trayectoria marcó sus inicios como miembro del STUNAM y como fundadora del PRD. A finales de los 90s, el patrimonio de la actual secretaria de Sedesol lo constituía una casa en Coyoacán, un modesto auto y una exigua cuenta bancaria. Su frase predilecta “tengo las faldas bien puestas” son recordadas como sus amoríos con Carlos Ahumada o el célebre “cochinito” para las campañas perredistas delegacionales, así como por la colocación de la banda presidencial que le hizo Carlos Salinas de Gortari.
El reordenamiento del comercio en la vía pública que intentó resultó un fracaso y tampoco llegaron a buen fin las demandas de los trabajadores de Ruta 100, ni siquiera la investigación que inició contra el último regente capitalino, Oscar Espinosa Villarreal, tuvo éxito y ni que decir de su paso por la presidencia del PRD, donde provocó un endeudamiento del que no han logrado salir.
“La Chayito” en calidad de desempleada, o sea antes de ser designada por Enrique Peña Nieto titular de Sedesol, lo mismo participó en “los monólogos de la vagina” que intentó revivir la alianza empresarial Sosten.
Así las cosas, el sabor de boca del paso de la féminas por las gubernaturas no ha marcado un cambio en estas administraciones y en el ejercicio de la política, sino que las masculinizó al grado de repetir los mismos errores, de incrementar sus patrimonios personales y familiares y, por supuesto, de llevar a sus gobernados a los mismos renglones de pobreza que sus antecesores y sucesores han provocado.
DE LOS PASILLOS
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