No podemos ni debemos ser ingenuos
María Teresa Jardí
Se equivoca el abogado, David Peña, al declarar, en el noticiero de Carmen Aristegui, que la resolución del juez con la que salieron los jóvenes “es impecable y que está fundamentada en los derechos humanos de los acusados”. Impecable habría sido que no los aceptara como presos y los dejara libres porque se los entregaron golpeados.
Declaración producto de la juventud, intuyo, de David Peña, pero no debemos ser ingenuos, no otra vez y menos aún en la situación de dictadura por la que atraviesa México.
El juez Ramírez Gómora, excarceló a los estudiantes, como los encarceló, porque así se lo ordenaron. Y los once quedaron libres porque entre los detenidos uno era chileno.
Impecable habría sido que se hubiera negado a dictar el auto de formal prisión que no procedía como dejó en claro el propio juez de marras.
Pero, repito, si entre los detenidos no se hubiera aprehendido al músico y poeta chileno estudiante de un doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, no habrían dejado libres al resto de estudiantes infamemente consignados, como lo fue el chileno, y aberrantemente encerrados en penales de alta seguridad, como venganza por ser estudiantes.
No podemos ni debemos ser ingenuos, no otra vez, cuando lo que está en juego es el Infierno o la sobrevivencia para millones lo que resta del siglo.
Y al contrario lo que debemos hacer es recuperar la memoria. No olvidar el pasado. Releer la historia de México y de América Latina. Leer o releer incluso la novela actual, vigente, la que denuncia el avance de la ultraderecha de Africa a América pasando por Asia y Europa. Apagar la telebasura y llamar al Paro Nacional para que Peña se vaya, sin esperar que al que pongan no va a ser peor o igual de malo, pero sabiendo que, en tocándoles bolsillo, el pueblo es el que manda. De eso trata el artículo 39 Constitucional. Y como decía muy bien ayer, en nuestro diario POR ESTO!, nuestro compañero Jorge Canto Alcocer con relación a la consignación y excarcelamiento del policía ministerial que entró a la UNAM buscando un celular “robado” y al Ejército entrando a la Universidad de Coahuila y a las falsas promesa de ejemplar castigo... No son “... triunfos del movimiento popular... Los ‘fallos’ en la máquina del terror son parte de una estrategia que, pese a que sus designios son poco claros, tienen por objetivo final aumentar el terror y paralizar las movilizaciones... Son ‘errores´ sembrados, ante los que estamos luchando por la transformación de México debemos, sin retroceder ni un milímetro, extremar las precauciones...”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario