¡¡Exijamos lo Imposible!!
Papado guadalupano
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
Francisco: migrante que perdona
Vaticano: centro de grandes poderes
Unidos: política, economía y religión
Enfrentará Bergoglio grandes retos
Clero: impecable manejo mediático
“La vida sería imposible si todo se recordase. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse”.- R.G. Du Gard
Salió humo blanco y con él se supo que “habemus papam”. Concluyó otro
cónclave y surgió el nombre de otro hombre que, seguramente, pondrá
todos sus esfuerzos por llevar a cabo los cambios y las adecuaciones que
los católicos demandan en el presente. Y es, aquí, donde me parece
prudente hacer una muy clara división. Unos son los aspectos que tienen
relación con la fe, con el conocimiento religioso, con la teología, con
los principios marcados en el Antiguo Testamento y que fueron heredados
al catolicismo, por entonces solamente cristianismo, y otros muy
diferentes, opuestos, los que tienen que ver con el ejercicio del poder
económico y político, del que se ejerce cuando se es jefe del Estado
Vaticano como lo es ahora Jorge Mario Bergoglio, el arzobispo argentino
que decidió adoptar el nombre de Francisco.
En este cónclave, como sabemos, se reúnen más de una centena de
cardenales que representan a la Iglesia católica de todo el mundo. Votan
y quien obtiene la mayoría de sufragios es el elegido. Por lo tanto,
esta selección está hecha por humanos, con todo lo que esto significa.
Posteriormente, esperan la bendición divina, la que le dé el cariz de
designación del Espíritu Santo, de ese punto y acción que habla de la
iluminación que puede o no creerse. Es así que puede llegarse a un punto
en el que se analicen las ventajas, lo que puede esperarse de esta
reciente designación de la máxima jerarquía católica, la que tendrá
repercusiones mundiales, la que enfrenta en la actualidad procesos sin
antecedentes dentro de su historia.
La personalidad mostrada por Jorge Mario Bergoglio, desde los primeros
minutos de su ascenso, es altamente reveladora del porqué de su
designación. Por ser descendiente de italianos, se cubrió esa exigencia
que, en repetidas ocasiones, se escuchó con relación a la petición de
regresarse a Roma a un Papa nacido en esas tierras. El presente está
lleno, saturado mundialmente, de migrantes y Francisco proviene de una
familia de migrantes, por lo que sus llamados a los diferentes gobiernos
en el Mundo para la apertura de fronteras estarán basados en
experiencias propias. Esos grupos, los migrantes, son de fácil
integración a los grupos católicos si se les lleva un lenguaje de
protección, uno que camine en un sentido que si bien no es contrario si
vaya ligado al ejercicio del poder terrenal con el sello Vaticano de por
medio.
Los Jesuitas, en un lenguaje coloquial, representan la “clase media” del
clero, otro punto que permitirá a la Iglesia mostrar un cambio, aunque
cualquier ejemplo se queda corto cuando al mostrarse en público el nuevo
Papa deja de vestir las lujosas prendas, sobre su pecho cuelga un
crucifijo sin piedras preciosas y a la vista podría ser plata. Ese punto
es importante, si consideramos que al momento de enviar la bendición,
quien se encarga del protocolo hace mención de los medios de
comunicación, de los electrónicos, o sea que en un mundo con cientos de
millones de hambrientos se cuidó y, en extremo, mantener la percepción
de una riqueza sin límites dentro de quienes manejan el poder del clero.
La renuncia de Benedicto XVI trajo, consigo, división entre los propios
feligreses y opiniones encontradas en el seno de la Iglesia en todo el
mundo. El pedir una oración por su antecesor fue el mensaje de perdón
que nadie esperaba y si éste se presentó y en voz de Su Santidad, las
voces de muchos habrán de mantenerse, en el futuro, en un silencio
similar al que ha prometido guardar Ratzinger. La solicitud de oración
del pueblo hacia el Papa y la humildad demostrada van en contraste con
un lenguaje, tanto corporal como verbal, que nos revela la presencia de
un político excepcional, de quien tendrá un manejo de relaciones
internacionales e informativo sin precedente y no sólo por los avances
en comunicación del presente, sino por lo demostrado ayer desde que el
mundo conoció el rostro de otro sucesor de Pedro.
Son, en efecto, muchos los retos que tendrá que enfrentar el Papa
Francisco. Pero también, en su elección debió pesar que con todo y su
pasado de sangre italiana se le considera, se le cita como el primer
latinoamericano en llegar a esa altísima posición. En América, se
encuentra ya asentado el mayor número de fieles católicos. En Europa y
los otros continentes han visto disminuir su feligresía y ni qué decir
de la muy vista y sentida baja en el registro de seminaristas de todas
las órdenes. A lo anterior se agrega que a mayor número de seguidores,
también es más voluminoso el depósito de diezmos y limosnas. La futura
estabilidad del catolicismo tiene su raíz, su base, ahora, en América,
en el continente de la Guadalupana habrá de decidirse en el futuro
próximo.
Todo este respaldo tenían que recibirlo para poder hacer frente a lo que
se espera sobre el escándalo de los Vatileaks, de todos los documentos
que Ratzinger entregara a los tres cardenales más ancianos para que los
estudiaran y le fueran entregados a su sucesor. Es, a partir de este
hecho, que se escuchó decir a Benedicto XVI que ya no tenía la fuerza
suficiente para enfrentar el presente. El Papa Francisco no es
precisamente un hombre joven o siquiera maduro, sin embargo a sus 76
años se muestra sano, fuerte, erguido y seguramente habrá de explotar la
llave con la que lo dotó la naturaleza: su sonrisa.
Los retos que habrá que enfrentar no son pocos, entre los que sobresalen
los escándalos de pederastia, abusos sexuales y la posible existencia
de una red clandestina que filtra información privada sobre lo que
sucede en la Santa Sede. El Papa Francisco tendrá que lidiar con la
“corrupción” y “mala administración” de varios departamentos de la
Iglesia. Tiene, para empezar, la posible existencia de dos informes de
300 páginas, ordenadas internamente por su antecesor Ratzinger, y que
recogerían los detalles sobre las prácticas inapropiadas de la curia.
OTROS OPINAN
Don Jorge Saldaña, como es sabido, recibió instrucción religiosa, dentro
del catolicismo y al ser entrevistado sobre la llegada de Francisco al
Papado, hizo hincapié en la serie de problemas que habrá de enfrentar y
de entre ellos, el que tiene relación con los sacerdotes. Se cuestiona, a
sí mismo, sobre si es necesario un mayor número de ellos o que lleguen a
ordenarse quienes realmente tienen vocación religiosa y de servicio.
Habla de la pederastia y del papel que han jugado los sacerdotes en
estos reprochables e imperdonables actos. “Una Iglesia exterior de
impensario y capa pluvial no significa nada, y nada significa en cuanto a
que decenas de curas pederastas deambulen por el mundo dando pena y
vergüenza. De qué sirve que haya muchos curas para juntar economías,
cuando lo que deben hacer es el bien. Al respecto, acabo de leer a
Solalinde y nadie puede dudar de su cristiandad”.
Habló de otro de los grandes retos, del Papa Francisco, centrado en la
pérdida de la esencia fundamental de la Iglesia. Mencionó un libro cuyo
título es “En los corredores del Vaticano”, de Gordon Thomas y Max
Morgan Witts, en el que, dice, se habla de cuando la Iglesia encontró en
el IOR (Instituto para las Obras de Religión), que es una organización
que suple al Banco Vaticano, datos que confirmaban que tenían
inversiones en el Casino de Montecarlo; que habían comprado parte de la
fábrica de armamentos Beretta y que poseían acciones en una sociedad
canadiense fabricante de píldoras anticonceptivas. Todo esto provocó la
caída del entonces potente y prepotente Paul Marcinkus. De ahí que,
agregó, se juntan temas a los que tendrá que hacer frente el nuevo Papa.
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