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Por Esto!
Cien días de ejecuciones
Adela Navarro Bello
Todos
los días al Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, le
llega una tarjeta donde le indican el número de ejecutados en el país,
por estado y en las últimas 24 horas. Él dice, y el gobierno federal
insiste en que debemos de creerle, dado que cerraron los canales de
comunicación en los estados y acabaron con la transparencia estadística
en portales locales y federales, que son un promedio de 18 a 23
ejecutados por día, la media resultaría en 20 y en cien días habrían
registrado dos mil muertos producto del crimen organizado y el
narcotráfico –que son los que se cuentan–.
La realidad, confirmando con Procuradurías de los Estados, Secretarías
de Seguridad Pública locales –la federal fue eliminada por el gobierno
de Enrique Peña Nieto y al desagüe también se fueron las estadísticas
nacionales que esa instancia llevaba– y con periódicos en las entidades
federativas, es que en los primeros cien días de gobierno de Peña la
cifra de ejecutados rebasó los 4,500.
Este año, llegar a una suma aproximada de las ejecuciones ha sido más
difícil precisamente por el ocultamiento de información por parte del
gobierno federal, pues no sólo ha cerrado la llave de la información en
su ámbito nacional, sino en una colaboración con los gobernadores que
parece más una sumicion estatal que un compromiso formal.
El propio Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, ha
dicho que el combate no será rápido cuanto menos fácil, se quejan sin
hacerlo directamente de las condiciones en que dejó el país en materia
de inseguridad la administración de Felipe Calderón Hinojosa con su
total de 83 mil ejecutados en seis años, pero no han realizado acción
considerable, más allá de ocultar información, para disminuir esa
cantidad.
El conteo de muertes producto del narcotráfico y el crimen organizado no
es simplemente una acción para desatar el morbo nacional, es una
variable para determinar el grado de inseguridad y riesgo que existe en
el país. En la última edición de ZETA, el reportero Enrique Mendoza
Hernández realizó una exhaustiva investigación estado por estado para
llegar a la cifra que les comento, más de 4,500 muertos en los primeros
cien días de gobierno.
Y a cien días precisamente no hay una visión clara, no para los
ciudadanos cuanto menos para los periodistas de lo que el Presidente
Peña o su encargado de seguridad, el Secretario Osorio harán al
respecto. Toda estrategia se ha mantenido como el flujo de información,
contenida. Sabemos porque se aprecia en las calles de algunos estados
que sigue echando mano de las fuerzas armadas para vigilar o disuadir en
la comisión de delitos. También que arman en lo oscuro un entramado
para supuestamente depurar las corporaciones policíacas y establecer el
mando único que inició el ex Presidente Calderón. No más.
Así como veladamente han declarado en entrevistas particulares y no en
un mensaje a la nación, que van en el camino a la captura de Joaquín “El
Chapo” Guzmán, no nos han dicho a quién persiguen en los estados, tras
quién van, cuánto dinero han confiscado, cuánta droga y quiénes son los
enemigos públicos número uno en las entidades federativas, mucho menos
nos han informado de detenciones, ahora también en el oscurantismo
argumentando el debido proceso faltan al debido compromiso de informar a
los gobernados de las acciones en materia de seguridad.
No se trata de que realicen actos espectaculares de presentaciones, pero
sí que informen del grado de impunidad o la disminución del mismo,
cuántos asesinos están hoy en prisión, cuántos narcos, cuántos muertos
en cien días y cuál el nivel de justicia.
Fuera de aquello que el Presidente y su gabinete pueden controlar a
partir de los partidos políticos en el Pacto por México, no hay
información de acciones. El show mediático que en el sexenio pasado se
utilizaba para dar informes de resultados en materia de seguridad, hoy
se utiliza en su máxima expresión en el ámbito político. El Presidente
Peña nos deja en claro que controla a los dirigentes de los partidos, a
sus representantes en las Cámaras y a los gobiernos en los estados, pero
ello no ha traído paz a los mexicanos en las calles de la República.
El Presidente presume aciertos en política con el colaboracionismo de la
oposición para sacar adelante sus reformas, pero ha dejado de lado en
cien días la persecución al crimen organizado, al narcotráfico, y no
puede presumir una disminución de los delitos, como prueba del horror de
sangre y plomo ahí están los más de 4,500 ejecutados en esos sus
primeros cien días.
Enrique Peña Nieto es políticamente correcto, pero en seguridad no ha
encontrado su pacto ni ejecutado su poder. Ahora tiene 4,500 asesinatos
en la impunidad, sin asesinos en prisión, sin investigaciones abiertas… Por lo menos con la política de cerrazón en la información así lo dejan
ver.
(SINEMBARGO.COM)
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