¡¡Exijamos lo Imposible!!
Proceso
Simulación nuestra de cada día
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Octavio Paz y Samuel Ramos, los autores más
importantes de escritos sobre la caracterología del mexicano,
identificaron uno de nuestros rasgos distintivos: la simulación, infeliz
expresión que corroe las relaciones sociales a lo largo y a lo ancho
del país. El Diccionario de la Lengua Española define el vocablo
“simular” como “representar algo, fingiendo o imitando lo que no es”.
Para Octavio Paz, la simulación, “que exige una invención activa y que
se recrea a sí misma a cada instante, es una de nuestras formas de
conducta habituales (…) La mentira posee una importancia decisiva en
nuestra vida cotidiana, en la política, el amor, la amistad” (Las
máscaras mexicanas). Y esta contradicción, que se expresa en las élites
con una tolerancia social muy extendida, no respeta fronteras o
esquinas. Es sin embargo, al mismo tiempo, un reto de todos contra
nosotros mismos para rehacer nuestra vida de cara a los demás. Véanse
algunos ejemplos de lo que aquí afirmo.
Primero. El proyecto de
decreto de Presupuesto de Egresos 2013 presentado por Enrique Peña Nieto
dispone que “las dependencias y entidades se sujetarán a las
disposiciones de austeridad, ajuste del gasto corriente, mejora y
modernización de la gestión pública que se establezcan en los términos
del Título Tercero, Capítulo IV, de la Ley Federal de Presupuesto y
Responsabilidad Hacendaria”. Enseguida, el citado proyecto establece que
las pensiones de los expresidentes “no podrán exceder el monto que se
cubre al primer nivel salarial del puesto de Secretario de Estado, así
como aquellas correspondientes al personal de apoyo que tengan
asignado”. ¿Cómo armonizar el criterio de “austeridad” con los
privilegios de lujo de los expresidentes? No tienen éstos ninguna
racionalidad, pues un mexicano con empleo formal debe trabajar al menos
30 años para recibir una pensión de hambre.
Segundo. Los spots
publicitarios de radio y televisión gubernamentales ofenden la
inteligencia de la comunidad al pretender que borran su ánimo
propagandístico con la inserción de la leyenda: “Este programa es
público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para
fines distintos a los establecidos en el programa”.
Tercero. El
derecho canónico establece que todo administrador de bienes de la
Iglesia ha de cumplir su función con la diligencia de un buen padre de
familia, y señala un cúmulo de facultades y deberes, entre los que
destacan: vigilancia sobre la seguridad de los bienes, cuidado de dotar a
la propiedad de validez civil, observancia de las normas civiles y
canónicas pertinentes. No obstante lo anterior, Onésimo Cepeda Silva,
obispo jubilado de Ecatepec, es protagonista de varios casos de fraude,
cohecho, tráfico de influencias y otros delitos
( http://www.proceso.com.mx/?p=273034 ), sin que la santa Iglesia católica
diga algo.
Cuarto. Para atender y resolver los delitos derivados
del ejercicio de la libertad de expresión, desde 2006 se creó una
Fiscalía Especial en la Procuraduría General de la República (Acuerdo
A/031/06) que no ha resuelto gran cosa porque fue diseñada precisamente
para que no funcionara, toda vez que: a) no tuvo competencia para
conocer directamente de los casos; b) sólo se le permitió conocer
indirectamente una porción mínima de delitos, dejando fuera, entre
otros, el de amenazas; y c) no se le dotó de infraestructura y recursos
humanos. Este es un vivo ejemplo de cómo se dilapidan recursos públicos
para mostrar una máscara amable de una cara temible.
Quinto. El
canal de televisión del Congreso de la Unión se creó con el propósito de
que el país contara con una “televisión pública” que fuera el espacio
que diera cabida a los más distintos puntos de vista de la comunidad.
Era la respuesta a los medios del gobierno federal que, se acusaba, sólo
eran instrumentos de propaganda. Al final del día el Canal del Congreso
fue exactamente la peor expresión de lo que motivó su nacimiento: un
medio de propaganda del Congreso, de difusión de los legisladores, donde
la sociedad no tiene lugar, menos aun la crítica al quehacer
legislativo.
Esta ayuda de memoria con los ejemplos anteriores no
pretende ser exhaustiva. No habría espacio si ese fuera el propósito. La
idea es que miremos lo que vemos a diario. A diferencia de Paz, quien
creía que era “estéril su denuncia”, estoy convencido de que permanecer
callado ante la simulación no es otra cosa que facilitar su
reproducción, en perjuicio de las prácticas democráticas que hoy son
ejercicios aislados en el país.
evillanueva99@yahoo.com
www.ernestovillanueva.blogspot.com
@evillanuevamx
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