¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Constatables logros del peñismo
María Teresa Jardí
El
regreso del PRI en menos de un mes ya ha tenido constatables logros
inmensos. Todo un récord el de Peña Nieto y su impresentable e impúdico
gabinete dinosaurico e impune. Todo un récord para quien inició mandando
el mensaje de que ser joven en México es un delito, que se paga, cuando
no con un ojo sacado por una policiaca bala de goma, con la cárcel,
aunque se sea un bolero que se encuentra en el lugar equivocado o la
nieta de Othón Salazar que debe, en ese caso, también pagar por los
buenos genes heredados de su abuelo.
Ya logró Peña Nieto traer al zapatismo de regreso, como respuesta clara
al regreso también de uno de los involucrados como secretario de
Gobernación de antaño, ahora convertido en secretario de Educación, para
que la educación siga por el mismo camino de embrutecimiento desde
niños de los futuros esclavos en que con la reforma laboral peñista se
ha convertido a los obreros y empleados en general y clasemedieros, que
en defensa de su pequeño confort hasta quieren hacer creer al resto que
la realidad lisa y llana es la que se equivoca. En el mejor de los
casos: cómplice y encubridor, por omisión, es Emilio Chuayffet Chemor de
otro crimen de lesa humanidad que se conoce en el mundo como la masacre
de Acteal cometida por paramilitares en contra de mujeres, viejos y
niños mientras rezaban en la época de Zedillo, otro genocida como
Calderón.
En el peor y más probable el actor intelectual, el flamante nuevo
secretario de Educación, de la creación de los paramilitares asesinos
(impunes hasta los materiales) que participaron un 22 de diciembre, de
hace 15 años, en la masacre de Acteal.
Otro escarmiento del priísmo, entonces zedillista, al estilo del actual
peñista, cometido el 1 de diciembre, en contra de estudiantes que, con
el derecho ciudadano consagrado en la Constitución a manifestarse, le
hacían saber a Peña que no es el presidente de millones de mexicanos.
Derecho que ya había sido mutilado, también hay que decirlo, en la época
de López Obrador como jefe de gobierno capitalino, tipificando como
delito contra “la paz pública”, al estilo del delito de sedición social,
cuya exigencia de derogación fuera uno de los puntos de partida del
Movimiento Estudiantil de 1968. Sí, revivido ese delito, con otro
nombre, por López Obrador, hoy tan ocupado en vivir de ese nuevo
partido, que no pasará, como la crónica ya le anuncia, de ser otro Verde
u otro Panal. Porque, que no se haga ilusiones Andrés Manuel, de que se
le va a perdonar su silencio cómplice por lo que toca a los presos
políticos del impostor producto televisivo Peña Nieto, que jamás va a
ser reconocido como el presidente de México más que por los ricos y por
los comprados que con una torta y una Coca- Cola se conforman, como la
limosna que les tiran los que todo se reparten, mientras solapan a la
narcotelevisora que y exige que la PGR y Relaciones Exteriores, que se
encarguen de traer de vuelta, para que sean de inmediato excarcelarlos, a
sus empleados, exhibidos como narcotraficantes, ya sentenciados, en
Nicaragua. Aunque sin haber podido llegar a los cabecillas que continúan
desinformando desde ese enemigo público que es la telebasura mexicana.
Todo un récord el de Peña. Los presos políticos de regreso y también la
policía política reaparecida al más puro estilo diazordacista y
echeverrista: vestida de civil y con el pelo cortado a casquete corto,
como usan los milicos, en los eventos de denuncia donde los estudiantes
en parques exhiben los vídeos, que tampoco Mancera, otro impresentable
que sueña que le va a ganar a Ebrard el ser él el elegido como producto
por la narcoteletiranía, que ya debe estar haciendo el casting para
encontrar al más abyecto como futuro sucesor de Peña, quien ya le ha
ganado a Calderón la mano, al haberse convertido en un tiempo récord de
tan sólo unos cuantos días en el más desprestigiado desgobernante
mexicano ante el mundo. Todo un récord el del peñismo impuesto por la
telebasura también narcotizadora más desprestigiada del planeta.
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