¡¡Exijamos lo Imposible!!
Proceso
Las luchas contra la política que se hace al margen de las mayorías
La represión desatada durante la toma de posesión como presidente
por parte de Enrique Peña Nieto, el 1 de diciembre pasado, tiene
similitudes con el movimiento del 68, según advierte Raquel Tibol, quien
glosa las ideas centrales de los dos tomos que el profesor Ramón
Ramírez, exiliado español, escribió en 1969 sobre ese movimiento.
Además, reproduce literalmente algunas de sus ideas, donde el economista
por la UNAM subraya la importancia de las luchas populares y
estudiantiles frente a un poder que intenta impedir el cobro de
conciencia. De ahí el título puesto por la autora para su artículo.
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- Las agresiones del pasado 1 de diciembre contra
estudiantes y sectores populares, actuada por porros y paramilitares,
orquestadas desde esferas gubernamentales, tiene tantas similitudes con
lo ocurrido del mes de julio de 1968 en adelante, que resulta
indispensable volver a revisar los dos tomos elaborados con la máxima
seriedad y precisión por el profesor Ramón Ramírez; editado por ERA en
1969 y reeditado por la misma editorial en 1998 y 2008; titulados El
movimiento estudiantil de México. Julio/diciembre, 1968. El primer tomo,
de 553 páginas, dedicado al análisis, está dividido en siete capítulos:
1) Lo genérico de los movimientos estudiantiles, 2) Particularidades
del movimiento estudiantil, 3) La ubicación del movimiento estudiantil
dentro de la situación política y social del país, 4) Posibilidades de
que el proceso democrático sea logrado, 5) Cambios necesarios en la
Universidad, 6) El movimiento frente a sí: organización, aciertos,
errores, y perspectivas, y 7) Actitudes y posiciones ante el movimiento
estudiantil.
La segunda parte de este primer tomo está dedicada a
una amplísima cronología dividida en ocho etapas que abarcan de la
página 145 a la 553. En la “Explicación necesaria” que inicia el
volumen, Ramón Ramírez agradece la ayuda que le prestaron jóvenes
universitarios en la concentración de parte del material informativo,
animados por el economista Ramón Figueroa Noriega. Las fuentes fueron
los periódicos El día, Excélsior, La Prensa, El Universal, Novedades y
La Voz de México; las revistas Por qué?, Siempre!, Revista de la
Universidad de México, Historia y Sociedad y Gaceta (título éste del
boletín Informativo del Consejo Nacional de Huelga).
Cuando Ramón
Ramírez concentró sus energías intelectuales en la elaboración de este
trabajo dedicado a tan importante acontecimiento histórico, se
desempeñaba como investigador del Instituto de Investigaciones
Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Había nacido
en España en 1913; durante la guerra civil española fue profesor
normalista; fundó y presidió la Federación de Trabajadores de la
Enseñanza. En 1940 llegó como exiliado a México, en 1947 se recibió de
licenciado en economía en la UNAM, donde fue profesor e investigador de
1960 a 1972, año éste de su fallecimiento. En la Escuela Nacional de
Economía perteneció a la comisión mixta de profesores y estudiantes que
modificó los planes y programas de estudio, y en 1970 fundó el seminario
sobre El capital de Carlos Marx. De 1947 a 1959 laboró en el Banco de
Obras y servicios Públicos. Entre las diversas publicaciones en las que
colaboró se cuentan Investigaciones económicas e Historia y Sociedad.
Además
del que estamos resumiendo, publicó los siguientes libros: El problema
de la habilitación: aspectos sociales, legales y económicos (1948), La
posible revaloración del oro y sus efectos en la economía de México
(1961), Principios para el desarrollo de la economía subdesarrollada
(1962). La moneda, el crédito y la banca a través de la concepción
marxista y de las teorías subjetivas (1972).
El segundo tomo, de
523 páginas, está dedicado a 279 documentos emitidos entre el 28 de
julio de 1968 y el 10 de enero de 1969 por comités coordinados,
federaciones, coloquios, asociaciones, uniones, asambleas, comisiones,
partidos políticos (Comunista, Popular Socialista, Acción Nacional,
Revolucionario Institucional), centrales, centros de investigación,
grupos de profesores, comisiones mixtas, consejos técnicos, escritores,
Consejo Nacional de Huelga, directores de escuelas, intelectuales,
artistas, academias, sindicatos, asambleas, colegios, organismos,
sociedades, comités directivos, llamados, ciudadanos asilados,
Secretaría de Gobernación, comisión de pasantes, 37 sacerdotes
mexicanos, Secretaría de la Presidencia, Central Campesina
Independiente, médicos del Hospital Juárez, del Hospital General, del
IMSS y del Hospital de la Mujer, Gran Comisión de la Cámara de
Senadores, presos políticos, Pen Club Internacional, El Colegio de
México, Universidades y Escuelas Superiores (UNAM, Politécnico Nacional,
Universidad Veracruzana, Escuela Normal Superior, Nacional de
Antropología e Historia, Universidad Iberoamericana, Universidad de
Nuevo León), Grupo de Jesuitas, Academia de la Danza Mexicana,
organismos obreros (ferrocarrileros, telefonistas, electricistas,
petroleros), diputados de la XLV Legislatura del Congreso de la
Unión, Gran Comisión de la Cámara de Senadores.
Además, cartas,
discursos, declaraciones, entrevistas de personajes representativos de
diversos organismos y tendencias: General y licenciado Corona del Rosal,
Víctor Rico Galán, Adolfo Christlieb Ibarrola, Demetrio Vallejo,
presidente Gustavo Díaz Ordaz, Manuel Marcué Pardiñas, ingeniero Heberto
Castillo, Rector Javier Barros Sierra, David Alfaro Siqueiros,
Marcelino Perelló Valls, Manuel Moreno Sánchez, general Lázaro Cárdenas,
Jorge de la Vega Domínguez y Andrés Caso representantes del Presidente
de la República, Fernando Benítez, Rina Lazo, secretario de Educación
Pública Agustín Yañez, doctor Guillermo Massieu director del IPN, Oriana
Fallaci, Fidel Velázquez, general Luis Cueto Ramírez jefe de la policía
del Distrito Federal. (A pesar de su amplitud y contrastes del
movimiento, que dejó una huella imborrable).
Lo que llevó al
profesor Ramón Ramírez a realizar este esfuerzo único dentro del
movimiento de 1968, fue su plena convicción de que las orientaciones del
movimiento estudiantil eran innegablemente progresistas y democráticas,
y que los estudiantes aspiraban a ser vanguardia en la denuncia de las
estructuras negativas y reaccionarias de la sociedad contemporánea.
Expresaba claramente Ramírez que los movimientos o rebeliones
estudiantiles responden a distintas causas que desembocan en la lucha
contra el presente sistema capitalista de consumo.
He aquí unos
párrafos que, como muchos otros, podrían aplicarse a las lamentables
circunstancias que hoy se desarrollan en México:
“Surgidos en la
Universidad, institución que desempeña un importante papel en la
supervivencia de la presente organización social y en cuyo seno se
reflejan las contradicciones tanto del proceso educativo como del
proceso económico, el poder tratará de impedir que la actitud del
estudiantado cree estado de conciencia en el resto de la población y en
particular en la clase obrera. Esto ayuda a comprender la posición
fuertemente represiva que las llamadas autoridades ejercen contra la
totalidad de las acciones juveniles que vienen a reivindicar el destino
histórico de la humanidad.”
“Iniciados, generalmente, al calor de
la Reforma Universitaria, y casi sin excepción por la incomprensiva
actitud de los diversos gobiernos, sus acciones han traspasado los
marcos de la Universidad, derivándose hacia luchas cuyas banderas han
sido en muchos casos la democratización del país y en otros la franca
lucha contra gobiernos dictatoriales y pro-imperialistas, así como
factores de vanguardia en la movilización y organización de amplias
masas populares.”
“En general los movimientos estudiantiles son
censurados por su heterogeneidad, por su falta de pureza ideológica, su
espontaneidad, su poca consistencia, y porque el factor humano que los
impulsa es sumamente endeble, pues no pasan –se dice– de ser jóvenes
inexpertos e impulsivos. Tales críticas desvirtúan los hechos y siembran
la duda y la desmoralización entre los grupos del país hacia rumbos más
democráticos y justicieros o luchar francamente contra el sistema.”
“Es
difícil prever la suerte del movimiento estudiantil; mas lo que sí
debemos estar seguros es de que los jóvenes estudiantes, universitarios,
politécnicos y de otros centros de enseñanza, por su sentido político,
abnegación y espíritu combativo, han marcado nuevos derroteros y abierto
esperanzados horizontes al país; que entre las grandes enseñanzas que
el propio movimiento ha dejado escritas es el saber que el camino a
recorrer, hasta lograr un México más justo que el actual, sin dejar de
ser largo y difícil, hay que compartirlo con el pueblo, en sus sectores
obreros y campesinos, con los intelectuales y profesionistas honrados.”
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