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Blog de Izquierda
Ladillas – Antonio López de Santa Anna, el PRImer PRIANista
Por el Lic. Mefistófeles Satanás
Su servidor tuvo oportunidad de ser integrante del último gobierno de don Antonio. Me encargo la cartera de Hacienda y en esta pude introducir “las medidas fiscales dolorosas pero tan necesarias” para lograr la primera, si, leyeron bien, la primera de las “reformas hacendarías” con que se ha exprimido a México.
El PRIAN se muere por implantar el IVA en los alimentos y las medicinas. A mucho orgullo, debo apuntar que bajo don Antonio se implanto por primera vez el impuesto a los alimentos y medicinas. Aquí está el texto que redacto su servidor y que don Antonio decreto el 1 de junio de 1853:
"…los abarrotes y medicamentos además de las drogas medicinales, productos químicos que se emplean en la medicina y en las artes, así como instrumentos, vasijas y toda clase de útiles propios para la farmacia y la medicina, pagarán sobre el valor de la factura, cuarenta por ciento...”
Como ven, don Antonio no se hacía de la boca chiquita. ¡Le sorrajo un impuesto del 40% a las medicinas y a los alimentos!
El 9 de febrero de 1854 don Antonio expidió un decreto gravando “…las puertas y ventanas de viviendas rusticas y urbanas…” Vamos, carajos, ¡esta medida se adelantó a los “Chicago Boys” por unos cien años!
Respecto a los cobros del alumbrado público, una vez más, los gobiernos mexicanos están siguiendo los pasos de este gran prócer. El 23 de febrero de 1854 se decretó un impuesto a “…las luces exteriores de cada casa, vivienda o local…” Huelga decir que la Ciudad de México se puso rete lóbrega pues nadie quería encender un candil en su puerta.
La tenencia se cobra en México desde 1968. Si usted cree que fue entonces cuando se gravaron los medios de transporte se equivoca. Claro, en tiempos de don Antonio no había automóviles. Habían carretas y diligencias movidas con caballos y mulas. Don Antonio decreto la primera “tenencia” pues ordeno cobrar impuestos sobre: “…cinco pesos (mensuales) por cada coche, carretela o carruaje de cuatro asientos, dos pesos y medio por los de dos. De tres a cinco pesos los carruajes de alquiler. Dos pesos por cada caballo frisón y de silla.”
Si tenía usted perro, el gobierno le iba a cobrar un peso mensual. Iguales impuestos seguían por sus gatos, guajolotes, gallinas, periquitos, etc., etc. En justicia, esto no lo ha propuesto el PRIAN pero no dudo que pronto presentaran la iniciativa de ley para el caso.
En tiempos de don Antonio no había internet, obviamente, pero si habían los “inconformes y proles envidiosos que solo se la pasan criticando y no proponen nada”. A estos cabrones se les imponía la multa de 200 pesos por “calumniar y esparcir rumores tendenciosos contra el gobierno”. Pásenle el dato al gobierno de Veracruz por favor.
Don Antonio, recordaran, vendió el territorio de la Mesilla. Hoy el PRIAN está dispuesto a vender –lo que queda de—PEMEX. Una vez más, ¡el PRIAN sigue en los pasos de don Antonio!
En justicia, si pasa la “reforma hacendaria” que propone el PRIAN ameritaría que el nombre de don Antonio estuviera en letras de oro en San Lázaro. Sería esta la mejor manera de reconocer el legado de este gran prócer que aun hoy influye en el destino de México. Claro ANTONIO DE PADUA MARIA SEVERINO LOPEZ DE SANTA ANNA Y PEREZ DE LEBRON pos está muy largote. Creo que con un más breve y descriptivo “Quince Uñas”, el cariñoso apodo que le puso el pueblo de Mexico, quedaría satisfecha la necesidad de recordar a este prócer.
Debo aclarar, sin embargo, que mi hueso de secretario de hacienda pos no duro mucho. El país estaba ya tan jodido que ni poniendo impuesto al aire (se discutió) se lograba tapar el hoyote fiscal. Y es que el ejército insistía en mamarse la mayor parte del presupuesto y ni modo que negarles algo a esos cabrones. De todas maneras el indio desgraciado ese de Juárez organizo una revolución y el gobierno se tambaleo. El caso es que una noche don Antonio tiro la cuchara y se pelo a Veracruz. Ni me dijo el cabrón. Y cuando me presente en palacio la turba ya me andaba linchando.
Afortunadamente hoy la plebe no es levantisca como antes y tiene atole en las venas y sigue sentadota frente a la caja idiota. Así pues, hoy el PRIAN podrá llevar a cabo en toda su plenitud “las medidas fiscales dolorosas pero necesarias” que don Antonio decreto hace más de 150 años.
Repito: don Antonio se merece su nombre en San Lázaro.
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