sábado, 22 de diciembre de 2012

Felices y eufóricos por chingar al pueblo?

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Gatopardismo legislativo
Lilia Arellano

Estado de los ESTADOS

Terminan eufóricos Beltrones y Cordero
Desempleo y menor crecimiento en 2013
Es urgente cambiar el modelo económico
Botín político y monetario en educación
NRA: vender más armas para protección


“Aconsejar economía a los pobres es, a la vez, grotesco e insultante. Es como aconsejar que coma menos al que se está muriendo de hambre".- Oscar Wilde.

La Cámara de Diputados clausuró ayer el periodo ordinario de sesiones y se instaló la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, integrada por senadores y diputados, que fungirá hasta el último día de enero próximo en el Palacio Legislativo de San Lázaro. El ambiente fue de júbilo, de alegría, de satisfacción y felicidad sin limite, como si existiera algo que celebrar. Los coordinadores parlamentarios, como Manlio Fabio Beltrones, del PRI, manifestaron su euforia por las reformas, leyes y decretos aprobados de septiembre a la fecha, y su confianza por que sirvan para “redondear” políticas públicas para el crecimiento económico y generación de empleos, a pesar de que el Presupuesto aprobado, diseñado para un largo periodo de desaceleración, estima un menor crecimiento y, por lo tanto, creación de menos fuentes de trabajo, que son cada vez menos, como lo reportó el INEGI, toda vez que el desempleo oficial creció al 5.12 por ciento.

Es sumamente difícil entender en qué radica la felicidad de los señores legisladores y de no pocos integrantes del gabinete del presidente Enrique Peña Nieto. El arranque de gobierno del mexiquense no dejó ninguna duda de que se seguirá con las mismas políticas económicas neoliberales que empobrecieron al país y enriquecieron brutalmente a una pequeña élite económica pegada al poder político, panista y priísta y, en algunos estados, al perredista, cuyos dirigentes con suma facilidad lograron cambiar el morral por una Suburban del año, y el tequila, la charanda o el mezcal, por whiskies, coñacs y selectos vinos de importación. Lideres políticos, como Manlio Fabio Beltrones, que este viernes no se dejó de jactar de haber cumplido con uno de los periodos legislativos más productivos, o mediocres tecnócratas como Ernesto Cordero, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, ni siquiera tienen la capacidad de argumentar sólidamente su entusiasmo por el trabajo legislativo realizado, tanto en la Cámara baja como en la alta.

Tanto el priísta como el panista destacan con bombos y fanfarrias la reforma laboral, la educativa, la del IFAI y la de Contabilidad Gubernamental, entre otras como un gran mérito legislativo para el crecimiento de la economía. Eufórico, Cordero declaró que la actual legislatura “es ya histórica y será punto de referencia indispensable al revisar el proceso de transformación del México del siglo XXI”. Eso es totalmente falso.

Para empezar, la principal, la reforma laboral, que generará un alud de amparos por parte de las organizaciones sindicales que representan al menos a tres millones de trabajadores porque vulnera sus derechos fundamentales, no generará crecimiento económico, a lo sumo, generará inversión, capitales golondrinos por supuesto, que son atraídos por el paraíso laboral que se creó con la sepultura de la histórica Ley Federal del Trabajo, cuyo único mérito es el abaratamiento de la mano de obra mexicana, con la consabida depreciación del nivel de vida de millones de familias mexicanas, para poder mejorar la “competitividad” de las empresas radicadas en el país, locales, sobre todo foráneas, que sin duda alguna multiplicarán sus ganancias.

Priístas, panistas y muchos perredistas también resaltan con una inexplicable alegría, la aprobación de un Paquete Económico 2013 que no generará mayor crecimiento económico, a pesar de los históricos recursos tributarios de los que dispondrá el nuevo gobierno federal, más de 3.956 billones de pesos, sino por el contrario, es el reflejo de la desaceleración económica que registrará el primer año de Enrique Peña Nieto que enfrentará un peligroso entorno económico con la crisis económica de la Unión Europea y el desaceleramiento y el déficit fiscal de los Estados Unidos de América, que al cierre de estas líneas no se tenía ni siquiera diseñado un plan medianamente aceptable para afrontarlo.

El Paquete Económico 2013, que únicamente reasignó un total de 38 mil millones de pesos para obras de infraestructura en estados y en educación, fue diseñado para un periodo de desaceleración económica que puede convertirse en recesión, por lo que no contribuirá a combatir la pobreza en México. Los cuantiosos recursos destinados en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el próximo año, que contemplan un gasto de 1 billón 700 mil pesos para el rubro de desarrollo social, sólo serán, si bien nos va, una panacea para el complejo problema, aunque lo más seguro, dada la personalidad de quien los manejará en su mayor parte, doña Rosario Robles, será utilizado para la compra de votos en las 14 elecciones estatales y, como siempre, para la construcción de “cochinitos” particulares.

LA RUTA: CAMBIAR EL MODELO

A fin de poder variar el rumbo del país en materia económica y social, se requería cambiar de plano el modelo económico seguido en los últimos 30 años. No se hizo, se siguen las mismas recetas y lineamientos impuestos por el poder económico de Estados Unidos, a través del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, (OCDE).

Para poder disminuir el número de pobres, 60 millones o 75 millones, según la metodología de los cálculos, entre ellos casi 20 millones de jóvenes y más de 30 millones menores de edad, se tenía que apostar por incentivar el mercado interno, a través, por supuesto, de elevar el nivel adquisitivo de los trabajadores. Desarrollar el mercado interno no sólo se refiere a apostar por elevar la producción nacional, sino también por el consumo y, para eso, debe haber empleos bien remunerados

Tampoco se hizo y se les volvió a castigar, sin que las cúpulas sindicales ni siquiera metieran las manos en su defensa. A los millones de trabajadores y sus familias se les destinó a empobrecerse cada día más al acordarse, en la inútil Comisión Nacional de Salarios Mínimos, darles un mini aumento salarial del 3.9 por ciento a su mini salario, que les servirá sólo para comprar 5 tortillas más, cuando se espera una inflación, en el mejor de los casos de 3 por ciento y lo más seguro es que sea más alta, y se autorizan que se prolonguen los gasolinazos que no son más que devaluaciones disfrazadas de nuestra moneda.
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