Jenaro Villamil
El fin del mundo y las falsas “profecías” mayas
(Primera Parte)
Si hace 65 millones de años la Península de Yucatán fue el epicentro de un meteorito extraterrestre de 10 kilómetros que se impactó en esta zona y provocó el fin de una era geológica y la extinción de los dinosaurios, este diciembre de 2012 un asteoride virtual, generado por la cultura milenarista propia de internet y divulgada en los medios masivos, provocó una oleada de interés y turismo apocalíptico por las supuestas profecías mayas.
Las falsas profecías le atribuyen a la
cultura maya haber pronosticado el “fin del mundo” o “el inicio de una
nueva era” al cumplirse el ciclo del 13 Baktún (un Baktún son 20 katunes
equivalentes a 144 mil días), equivalente a 5,125 años que coinciden en
el calendario gregoriano con el 21 de diciembre de 2012.
Desde finales de los años ochenta, José Argüelles escribió un texto titulado El Factor Maya, un Camino Más Allá de la Tecnología, que
le dio origen y forma a las supuestas “profecías mayas” que incluyen el
calentamiento global, guerras, hambrunas y plagas de distintas
especies, así como el inicio de un nuevo ciclo de “alineamiento
galáctico” en 2012.
“A medida que
se acerque el año 2012, el planeta estará sonando y cambiando como
nunca antes”, escribió Argüelles, haciendo el equivalente del Baktun 13
con el “Armagedón” cristiano.
El texto se puede consultar en internet y
tiene 8 millones 90 mil accesos en Google. Argüelles, nacido en 1931 en
Minessota, Estados Unidos, fue el promotor del Movimiento Arcoiris,
pilar de varias corrientes del new age y de la llamada Convergencia Armónica que espera la llegada de energías extraterrestres.
Seguidores de éstas y otras explicaciones
estrambóticas de la astronomía y el sistema del cálculo temporal de los
mayas, una oleada inusitada de visitantes extranjeros y nacionales
acudió desde días antes del 21 de diciembre a las principales zonas
arqueológicas mayas, generando un gran negocio turístico, político y
hasta gastronómico del que están marginados la gran mayoría de los 5
millones de los pobladores mayas en los estados de Tabasco, Chiapas,
Yucatán, Quintana Roo y Campeche, de México, y de quienes habitan en
Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador.
Los hoteles de Cancún y de la Rivera Maya
registraron un récord de 90 a 95 por ciento de ocupación, según la
Secretaría de Turismo; en Izamal se promovió la “Cena del Fin del Mundo”
a 5 mil pesos el cubierto con 8 chefs nacionales e internacionales; en
Ek Balam, donde se asienta la “pirámide del inframundo”, más de 2 mil
líderes y gurús del new age se reunieron para orar y “recibir las
buenas energías”; Chichén Itzá, la zona arqueológica más conocida,
registró más de 10 mil visitantes que no vieron la ceremonia de Kukulcán
en el solsticio de invierno porque a las cinco de la mañana el cielo
nublado dejó a los asistentes sin “espectáculo”.
En Chablekal, un pueblo maya cercano a
Mérida, se reunieron algunos incautos para “esperar que llegaran las
naves espaciales”; en el poblado de Xul algunos turistas nacionales se
dieron cita en el Soul Symphonics para “orarle a la divinidad”
después de pagar 2 mil pesos por persona; y en varios hoteles de Mérida,
la capital yucateca, se promueve la cena del 31 de diciembre con el
nombre Baktún 13, la “marca” del fin de la cuenta larga maya equivalente
a 5, 126 años del calendario gregoriano.
Incluso, hasta la NASA emitió un extenso
comunicado en internet para responder a la fiebre apocalíptica. “Nuestro
planeta se las arregla bien desde hace más de 4 mil millones de años y
científicos competentes del mundo aseguran que no hay ninguna amenaza
relacionada con el año 2012”, dice la NASA.
Sobre las teorías mayas, la NASA advierte
que “el calendario maya del solsticio de invierno habla del fin de la
‘larga cuenta’ no del fin del mundo”. Ni la NASA ni otras organizaciones
científicas predijeron colapso alguno entre el 23 y 25 de diciembre ni
el impacto de “nuevos planetas” como Niburu o Plantet X que “son
historias que existen sólo en internet”.
La Fiebre Política
La fiebre del “fin del mundo” o el
“inicio de una nueva era” alcanzó a la política. El presidente mexicano
Enrique Peña Nieto visitó la tarde del 21 de diciembre el Gran Museo del Mundo Maya,
la enorme construcción cuyo costo superará los 2 mil 800 millones de
pesos, para inaugurar por segunda ocasión este sitio concesionado a
Promotora Cultural Yaxché, filial del Grupo Hermes, propiedad de Carlos
Hank Rohn.
El Gran Museo del Mundo Maya inicia su
recorrido no con la explicación del complejo sistema matemático y
astronómico de la civilización maya sino con la teoría del “Armagedón
maya”, es decir, con el impacto del meteorito en la zona conocida ahora
como cráter de Chicxulub.
Una costosa animación en pantalla digital
recrea el impacto del meteorito, el fin de los dinousarios y el cambio
climático provocado por este asteroide. La grabación menciona, incluso,
los “jinetes del Apocalipsis” de la cultura cristiana, sin relación
alguna con la cosmovisión maya.
Sólo hasta las últimas salas se
encuentran las auténticas esculturas y estelas mayas, incluyendo un
fragmento del Códice de Madrid, uno de los tres escritos mayas que
sobrevivieron a la destrucción provocada por los conquistadores y los
franciscanos. En ningún escrito los mayas hablan del “fin del mundo” y
menos del meteorito de Chicxulub.
Las falacias han sido alentadas por los
propios promotores del Gran Museo. El 24 de septiembre, en la primera
inauguración de la imponente construcción de acero, la entonces
gobernadora yucateca Ivonne Ortega Pacheco afirmó: “aquí se encuentran
las profecías talladas en piedra hace 5 mil 125 años, profecías que
anunciaron en este 2012 la llegada de una nueva era”.
Un día antes del arribo de Peña Nieto y
su comitiva al Gran Museo, los trabajadores daban los últimos retoques
en esta gran mole que presume tener “más acero que la torre Eiffel”. Se
inaugurará la escultura Baktún 13, de Reynaldo Bolio.
A un costado, en el Centro de
Convenciones Siglo XXI, se realizó la “Cumbre Espiritual Planetaria
2012”. Ahí se dieron cita todo tipo de excéntricos creyentes. Eugenia
Casrín Limón fue nombrada la “venerable madre Nah Kin”.
“Hay un cambio planetario real, con el
despertar de nuevas conciencias. Hay seres que llevan a la creación de
las nuevas conciencias. Hay seres que llevan a la creación a una nueva
etapa, desde el punto de vista del Kinich Ahau. Es el tiempo del ser
humano, de la integración en plena conciencia”, explicó la venerable.
Y pronosticó: “Se generará la emanación
maravillosa y debemos de estar abiertos a ella. Es el momento y tiempo
preciso para una ascensión planetaria”.
Continúa mañana.
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