¡¡Exijamos lo Imposible!!
Diario Libertad
Editorial
Más escándalos en el Vaticano.
Reunidos ya los Cardenales para su show de elección divina, que en el fondo no es otra cosa que un remedo vergonzoso de democracia, filtraron la información, a pesar de estar advertidos de excomunión (lo que a ellos debe valerles tanto como le pudo importar a Napoleón o a Martín Lutero que los excomulgaran, sabiendo que su infierno y su cielo son una gran farsa) dándole muchas probabilidades a un cardenal negro. El ghanés Peter Turkson, no solo por su color de piel, sino por su nombre.
Pues según las profecías de Nostradamus por un lado y de Malaquías por el otro, el siguiente Papa adoptará el nombre de “Pedro el Romano” y será de raza negra.
Y esa será la señal de que el fin de la iglesia católica y del fin de la humanidad está próximo, pues ya no habrá más Papas.
San Malaquías es el que habla de “Pedro El Romano” diciendo que será la denominación del sucesor, y agrega: “En la última persecución de la Santa Iglesia, ocupará el trono Pedro el Romano, que hará pastar a sus ovejas en medio de numerosas tribulaciones; pasadas estas tribulaciones, la ciudad de las siete colinas será destruida y el juez terrible juzgará al pueblo”.
El nigeriano Francis Arinze también suena como “papavile”, sin descartar un supuesto “primer papa latinoamericano”, donde el jesuita Jorge Mario Bergoglio está bien posesionado ante los ojos del Espíritu Santo. Y curiosamente la orden de los Jesuitas ha sido denominada históricamente como “los curas negros”.
Pero todo esto deben de saberlo los hoy reunidos en su personal aquelarre y buen cuidado deberán tener de no cumplirlas; pues de otra manera se estaría prácticamente echando solos la soga al cuello.
Pues a todo esto, el cardenal británico Keith O’Brien, quien hace unos días fue obligado a renunciar como arzobispo de la diócesis de San Andrés en Edimburgo, Escocia, por las denuncias que en su contra pusieron cuatro sacerdotes que lo señalaron de haber abusado sexualmente de ellos cuando eran seminaristas.
Renuncia que de inmediato fue aceptada (si no es que promovida) por Benedictus XVI, quien así trató de evitar otro escándalo en vísperas de “elecciones”, cuando la iglesia de Roma se encuentra metida en el ojo del huracán por causa de los desviados sexuales que militan con sotanas.
El caso es que cuando fue señalado como pederasta, se dijo calumniado e inocente de todas las imputaciones que le hicieron para desprestigiar a la iglesia y sacarlo del cónclave para elegir Papa.
Pues el domingo pasado pidió públicas disculpas en una nota oficial emitida por el área de Prensa de la Iglesia católica de Escocia, reproducida por Europa Press por su “conducta sexual inadecuada”.
“Quiero aprovechar esta oportunidad para reconocer que ha habido momentos en los que mi conducta sexual ha estado por debajo de lo que se esperaba de mí como sacerdote, como arzobispo y como cardenal”.
Y la nota agregaba que pedía disculpas al pueblo escocés y a la Iglesia. “A quien haya ofendido, le pido disculpas y su perdón”, al tiempo que anunció que pasará el resto de su vida retirado de la vida pública. “No voy a desempeñar ninguna función en la vida pública de la Iglesia católica de Escocia”. Y nada más.
Y como si la pederastia no fuera un delito grave, ahí quedó el asunto. Cuando lo que deberían hacer ante la confesión de los hechos, es entregarlo a las Autoridades correspondientes para que lo castiguen.
En fin, habrá que estar pendientes para ver quién resulta heredero de la cloaca vaticana; pero si alguien cree que las cosas van a cambiar, sobre todo en lo que se refiere a la discriminación hacia las mujeres, hay quienes opinan que será difícil verlo.
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