miércoles, 6 de marzo de 2013

Nuevo PRI = Partido Neoliberal Mexicano

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
Nueva etapa de autoritarismo
Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes

Mientras el PRI festeja su 84 aniversario, el país entra en un periodo de incertidumbre por el desenmascaramiento del partido en el poder como una organización defensora de intereses oligárquicos, situación que traerá aparejados más sufrimientos a las clases mayoritarias. Aunque tal modo de hacer política lo evidenció hace tres décadas, cuando debió haber cambiado de siglas y haberse llamado, por ejemplo, Partido Neoliberal Mexicano (PNM). Si no lo hizo entonces, éste sería el momento idóneo para romper con su pasado histórico, del que muchos neopriístas reniegan porque les hace recordar su origen popular.

Con un estricto sentido histórico, el PRI murió en 1983, cuando decidió ponerse al servicio de poderes fácticos ajenos a las clases populares. Su liquidador fue Miguel de la Madrid Hurtado, quien actuó durante su sexenio con plena congruencia ideológica, aunque ello implicara traicionar no sólo sus tesis y propuestas de campaña, sino su programa de gobierno de manera radical, como lo demostraron los hechos. Es lo mismo que ahora hizo el PRI liderado por Enrique Peña Nieto, aunque su dirigente formal, César Camacho Quiroz, diga que las reformas recientemente aprobadas, “son de enorme trascendencia y van a quedar registradas en la cuenta larga de la historia de México.

Como en 1983, cuando al grupo en el poder no le importaron las críticas a su labor reaccionaria, hoy sucede lo mismo porque los priístas se saben dueños de la situación, toda vez que la verdadera oposición, la de izquierda, se afana en auto destrozarse y allanarle el camino a los poderes fácticos. Afirmó Camacho Solís: “Lo que nos importa son los puntos de vista de la ciudadanía, no el de nuestros adversarios políticos; sus opiniones son importantes, pero creo que su energía e intelecto los deben dedicar a arreglar su casa”.

En esto tiene razón el dirigente del partido tricolor, pues la izquierda debería tener un poco de sensatez y darse cuenta que en la medida que demuestre incapacidad para dirimir sus diferencias, estará facilitándole las cosas a un grupo político que aspira a gobernar por las buenas o por las malas, siempre en favor de intereses oligárquicos cada vez más reaccionarios y ajenos al devenir de la nación, como lo demuestran los extraordinarios beneficios recibidos por la camarilla gobernante desde hace treinta años, independientemente del relevo que se dio con el PAN del 2000 al 2012.

Prueba de lo anterior es la lista de “Forbes” que se acaba de dar a conocer, en la que aparecen quince multimillonarios mexicanos, quienes por solos acumulan, según la publicación estadounidense, 148 mil 700 millones de dólares, de los que 73 mil millones de dólares corresponden al número uno de la lista: Carlos Slim Helú. La cifra total equivale a 7.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y con ella el gobierno federal podría pagar su deuda. En contrapartida, según datos de la Cepal, las clases mayoritarias han visto caer sus ingresos en más de 80 por ciento desde 1983. Esto, es evidente, no parece importarle al PRI, el cual se apresta para ser más eficiente con el fin de que puedan seguir creciendo las gigantescas fortunas de las quince familias que detentan ese 7.5 por ciento del PIB nacional.

¿Tiene algún sentido semejante monstruosidad? Vistas las cosas con absoluto desapasionamiento, desde luego que no, porque más temprano que tarde tal aberración económica llevará a desequilibrios imposibles de manejar. Pero mientras eso sucede, piensan los oligarcas y sus servidores en el sector público, hay que seguir aprovechando las circunstancias, al fin que cuando la “olla” explote por el súper calentamiento, unos y otros estarán en otros lares disfrutando de sus fortunas y privilegios.

Están tan seguros de que podrán hacer y deshacer como les venga en gana, que la dirigencia del PRI ya está cantando victoria en las 14 elecciones estatales del próximo mes de julio. José Alfaro Cázares, secretario de Organización, afirmó enfáticamente que el siguiente paso del tricolor es ganar esas elecciones, y confió que así será, sobre todo en el estado de Baja California, el primero que perdió el PRI hace 24 años. Será el colmo que a este proceso electoral llegara la izquierda dividida, pues sería tanto como demostrar una ceguera incurable. De salirse el partido tricolor con la suya, estaríamos viendo el inicio de una nueva etapa de autoritarismo en México.

(guillermo.favela@hotmail.com)

No hay comentarios: