martes, 24 de febrero de 2009

Homenaje a Hugo Gutiérrez Vega en Bellas Artes

Hugo Gutiérrez Vega es flanqueado por la directora del INBA, María Teresa Franco, y el cronista Carlos Monsiváis. Foto: Cuartoscuro
¡¡Exijamos lo Imposible!!
Agustín Escobar Ledesma

Hugo Gutiérrez Vega, nacido simultáneamente en Jalisco y Querétaro un 11 de febrero, a estas alturas de su vida, en el poemínimo Viejo preguntón, al mismo tiempo que se describe, nos (d)escribe: He llegado a la edad de las preguntas/ -de niño era muy calladito-/ y ahora nadie puede contestarme. (Georgetown blues y otros poemas, Ed. Gobierno del Estado de Querétaro, Querétaro 1987, 89 pp.).

Corriendo y llegando tarde

A pesar de que sabía que el homenaje a Hugo Gutiérrez Vega por su cumpleaños setenta y cinco iniciaría a las doce en punto del domingo 15 de febrero, arribé media hora tarde al evento, debido a que soy un clásico mexicano, queretano para mayores señas, cuya impuntualidad forma parte de mi idiosincrasia (es decir, soy indio sin gracia), o sea, la viva imagen de la antitesis de la proverbial puntualidad inglesa. No es para menos, porque dicen que los ingleses son exactos en sus citas debido a su neurosis y yo no me quiero parecer a ellos porque admiro la relajada vida de quienes viven en la eterna contemplación de la inmortalidad del cangrejo, esa calmada existencia que sólo puede existir a nivel del mar, en las costas de frutas tropicales.

El homenaje

Aunque el sol de mediodía del domingo 15 era esplendoroso, por la mañana el astro rey tuvo que sobreponerse a la contingencia ambiental (eufemismo que oculta la pavorosa polución que cubre las glorias de la antigua México-Tenochtitlan), situación que, cuando uno anda corriendo, enseguida aparece el sudor.

Por supuesto que con un retraso de media hora de por medio, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes no cabía un admirador más del fundador de Los Cósmicos de la Lengua, como dijo el irreverente Carlos Monsiváis quién, además en su participación mencionó que conoció a nuestro querido poeta en un concurso de oratoria más de cincuenta años atrás, cuando Hugo pertenecía a las filas del Partido Acción Nacional. En su momento y como correspondía, Hugo le enmendó la plana al Monsi al aclararle que fue expulsado del PAN, acusado de comunista, lo que le valió los aplausos de quienes embelesados aspirábamos cuantas frases, ideas, recuerdos y gestos compartían nuestros admirados escritores en el estrado.

Carlos Monsiváis, Marco Antonio Campos y Juan Domingo Argüelles acompañaron a Hugo en el homenaje. Por parte de las autoridades sólo estuvo Teresa Franco, directora del INBA porque Sergio Vela, titular del Consejo Nacional para la Costura por las Tardes, estaba fuera de la ciudad, justificó la moderadora.

Gutiérrez Vega estuvo rodeado de todos sus seres queridos, su familia, sus amigos, y el homenaje, también devino en honras fúnebres a su hija Mónica a quien le dedicó un sentido poema que hizo que algunos de los concurrentes discretamente enjugáramos una lágrima. Y es que, Hugo, al igual que Gabriel García Márquez escribe para que lo quieran. El poeta dijo que quien ama la poesía la aprende de memoria, que él lleva consigo la de San Juan de la Cruz, así como las Coplas por la muerte de su padre el Maestre Don Rodrigo, de Manrique.

El que madruga…

Quienes si alcanzaron lugar el la repleta sala de Bellas Artes fueron mis paisanos queretanos que llegaron temprano, así como diversas personalidades que yo sólo conocía por los periódicos y la televisión: Elena Poniatowsca, Juan Gelman, Porfirio Muñoz Ledo, Daniel Jiménez Cacho, Julieta Egurrola, et al. Yo permanecí estoicamente de pie, parado como las garzas, primero sobre una pata y luego sobre la otra.

La neta es que el homenaje estuvo muy chido. Cuando Hugo leyó su Oda a Borola Tacuche de Burrón, fue la apoteosis del evento porque nuestro entrañable poeta fue ovacionado de pie: “Forrada, sí, por lo inmisericorde y por los años de la tripa mala/ maestra en el arte de ir tirando, santa señora del descuajaringue/ buscando la fortuna o, por lo menos, un magro desayuno/ tu vida y tu escenario comunal forma la desazón regocijada/ de la diaria miseria y de su desastrosa escapatoria”.

Días antes del homenaje a Hugo Gutiérrez Vega en Bellas Artes, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos le organizó otro ídem en la ciudad de la eterna primavera, razón por la que este aporreateclas se pregunta ¿y en la Universidad Autónoma de Querétaro, cuándo? Ojalá y el doctor Raúl Iturralde Olvera, Rector de la UAQ ya esté haciendo los preparativos para honrar a nuestro querido Hugo Gutiérrez Vega para el 11 de febrero de 2010.

Colofón

Aunque no hay excusa que valga, confieso que llegué tarde al evento porque aquel domingo, por circunstancias que no viene al caso comentar, tuve que tomar el tren suburbano (transporte del primer mundo que atraviesa la miseria de algunos municipios mexiquenses) de Lecherías a Buenavista, subir a una pesera rumbo al metro Revolución y de ahí transbordar a la estación de Bellas Artes, salir corriendo del metro y arribar con la lengua de corbata al máximo recinto cultural de nuestro país y, finalmente subir la escalinata de brillante y negro mármol que da a la sala Manuel M. Ponce, para llegar, como escribe HGV: Corriendo y jadeando,/ el cerebro casi licuado/ se retira y, convertido en sudor,/ brilla pálidamente en los talones. (De Georgetown blues y otros poemas, Ed. Gobierno del Estado de Querétaro, Querétaro 1987, 89 pp.).

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