viernes, 27 de febrero de 2009

Basta un Botón... EDITORIAL

¡¡Exijamos lo Imposible!!

EDITORIAL
Viernes 27, febrero del año 2009

De las inversiones y los inversionistas.

Si algo requiere en este momento nuestro México, son inversionistas que no pongan a trabajar su dinero en nuestro suelo, para después llevárselo fuera del territorio nacional. Entendiendo que esa es precisamente la actividad a la que se dedican quienes invierten dinero, es decir, a hacerlo productivo, a multiplicarlo; esos no son el tipo de inversionistas que necesitamos.

Demandamos gente que esté dispuesta a enterrar su dinero en nuestro suelo y dejarlo aquí. Y, dadas las terribles circunstancias por las que atravesamos de inseguridad.

Resulta que los narcotraficantes son los únicos a los que podemos recurrir para salir del problema tan serio de desempleo que tenemos.

El decir oficial (por ambos lados de la frontera) que van a combatir a los narcotraficantes, es solo discurso. Eso no es cierto. En Las Vegas, Nevada, hay un hotel, el “Venetia”. En el que ¡arriba del casino!, es decir, ¡en un segundo piso!, hay un enorme centro comercial que viene siendo una réplica exacta de la legendaria Venecia, con cielo azul y toda la cosa (artificial, por supuesto).

Donde la gente se transporta al viejo mundo en un recorrido en góndolas y por canales que reproducen, con la Plaza de San Pedro y toda la cosa, la hermosa Ciudad que finalmente algún día terminará bajo las aguas.

¡Arriba del centro comercial! Que repito, es una réplica del centro de Venecia, hay terrazas y una piscina enorme donde la gente se asolea y la pasa bien después de haber jugado toda la noche.

El Hotel es una inversión extraordinaria y fabulosa de da cabida a miles y miles de turistas y da miles y miles de empleos; y no se necesita pensar mucho para deducir quienes son los que aportaron el capital para construirlo.

En la hermosa “Perla de Occidente”, Guadalajara, no hace mucho inauguraron un restaurante que costó 23 millones de dólares. Casi una réplica exacta de otro que está en la Ciudad de Monterrey, también, lógicamente, de reciente inauguración.

Y tampoco se ha de necesitar una gran inteligencia para adivinar quienes son los verdaderos dueños se semejantes inversiones.

No hace mucho, el señor Ocampo Verdugo, el de las Cajas de Ahorro del Pacífico, quien está actualmente preso en la cárcel acusado de lavar dinero, tenía en Colima una fábrica de grava y la exportaba a China.

Y si parece escandaloso que se diga que mediante la despenalización de las drogas se les de oportunidad de invertir su dinero a los narcos, que tienen mucho, baste recordar que en los EEUU hicieron lo mismo cuando levantaron la prohibición del alcohol y no les fue tan mal.

La guerra al narcotráfico está perdida (siempre lo ha estado) y la única solución viable para no enfrentar una dolorosa derrota, es reordenar el concepto que se tienen de las drogas y liberar un gran negocio que hasta la fecha solo manejan unos cuantos, para que éste se derrame entre la sociedad.

Pues ni los EEUU, una economía de guerra, va a hacer algo para evitar que los mexicanos sigamos adquiriendo armas (pensar que ya no nos van a vender armas es infantil. A eso se dedican)

Ni nosotros, aunque nuestras Autoridades lo aceptaran, dejaremos de venderles drogas a los norteamericanos. Basta de hipocresías.

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