* Entre mujeres...
23 febrero 2009
“Maldito el Hombre que crea en el Hombre” clamó Jeremías, que con semejante sentencia no solo se adelantó a Winston Churchill, que fue quien dijo “Mientras más conozco a los hombres, más quiero a mí perro” (lo que dice mucho entre líneas)...
Sino que también se pasó a traer a la mujer, de quien dicen que su mejor enemigo es ella misma...
Como acaba de demostrarlo la ex Miss Universo, Guadalupe Jones, quien a pesar de sus indiscutibles atributos y logros, ha dejado de ser ella misma para representar el papel de “Lupita” Jones...
El haber declarado y actuado en contra de Laura Zúñiga, no solo tan precipitadamente al haberla acusado, juzgado y sentenciado, retirándole el título de Miss Sinaloa, sin que la justicia hubiera dicho la última palabra...
Sino que ahora vuelve a verse mal al declarar que no le regresará su título (Título que ella no le otorgó) a pesar de que la Justicia, “haiga sido como haiga sido”, pero la declaró inocente de los cargos por los que la mantuvieron arraigada...
Y todo esto, en medio de un movimiento neo-feminista de proporciones mundiales, que pugnando respeto a las decisiones de las propias mujeres, ha logrado la creación de Institutos que comienzan a hacer ruido...
Todavía no muy les hacen caso, pero a pesar de que han querido usar los recién creados Institutos de las Mujeres con fines políticos, quienes están al frente de ellos han tenido la templanza de mantenerse firmes en sus convicciones...
Sin caer en ridiculeces como hubiera sido en pasados tiempos cuando de facto una mujer gobernaba a la Nación, mientras el orate de su marido se dedicaba a decir y hacer estupideces, como hubiera sido la creación de Institutos para los hombres e Institutas para las mujeres...
En lo personal soy un absoluto convencido de que si no hubiera mujeres en este mundo, la vida no valdría la pena y que ellas y solo ellas, pueden salvar a la humanidad entera de los monstruos que ellas mismas crearon...
El problema es que si la competencia entre los hombres es ruda y con golpes bajos, cuando menos mientras el hombre no sabe cuál es su destino, el destino que previamente escogió. Cuando ya sabe cuál es su camino, le importa un bledo el camino de los demás...
La competencia entre las mujeres es en súper libre. Por lo que pensar que puedan unirse todas las mujeres en pos de algo, como lo hicieron las espartanas de Lisístrata, es tan difícil como encontrar a una que en sí misma encarnara a Juana de Arco y a la Madre Teresa de Calcuta...
Aunque a lo mejor y por ahí sale alguna que encabeza un movimiento que pueda salvar a la humanidad del vergonzoso mundo que hemos construido...
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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