Peñoles: El plomo no siempre viene en balas
El tomar agua o el simple hecho de inhalar aire significa la entrada de partículas de plomo en la sangre. Hay niños con deformidades, leáse seis dedos en cada mano y pie, cáncer y saturnismo.
Este es el impacto del caso Peñoles en Torreón, Coahuila. Es un grito desesperado que lanza nuestra sociedad infestada de sí misma.
Basta ver los encabezados de periódicos coahuilenses para verificar los hechos. Más de once mil niños con plomo en la sangre, desde 1998.
Peñoles declara en su sitio online ser un lugar “Socialmente Responsable”, ganando por años premios de ética y valores.
Irónias de la vida, diría mi madre. Mi pregunta es: ¿Qué han hecho los gobiernos estatales y federales para frenar esta injusticia social? ¿Por qué niños indefensos pagan el precio del collar de plata que usted señora trae puesto, o los juguetes que Mattel y otras compañias hacen?
La ONU dice estar preocupada por los altos índices de envenenamiento, pero ¿Qué ha hecho al respecto? ¿Qué hemos hecho al respecto nosotros? Nos hemos limitado a ver televisión con personajes acartonados y programas sexistas, a reírnos de nuestra inmundicia, mientras otros allá afuera, mueren.
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