sábado, 21 de febrero de 2009

Que nadie se equivoque

Escolares juegan con armas descargadas durante la celebración del Día del Ejército en la segunda Zona Militar en Tijuana, Baja California Foto Ap
¡¡Exijamos lo Imposible!!
La única guerra debería ser contra la IMPUNIDAD neoliberal
Ricardo Andrade Jardí


"Las armas no son de juego son de fuego", sentencia una muy acertada publicidad de la PROFECO, al tiempo que los festejos castrenses se celebran, en alguna zona militar del país, con un grupo de niños y niñas que juegan con las armas "descargadas" del Ejército. Tal vez para poder entender donde, posiblemente, se fracturó nuestro devenir ético, como sociedad, o una buena parte del mismo, baste de ejemplo la foto que ilustra la portada del periódico La Jornada del viernes 20 de febrero del 2009, con esos niños cargando el fusil y "matándose" entre sí. ¿Qué parte no hemos entendido de nuestro lamentable presente? ¿Quién puede suponer que "se gana simpatía" con las armas en momentos donde la cifra de ejecutados supera por días el medio centenar, incluidos niños y familias enteras? ¿Por qué buscar el encanto por la violencia, por las armas y no por la humanidad y por la vida? ¿Si el Ejército requiere apego por qué buscarlo por la violencia y no por el respeto que la supuesta "lucha contra el crimen organizado" del (des)gobierno usurpador les hace perder ante la ciudadanía?

Lo mismo hacen los narcos, enseñan a los niños a tener afecto por las armas, a tener afecto por niveles de vida que el sistema sólo ofrece al empresariado chatarra FOBAPROA, pero además ofrece una seguridad que el Ejército no puede ofrecer, pues no está facultado para eso. El narco se debe a la IMPUNIDAD, las fuerzas armadas a la legalidad, la que está en duda para millones de ciudadanos que suponen, o saben pues lo documentaron ellos mismos, cientos de imágenes y audios recorren el mundo, que el fraude electoral del 2006 les robó la voluntad. La lucha contra el crimen organizado está perdida mientras no se combata la IMPUNIDAD y para eso la mitad de la clase política mexicana, incluyendo al gabinete usurpador, un altísimo porcentaje del empresariado nacional y casi la oligarquía completa tendrían que estar bajo investigación, los concesionarios de los medios electrónicos de comunicación deberían haber perdido hace mucho las concesiones que ahora sirven de chantaje y que para nada son una alternativa de bien común y los ex banqueros, y los banqueros incluidos en el rescate bancario, deberían estar presos en tanto no paguen sus deudas privadas y el costo de sus inmorales recates públicos.

¿Acaso hay mucha diferencia en la lógica de la IMPUNIDAD entre un rescate bancario o un rescate por secuestro?

Niños jugando con las "armas descargadas" del Ejército, mientras en el abrevadero legislativo se propone como delito grave la obstrucción de vías públicas, que no es otra cosa que la criminalización de la protesta, lo que supone además la cancelación de cuando menos tres garantías individuales, otorgadas en nuestra aún Constitución política: libertad de expresión, libertad de manifestación, libertad de reunión y asociación, bajo el pretexto de que todo descontento social sea "apoyado por el narcotráfico" ¡Qué conveniente!

Que nadie se equivoque, el narcotráfico apoya monopolios empresariales, apoya campañas políticas y candidatos, apoya gobernadores asesinos y pederastas, apoya a los maquiladores del dolor humano, apoya políticos y aspiraciones políticas, cobra favores de esos apoyos, apoya oligarquías corruptas, partidos políticos, empresas trasnacionales, hijos putativos de ex presidentes y a ex presidentes y gerentes de grandes y "prestigiadas" industrias, banqueros y ex banqueros; pero no a los campesinos y trabajadores (hoy desempleados) que saquean los contenedores que circulan por la incipiente vía férrea "nacional" (negocio de "Lopitos" alias Zedillo, quien tendría que estar también preso, pues públicamente se ha confesado autor intelectual del FOBAPROA), de trigo y maíz para poder comer, mientras la demagogia oficial niega la crisis financiera y alimentaria, al tiempo que el Ejército juega con los niños a "la guerra" y sale de sus cuarteles para hacer la labor que tendría que hacer la seguridad pública civil y el usurpador Ejecutivo federal, si no estuviera tan ocupado en rematar el país y tan empeñado para hacerlo en mantener un rumbo económico que no sólo multiplicará el negocio del narcotráfico, sino que seguirá garantizando la IMPUNIDAD de una inmoral tecnocracia ladrona y neoliberal que hoy escuda su ineficiencia detrás del Ejército nacional, que cada día es suplantado por ese ejército paralelo que es el Estado Mayor Presidencial, denigrando al Ejército regular a hacer las tareas incompletas de otros, que se reparten la gloria pero evaden la responsabilidad, por la que cobran sustanciosos salarios nutridos con dinero público.

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