Ahora la ciudadanía debe tener voz y voto

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!

Sería un durísimo golpe para la élite

Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes

Que siempre no será posible que los habitantes de la Ciudad de México pasen a ser ciudadanos con plenos derechos. Se dio marcha atrás a la ya aprobada reforma política del Distrito Federal, a pesar de que se ganó la votación con 88 votos a favor, 27 en contra, una abstención. El Jefe de Gobierno, Miguel Angel Mancera, ya había festejado la victoria, no obstante las muchas limitaciones contenidas en el documento, la principal de ellas que los ciudadanos no tendrían derecho a votar por la totalidad de diputados, no habría municipios sino alcaldías, cuyos titulares serían electos a partir del 2018.

El coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, dijo ayer al medio día que siempre no pasa la reforma, porque no había sido analizada como lo exige un tema de tanta importancia. Lo curioso e incomprensible del caso es que con su decisión le mete un gol a su partido, porque como dijo Manuel Bartlett, se trata de “un bodrio, un regalo entre ustedes” (los priístas). Bajo este punto de vista, es positiva la posposición a un nuevo periodo de sesiones, que corresponderá a la próxima Legislatura de la Cámara Baja. Para entonces, quizá, podría haber condiciones más favorables para una reforma en la que la ciudadanía tenga voz y voto, no sólo los partidos.

Porque a final de cuentas, lo que urge en la capital del país es contar con plena autonomía, como corresponde a su jerarquía, y que los habitantes de la Ciudad de México lleguen por fin a la mayoría de edad. Es preciso que esto se refleje en una Constitución que tome en cuenta el pensamiento y sentir de sus habitantes, porque de otro modo seguirían siendo ciudadanos de segunda. No hay que olvidar que nuestra Carta Magna fue la más avanzada de su tiempo, porque en ella se dio cabida a las necesidades, ideas y anhelos políticos y sociales de la mayoría de sectores participantes en los debates que se venían dando desde 1915 en la Convención de Aguascalientes, como lo recuerda el historiador Pedro Salmerón.

Bajo esta perspectiva, hubiera sido contraproducente que siguiera adelante el trámite legal para que la reforma adquiriera rango de constitucional, porque como lo dijo la panista Gabriela Cuevas, en realidad lo aprobado no era otra cosa que “una reforma de políticos para políticos”. Y de lo que se trata, sobre todo en estos momentos, es que la ciudadanía empiece a demostrar con hechos que puede ser más participativa, que tiene capacidad suficiente para imponer una agenda ciudadana a los partidos. 

Habría sido muy negativo que la colectividad que se supone más y mejor informada, más y mejor capacitada, permitiera que sigan siendo los partidos los que hagan y deshagan como lo han venido haciendo desde hace varias décadas, luego de que el PRI no tuvo de otra que permitir la competencia partidista, aunque siempre acotada y bajo condiciones impuesta por el propio régimen que encabeza desde 1929, con el breve intervalo de dos sexenios que le prestó el disfrute del poder al PAN para simular avances democráticos.

Alejandro Encinas recordó lo dicho por el más grande politólogo de México, Vicente Lombardo Toledano, cuando afirmó: “Los vicios de la democracia no habrán de corregirse sino en la democracia misma”. Esto es lo que no ha entendido el grupo en el poder, porque jamás ha entendido lo que es la democracia y le provoca escalofríos la posibilidad de que México acceda algún día a ella. Seguramente la cúpula priísta debe haber pensado, luego de unas horas de haber finalizado la sesión en la Cámara de Diputados, que lo aprobado, aunque fuera una “reforma mocha, incompleta, cosmética”, podría abrir la puerta a nuevas exigencias de los ciudadanos, y eso es demasiado peligroso para la elite en el poder.

Por otro lado, había que darle un tema a los medios y a la clase política, a fin de que se pierda en el vacío la exigencia de que se investigue a fondo la denuncia del senador Encinas, de un fraude de 500 millones de pesos cometido por el delegado de la Sedesol en Veracruz, y se exija la renuncia de Rosario Robles antes de los comicios del 7 de junio. Sería un durísimo golpe para el PRI.

(guillermo.favela@hotmail.com)