Por Esto!
Corrupción y ruina
Joaquín Ortega Arenas
Hace ya algunos años comentamos que, a pasos agigantados, se iba convirtiendo en “costumbre” la corrupción en todos los órdenes de nuestros gobiernos.
Hace ya algunos años comentamos que, a pasos agigantados, se iba convirtiendo en “costumbre” la corrupción en todos los órdenes de nuestros gobiernos.
“Corrupción por miseria“ de los mal pagados servidores de la incontenible burocracia que empezó a gestarse con la fundación del PNR (Partido Nacional Revolucionario) allá por el año de 1929, al que se obligó a pertenecer y mantener a todos los empleados públicos, descontándoles de su magro salario, un porcentaje “para el partido”. “O mordemos o morimos de hambre”, escuché decir a un empleado de los Tribunales.
“Corrupción por ambición”, de los altos empleados de la creciente burocracia, que “tasaban” a un alto precio los servicios que estaban obligados a prestar, y consideraban justo y merecido cualquier centavo de más, aunque fuera ilícito. Mediante este sistema, han amasado grandes fortunas los encargados de otorgar contratos para OBRAS PUBLICAS. Al principio, era “un diente por adela” (diez por ciento del importe del contrato, por adelantado) pero como todas las cosas, sube y sube y no hay día en que la prensa diaria no dé cuenta de grandísimos negocios que permiten desde construir mansiones milyunanochescas, hasta remitir al extranjero billones de dólares.
“CORRUPCIÓN POR CONSIGNA”, que a pesar de lo malo que es en general la corrupción, algo peor que eso. Los altos funcionarios ORDENAN que se viole la ley en perjuicio de los gobernados mediante una “ayuda pecuniaria”, principalmente en la administración de justicia, ayuda pecuniaria que como dice el pueblo, “del tamaño del sapo es la pedrada”.
Este sistema, ha convertido la justicia en México en un mercado. “El que tiene más saliva, traga más pinole” y, vemos, día con día, las peores injusticias que se pueden permitir, impasibles, porque ningún remedio hay para ellas.
Algo que ha colaborado a ese estado de cosas, es el nombramiento de los altos funcionarios de, la Justicia Federal y de la Justicia de los Estados, por el C. Presidente de la República y los Gobernadores de los Estados. La consigna es una costumbre que ha traído como consecuencia, fraudes millonarios en contra de los trabajadores pensionados (la Declaración de la Suprema Corte de Justicia en el sentido de que los nuevos artículos de la Ley del ISSSTE (INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES PARA LOS TRABAJADORES DEL ESTADO, organismo descentralizado del Gobierno Federal) son constitucionales, así como la limitación de las pensiones a diez salarios mínimos, literalmente arrebató a miles de trabajadores de las aportaciones que durante treinta o mas años, habían entregado al ISSSTE, algo como tres billones de pesos que, ¿en donde están? ¿Dónde quedó la bolita? A más de que en estricto derecho, el ISSSTE cometió en perjuicio de los trabajadores pensionados el delito de abuso de confianza, ya que el porcentaje de sus salarios, descontado automáticamente, antes de cubrirlo, para sus fondos de jubilación, ¡ya no existe!
Los elementos para la configuración del delito mencionado, de acuerdo con la Jurisprudencia del Poder Judicial Federal son según ORDENA la Tesis: VI.2o. J/45, son:
ABUSO DE CONFIANZA, ELEMENTOS DEL DELITO DE.
Los tres elementos que constituyen la figura delictiva denominada abuso de confianza son:
a) la entrega de la cosa, en virtud de la confianza o de un contrato que no transfiere el dominio;
b) que la confianza haya sido alcanzada con fines distintos del de disponer de lo ajeno, y
c) que el acusado disponga de los fondos para otros objetos distintos de los indicados, sabiendo que no le pertenecían.
La definición es clara, y enmarca lo ocurrido con los fondos de pensión de los Trabajadores al servicio del Estado, de los Ferrocarrileros, de los Trabajadores de Aviación, etc., una cadena interminable de delitos sin averiguar. La Auditoria Superior de la Federación, estima:
“…De acuerdo con las cifras expuestas, las obligaciones pensionarias del sector público, a valor presente y que toman como fuente la ASF, el Poder Ejecutivo presenta un adeudo de 8 billones 531 mil 455.5 millones de pesos, equivalente a 64.2 por ciento del PIB.
Esa cantidad está compuesta por adeudos registrados en los institutos de seguridad social, de 3 billones 161 mil 162 millones de pesos, o 23.8 por ciento del PIB; figuran también los costos fiscales que derivan de las pensiones del Issste y que administra la Secretaría de Hacienda, de 3 billones 326 mil 662.6 millones de pesos, cantidad que representa 24.5 por ciento del PIB.
Las entidades paraestatales adeudan un billón 676 mil 625 millones de pesos; las entidades en proceso de liquidación, 375 mil 240.8 millones y, entre otros organismos del Poder Ejecutivo, las sociedades nacionales de crédito, con 38 mil 811.5 millones.
En el Poder Judicial la deuda pensionaria se eleva a 11 mil 483.5 millones de pesos; en universidades públicas estatales, es de 559 mil 338 millones, y en el Banco de México, de 65 mil 626.4 millones.,,,”
Los Sacrosantos Bancos, operan en México, sobre todo en asuntos inmobiliarios, utilizando la figura del FIDEICOMISO, que en pocas palabras, consiste en que el FIDEICOMITENTE ENTREGA AL FIDUCIARIO UN BIEN, (en este caso, inmueble) para que lo venda al adquirente, FIDEICOMISARIO, pero si este incumple el contrato, retrasando sus pagos, EL SACROSANTO BANCO, lo vende a otra persona. Generalmente y por que se siente culpable, el afectado ni protesta. Si el afectado recurre a los tribunales, casi sin excepción, en forma constante, consideran que el ser FIDUCIARIO ES SER PROPIETARIO, y alegremente sancionan la ilícita operación..Es muy posible que con ese sistema, se hayan defraudado millones y más millones de pesos.
¿Cabe sospechar que esas “operaciones judiciales”, no han sido gratuitas….?
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