lunes, 20 de abril de 2015

Jenaro Villamil entrevista a RogelioOrtega

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Homozapping
A las presiones represivas en Guerrero, Rogelio Ortega respondió con “tolerancia extrema” 
(Segunda Parte)
Jenaro Villamil

(Leer primera parte)
Entrevista publicad en Revista Proceso No. 2007

La Sombra del Aguirrismo y el Perredismo

-Usted recibió un estado muy encrispado por la corrupción de Angel Aguirre y se le vinculó con él. ¿Rompió con el ex gobernador? ¿Cómo ha sido esta relación?

-Tengo que ser muy claro y transparente: entré a gobernar muy convencido de ir en una ruta de construir armonía en Guerrero y para eso tenía que reducir esa gran franja que separa a la clase política de la sociedad civil, sobre todo, la movilizada.

“Tuve que ser muy cuidadoso. No me voy a meter con Aguirre. No le voy a echar más gasolina al fuego, prometí, pero también les dije que entiendan que las cosas ya no pueden seguir como antes.

“Lo dije: ‘yo no vengo con linchamientos contra nadie ni a satanizar a nadie, mucho menos al aguirrismo. Y viví un proceso en el que tuve que hacer cambios en el gabinete. Los fui haciendo de manera somera, para no generarme conflictos con el aguirrismo”.

Ortega relata que los principales cambios han sido en la secretaría general de Gobierno, en la procuraduría, en la secretaría de Educación, donde llegó Salvador Martínez della Roca, El Pino, en Finanzas y en Salud. Hubo presiones. Le sugirieron que no hiciera ningún cambio.

-¿Navega en un campo minado?

-Navegué entre arenas fangosas. Haces un cambio y rápido te bloquean una carretera. Claro, entendí, es que pisé callos.

-La clase política en Guerrero se desdobla también en algunos movimientos sociales. ¿Utilizan las movilizaciones para presionar?

-Y las usa para cobrarse facturas entre ellos. Y déjeme decirle otra cosa: en el gobierno de Aguirre estaba el aguirrismo, mayoritario, pero también habían cuotas y aliados de posiciones políticas. Líderes del perredismo como Sebastián de la Rosa, Jiménez Rumbo, Víctor Aguirre, los de Evodio, los de Ríos Pitter.

“Luego de los cambios vienen y me dicen: ‘amplíame mi parcela. Tú necesitas gobernabilidad y yo te la puedo dar’. Entonces, no ha sido nada fácil”.

-¿Hubo un pleito por el botín del gobierno?

-No como pleito, pero como reclamo, como exigencia, como demanda en todas las formas: desde las más sutiles hasta las más radicales.

-¿Cómo ha reaccionado el aguirrismo frente a usted?

-Les dije: yo no vengo en plan de linchamiento del aguirrismo, entonces, ayúdenme. Y la mejor forma de ayudarme es bajarle a su protagonismo político. ¿Cómo impulsan al hijo de Angel Aguirre en Acapulco?, les dije. ¿No es mejor que le bajen, la mesura? Se tuvo que llegar a las detenciones para que entrara la prudencia, la mesura.

-¿A usted lo ha presionado Angel Aguirre?

-No, nunca, pero siento la presión del aguirrismo que va a pelear por el nombre y la trayectoria de Aguirre.

La Tentación Violenta

Ortega insiste a lo largo de la entrevista en una tesis que él conoce como investigador de los movimientos sociales y como participante de las luchas por la autonomía universitaria: “uno sabe cuándo empieza un conflicto, pero nunca sabe cómo va a terminar”.

Esa tesis la relaciona con la crisis de Ayotzinapa y el momento que vive la entidad.

-¿Ha existido otro momento más crítico en la historia de Guerrero?

-El movimiento del 60 que culminó en la matanza de diciembre de ese año. Era un movimiento por la autonomía universitaria y por las demandas sociales y populares que encabezaba Genaro Vázquez Rojas y ahí, desde entonces, estuvo Ayotzinapa presente.

“Eso terminó en una salida autoritaria y violenta. Esa es la parte que tenía muy clara desde el momento que acepté la gubernatura: ¿cómo llevar a este movimiento a una ruta institucional, de acuerdos, de diálogo y que no termine en una salida represiva? Y hemos estado a punto, a punto.

-¿Cómo le ha hecho para evitar esa salida represiva?

-Insistiendo en el diálogo, con la tolerancia extrema que me cuesta muchos reclamos del otro lado.

-¿A nivel local, del gobierno federal?

-A todos los niveles.

-¿Hay presiones mediáticas?

-Hubo linchamientos mediáticos. Yo dije: mejor ni contesto. Al final, son los resultados los que hablan. Me meto en un pleito que me distrae. Te meten a una ruta en la que te dicen: ‘mira, cómprate a esas plumas para que hablen bien de ti’ y yo dije eso no es mi convicción. Más temprano que tarde eso se te revierte.

Ortega defiende esos resultados: la temporada alta vacacional de Semana Santa, la ausencia de carreteras bloqueadas, ya no hay edificios incendiados y la devolución del parque vehicular retenido en los municipios en conflicto, incluyendo los camiones de la Coca-Cola.

Sin embargo, prevé otro escenario conflictivo frente a los comicios locales.

“Hay condiciones excepcionales en Guerrero y tenemos que ver una ruta donde no se reprima el derecho de unos por votar y la voluntad de otros por el boicot electoral”, advierte.

-¿Hay una mayoría a favor del boicot?

-No. Están en la ruta del diálogo. El hecho de que hayan entregado los ayuntamientos es una demostración que vamos ganando por esa ruta.

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