Grave y vergonzoso que existan esclavos

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En México la esclavitud es “legal”

María Teresa Jardí

Lo de Nepal es una tragedia para millones de seres humanos. Pero igual los muertos a causa del sismo no llegan a las cinco mil personas muertas. Lo que es una barbaridad. 

Pero en México tenemos cientos de miles entre ejecutados, asesinados, feminicidios, infanticidios... y ahora ya se van convertir “legalmente” en “ausentes”, a los desaparecidos forzadamente. 

Desaparecidos políticos que rebasan en número a los casos aberrantes que se dieron en el Cono Sur y en Centroamérica, también en tiempos de genocidios en manos de dictaduras siniestras. Dictaduras como la que hoy se aplica en México. Por más que se busque encubrir el hecho con noticias también aberrantes, pero menos alarmantes, aunque en eso las quieran convertir los muchos a modo que se sienten azorados pidiendo un castigo ejemplar, para las tres, muertas de hambre también, aunque sean mujeres viles y para el otro muerto de hambre, amén de evidentemente loco, que en una lavandería ubicada en la Delegación de Tlalpan, en el DF, mantuvieron durante dos años a una joven encadenada trabajando, sin darle de comer lo suficiente y golpeándola. Desatando sobre ella, huérfana, al parecer desde que nació, toda la ira acumulada por sus obvias, miserables también, vidas siniestras.

Manlio Fabio Beltrones, sí señores, el mismo que modificó las leyes a nombre de una falsa reforma que ha convertido en esclavos a todos los mexicanos pobres, declara al respecto: “Que además de grave es vergonzoso que en algunos espacios de la República aún exista la esclavitud”. 

El mismo Beltrones al que no preocupa que en pleno siglo XXI los jornaleros de San Quintín se manifiesten en demanda de un salario un poco más justo y un día de descanso de vez en cuando. 

En pleno siglo XXI la esclavitud ha sido legalizada en México por esperpentos como Beltrones.

En Nepal millones han sido afectados por el terremoto que, como casi todo lo terrible que hoy sucede en el mundo, bien puede ser achacado al cambio climático producido por el terrorista imperio yanqui productor de basura chatarra, que también contamina, amén de manipulador a modo hasta de la caída de las Torres Gemelas. Caída justificante de que en México se impusiera, como condena, avalada por traidores, el maldito Plan Mérida. 4,300 muertos en Nepal, informan las notas periodísticas. Nada comparado con los ejecutados en el genocidio iniciado por Calderón y continuado por Peña que como producto televisivo se desempeña sentado en la silla del Ejecutivo federal. 

Y no quieran ustedes saber lo que va a ocurrir en el Distrito Federal el día que aquí se dé otro terremoto. No quieran saber lo que va camino de ocurrir en un lugar lleno de edificios mal construidos y donde el salitre brota por las paredes. En pleno centro de la ciudad, en la Delegación Cuauhtémoc y aledañas, la construcción ha sido el gran negocio, de los delegados de Mancera, avalado por el más impresentable jefe de gobierno capitalino. 

Hace bien Monreal en ofrecer regular el uso del suelo. Desde la Robles lo único que han hecho los del PRD es enriquecerse con el uso del suelo. Quedándose con lo mejor y permitiendo la construcción de lo que jamás debió permitirse. 

El combate a la corrupción en México pasa por meter a la cárcel al Ejecutivo federal y uno que otro de los locales. A Peña, que no entiende que los conflictos de intereses revisten inmensa gravedad y que recibir casas, a cambio de contratos, se debe pagar con cárcel. 

Pero como todos son iguales, fingen que se azoran por la esclavitud de una joven, en manos de un particular, que debía recibir visitas —supongo yo, crédula que soy— de las “autoridades” de la delegación de Tlalpan y de la Secretaría de Trabajo para conocer la situación en la que los obreros desempeñaban sus labores en ese lugar.