sábado, 18 de abril de 2015

Los electores somos una bola de tarados

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Política de arrabal
Diego Petersen Farah

Si pensábamos que la política en México era de arrabal, la ola de anuncios en forma de video clips no hace sino demostrarlo. No es un asunto de puritanismo político: cada quien tiene derecho a hacer lo que se le antoje mientras no transgreda lo límites de la ley, pero que lo hagan con su dinero, no con el nuestro.

La pregunta no es pues si tienen derecho o no a hacer anuncios guapachosos, canciones pegajosas, o narco corridos para políticos (el género se puede ajustar perfectamente a las fechorías de unos y otros) sino si para eso son los recursos del Estado, pues se trata una cantidad verdaderamente obscena de anuncios en radio y televisión que se podrían usar para muchas otras causas mucho más importantes. El que los partidos no paguen un peso por sus anuncios no significa que no tengan valor. Los tiempos de radio y televisión son patrimonio escaso y limitado del Estado. Cada anuncio de partido políticos que se transmite ocupa el lugar de otra campaña que podría salvar vidas, generar un cambio de hábitos, dar información útil que se traduzca en mejora de calidad de vida, etcétera. La pregunta es ociosa, pero si los partidos tuvieran que pagar cada anuncio, ¿harían las mismas campañas? Tengo la hipótesis de que no, que es algo que va más allá de una mera moda, que ahora se dedican más a llenar tiempos que a pensar en contenidos; ahora lo que tienen es un stock de anuncios por usar y no una campaña por diseñar. Los spots son vistos como parte del patrimonio de los partidos, no como herramientas de una estrategia comunicativa.

Los partidos y sus asesores decidieron que los electores somos una bola de tarados que no nos interesa el contenido y el debate de ideas sino únicamente la forma y la simpatía del candidato. A lo mejor es absolutamente cierto y a fin de cuentas vamos a definir nuestro voto en función del quién baila mejor, quién tiene las botas más chidas (en este renglón el candidato Diego Leyva de Guanajuato se lleva las palmas) cuál anuncio es más pegajoso o incluso quién saca chavas o chavos más guapos en su video clip. O, a lo mejor, en un arranque de sabiduría, los partidos decidieron que entre decir burradas y no decir nada siempre será mejor no decir nada. Y tienen razón, siempre será mejor bailar una pegadita que leer un slogan de campaña que diga “¡Se los juro! no les vuelvo a fallar”, como el de Carolina (que se apellida Gudiño pero la campaña no lo dice) candidata a diputada federal del Partido Verde en Veracruz.
¡Viva el arrabal!
(SINEMBARGO.MX)

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