lunes, 20 de abril de 2015

Ya basta queremos #QueSeVayaPeñaNieto

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Homozapping
Textos y Contextos. Presidentes, dimisiones, que se vaya Peña Nieto
Autor Invitado
Miguel Alejandro Rivera

En 1968, el republicano Richard Nixon fue elegido presidente de los Estados Unidos de Norteamérica; cumplió su mandato de cuatro años y como cualquier otro gobernante norteamericano, se perfilaba para dar continuidad a su proyecto mediante la reelección; sin embargo, el 17 de junio de 1972, comenzaría la debacle de este personaje en su paso por la Casa Blanca.

Aquel día, fueron detenidos cinco hombres por haber ingresado al complejo de oficinas del Partido Demócrata, conocido como Watergate, acusados también de robo e intervenir las comunicaciones. Estos hombres eran Virgilio González, Bernard Barker, Eugenio Martínez y Frank Sturgis, todos miembros de la CIA y liderados por James McCord, director de seguridad del “Comité para la reelección de Nixon.

Un par de periodistas del Washington Post, Carl Bernstein y Bob Woodward, fueron quienes realizaron diversas investigaciones que develaron vínculos de la Casa Blanca con este suceso. Un informante conocido como “Garganta profunda”, fue quien les ayudó a saber que Nixon estaba detrás del espionaje a sus rivales políticos.

El 8 de agosto de 1974, Nixon anunciaba su dimisión, después de haber soportado diversos juicios por el escándalo Watergate; un día después, Gerald Ford tomaba el mando.

¿A qué viene todo esto? Los últimos días, un grupo de activistas, artistas y actores políticos, denominados “Ciudadanos por la revocación de Mandato”, echaron a andar la iniciativa de que en las próximas elecciones del 7 de junio, además de elegir a distintos representantes gubernamentales, se pregunte si se está a favor o en contra de que Peña Nieto permanezca en la presidencia.

En los medios de comunicación se ha discutido el tema. Hay voces que apoyan este procedimiento y hay otras que, incluso, indican las trabas legales para que se realice, justo en un país donde ya es complejo hacer una consulta popular sobre temas un tanto menos drásticos.

Sin embargo, no podemos dejar de lado el contundente artículo 39 de la Constitución Política de nuestro país, que indica que “() Todo el poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de este. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho a alterar o modificar la forma de su gobierno”.

Entre que es legal o no lo es, una cosa es cierta: Peña Nieto vive su peor momento en la presidencia y eso es a todas luces evidente. Por ello hemos citado el caso Watergate, pues incluso un presidente norteamericano, quienes parecieran tener todo el poder del mundo en sus manos, debió declinar ante la presión ejercida por la información expuesta en los medios de comunicación.

Es prudente el paralelismo, pues si a Peña le va como le va, es gracias a escándalos develados por trabajos periodísticos, como el generado por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Tlatlaya, la Casa Blanca de Angélica Rivera, las otras tantas mansiones que tiene él mismo y parte de su gabinete, y ahora la masacre en Apatzingán, donde las investigaciones apuntan a que la responsabilidad nuevamente recae en la Policía Federal.

Si en Estados Unidos renunció un presidente por un escándalo mediático, ¿por qué en México no ha sucedido si la podredumbre es incluso más evidente? Claro que son situaciones distintas, pero si la mayoría no tolera al primer mandatario, la mera definición de democracia indicaría que es el momento idóneo para #QueSeVayaPeñaNieto.

No hay comentarios: