¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
¡Aquí nadie se rinde!
Gilberto Balam Pereira
El infarto. Porque…
Me atrevo a asegurar que ningún político ha recorrido en condiciones
extremadamente limitantes, los cientos de miles de kilómetros de nuestra
“tierra ancha y tendida” (parafraseando a Rómulo Gallegos) en sus giras
electorales, llevando a sus compatriotas el análisis de la verdad, las
denuncias de la injusticia social, proyectos de trabajo para el
desarrollo económico, la visión de una existencia más fraternal y
amorosa.
¿Quiénes son los detractores de esta filosofía posible y humanista y,
por ello mismo, conquistable? Acertaron mis lectores: las abyectas
derechas.
Una caricatura de mal talante presenta hoy a media página de un diario,
un corazón sangrante atravesado por una flecha con su respectiva
leyenda: “derecha la flecha al pecho: el infarto”.
Pocas veces se tienen demostraciones de pleno cinismo.
Cierto. La lucha por la libertad y la justicia, con sus avatares, tiene
elevados costos de salud y bienestar. Tenemos a nuestro honesto y máximo
líder postrado con el centro vital flechado por la continua y feroz
reacción de los peores enemigos derechistas con sus armas a cuestas: la
constante prevaricación, un mañoso sistema de triquiñuelas,
autoritarismo, fraudes, calumnias, además de una quiebra moral total,
brutal y salvaje de esas hordas ambiciosas de poder y elevadas fortunas.
Con la salvedad de que, a pesar de todo, no hay claudicación ni
debilitamiento moral por la parte contraria.
Porque… ¡aquí nadie se rinde!
Es verdad, muy probablemente dejaremos de presenciar físicamente al AMLO
de tiempos pasados con sus encendidos mensajes vitalizados por el amor a
su pueblo.
Pero la moral se mantendrá con el rigor y la certeza de sus palabras.
Por fortuna contamos todavía con los medios de comunicación que nos
darán cuenta de los mensajes de nuestro líder. Uno de estos medios ha
sido y continuará siéndolo nuestro diario POR ESTO! que cotidianamente
nos actualiza sobre sus actividades.
Ahora, los cuidados preventivos son fundamentales en el caso.
El ateroma que obstruía la coronaria que irriga el corazón ha sido
resuelto. Pero este problema no es único sino que es una amenaza de todo
el sistema arterial y en cualquier momento, si no se siguen las medidas
de prevención, tendríamos un paciente con infartos recidivantes.
Se pueden tener discursos incendiarios sin necesidad de atizar la
pradera de la mente, evitando así la secreción de adrenalina y de
angiotensinas que causan la hipertensión. Es igualmente importante los
cuidados de una alimentación sana y equilibrada, a sus determinadas
horas de ingestión.
No hace mucho escribi, por cierto:
Sabemos que hay varios factores que nos acidifican (intoxican) el
organismo y uno de los peores de estos determinantes es el estrés. Hay
varias maneras de combatirlo: a) Durmiendo más. b (haciendo deporte o
caminando mesuradamente. c) Practicando yoga, tai chi o qui kung. d)
masajes técnicos que activan el flujo sanguíneo y regulan la presión
arterial. e) La mayoría de los pacientes apuestan por la meditación. Con
la salvedad que esta última exige disciplina, constancia y tiempo
disponible. Media hora, mínimo diariamente. Meditar en las experiencias
agradables que hayamos tenido y rechazar “las energías negativas” como
el aquelarre de las tristemente célebres reformas de moda. La meditación
debe convertirse en hábito “de por vida”.
“Es que no tengo tiempo”. Mentira, hay tiempo para todo. Lo que ocurre
es que somos unos perfectos desordenados y desorganizados en nuestras
rutinas. Prueba de ello son los retrasos injustificados conque asistimos
a los compromisos. Ya habrán oído que las actividades de los yucatecos,
de los mexicanos en general, son las más irrespetuosas en puntualidad.
El elemento emocional, Se resiente cuando no tiene vibraciones de
armonía. Se queja el sistema emocional. Está bloqueado porque nunca le
prestamos atención. Al cuerpo físico lo mimamos a diario, lo duchamos,
lo alimentamos… al emocional nunca lo hemos limpiado. Nunca hemos tenido
en cuenta las emociones bloqueadas. No vamos a un terapeuta para
gestionarlas, no lo hacemos. Ni tan siquiera las expresamos,
escribiendo, por ejemplo. Hablo de agarrar un papel y escribir cómo nos
sentimos, o pintar, o ir a bailar… el caso es que afloren de alguna
forma las emociones contenidas. No lo hacemos, no depuramos el elemento
emotivo, no lo limpiamos cada día.
Hablar en corto con un buen amigo. Lo puse en práctica no hace mucho y
le dije que es, por los resultados, un buen sicoterapeuta.
Y el factor mental, por lo consiguiente. Vibra tan rápidamente que nos
descontrola. Es importante para gestionarlo, el silencio, la paz, para
poder observar esos pensamientos que tenemos descontrolados. Todo el
mundo tiene dos minutos al día para detenerse, pero no lo hacemos. El
alimento ideal para el cuerpo mental es el agradecimiento, estar
gradecidos con la vida. Por lo que tenemos. Y no refunfuñar por lo que
no tenemos. Una amiga psicoanalista me comentaba que la mayoría de sus
pacientes son jóvenes varones y chicas, descontroladas porque no tienen
lo que siempre han ambicionado tener. Así, el tener, es, determinante
causal de estrés.
Pronto viajaré al DF y hablaré con Andrés Manuel. Tengo muchas ondas, como ven, que platicarle.
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