¡¡Exijamos lo Imposible!!
“Mea culpa” panista
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
Vázquez Mota lamenta corrupción del PAN
Utiliza EPN debacle blanquiazul a su favor
Solapa impunidad; presiona para reformas
Arrecia guerra por el patrimonio nacional
CCS: reformas de entrega y privatización
Valadés: “empequeñecimiento del Estado”
EU adiós a Doctrina Monroe, afirma Kerry
“Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero”.- Voltaire
La corrupción sepultó al PAN como opción política. La complicidad con el
PRI está enterrando a Acción Nacional como expectativa electoral. Voces
al interior del partido fundado por Manuel Gómez Morín advierten la
necesidad de cancelar el camino seguido por Gustavo Madero, de
recomponerlo y rescatar al panismo para reconstituirlo en una real
opción política de México. La ex candidata presidencial, Josefina
Vázquez Mota, acusa y admite la intrínseca corrupción que invade su
partido y alerta acerca de la necesidad de regresar a sus principios y
ponerse al servicio de los mexicanos como una oposición real, digna y
con agenda sustantiva para México, y no sólo para satisfacer intereses
de grupo o particulares, que es lo que ha prevalecido hasta el momento.
En la sopa de la corrupción, el PAN se ha servido con la cuchara grande.
Ejemplos sobran y el último de ellos es la acusación a los diputados
del PAN que encabeza Luis Alberto Villarreal, quienes extorsionaron a
alcaldes para etiquetar recursos para sus comunidades. La denuncia llevó
a los diputados del PRD a solicitar a Villarreal que pida licencia para
que se realicen las investigaciones correspondientes y deslinden
responsabilidades, a lo que éste no ha respondido. La Asociación de
Autoridades Locales de México, A. C. confirmó las extorsiones de que son
objeto los alcaldes por parte de legisladores, funcionarios y gestores,
antes y después de la aprobación del Presupuesto de Egresos de cada
año.
La extraordinaria corrupción de los panistas a todos los niveles se ha
convertido en una arma de presión política para la administración de
Enrique Peña Nieto, quien, sin embargo, mantiene la impunidad de los
responsables del saqueo a arcas estatales, federales y municipales. Una
de las puntas del iceberg de la corrupción del PAN, en la administración
de Felipe Calderón, se da precisamente en Pemex, y es ahora, totalmente
documentada, utilizada por el gobierno federal para presionar a las
bancadas de Acción Nacional en el Congreso para que apoyen y aprueben la
reforma energética del titular del Ejecutivo Federal, que también
encierra un gran caso de corrupción a favor de intereses particulares y
del grupo cercano al actual inquilino de Los Pinos.
De acuerdo con una investigación de la revista “Proceso”, el gobierno de
Peña Nieto cuenta con una indagación por corrupción contra el panista
Mario Alberto Ávila Lizárraga, ex subdirector de Mantenimiento y
Logística de la Coordinación de Servicios Marinos de Pemex Exploración y
Producción, quien a través de ese cargo se convirtió en un hombre
inmensamente rico, para lo cual utilizó una empresa denominada Grupo
Empresarios del Sureste, S. A. de C. V., cuya apoderada era su propia
esposa, María Isabel Gutiérrez Rulán, a la que se le adjudicaron
contratos por varios cientos de millones de pesos, que se convirtieron
en la base de su fortuna.
Este escandaloso caso se sumó de inmediato a las extorsiones del grupo
de diputados federales que comanda Luis Alberto Villarreal y confirman
que la corrupción ha penetrado hasta el tuétano de la estructura
directiva de Acción Nacional, en cuyo combate esta basando su campaña en
pos de la dirigencia nacional del PAN la ex candidata presidencial
Vázquez Mota, quien reprueba que este partido haya cambiado tanto en el
ejercicio del poder, al grado de que ya se compara al PRI en sus niveles
de corrupción.
Vázquez Mota escribió ayer, en su página de Internet: “Los priístas no
cambiaron, son los mismos. Pero cuando nos vemos hacia adentro, los
panistas no podemos ignorar una realidad que lastima y que nos ha
provocado pérdidas electorales, pérdida de credibilidad y de confianza,
pérdidas de militantes que no se reafiliaron por decepción y hartazgo.
Tenemos que reconocer que nosotros sí cambiamos, dejamos de ser el
partido de la ética y la seriedad y comenzamos a emular al partido de
siempre, ese que jamás cambiará”.
La aspirante a la dirigencia nacional panista admite que “cuando la
corrupción y el poder e intereses de ciertos grupos se impusieron a los
principios, al interés de miles de ciudadanos y al interés superior que
es México, entonces los “otros” encontraron en sus contrapartes el
camino para hacer de la política el soborno y la rendición. Dentro de la
propia casa del PAN a nivel municipal, estatal y desde la propia
dirigencia, en diversos momentos, se consintieron atropellos y también
se protegieron”.
Los principios serán los que darán la luz y la fuerza para actuar a la
militancia, sostiene la política chilanga, quien considera que el PAN
“tiene que ser una oposición que con firmeza y sin complicidad sea la
voz de la ciudadanía; la alternativa sería tanto como renunciar a
nuestra esencia y también a un presente y futuro de libertades,
renunciar a la exigencia en el cumplimiento de la ley y de la
estabilidad. La amenaza a la viabilidad de las familias mexicanas es
real. El PAN tiene que ser una oposición que diga sí a lo que realmente
salvaguarda y promueve con dignidad y responsabilidad, un mejor futuro
para los mexicanos y rechazar con energía, con argumentos sólidos y
propuestas todo aquello que este de lado de la opacidad y que signifique
regresión o amenazas para los ciudadanos. Esa y no otra es la esencia
del PAN que es imperativo rescatar”.
Las denuncias de la corrupción en la médula del panismo cobran
relevancia excepcional en estos momentos, al exhibirse que ésta es
utilizada por la administración de Enrique Peña Nieto para empujar a las
fracciones parlamentarias de ese partido y asegurar el apoyo a los
cambios constitucionales que implica la reforma energética, que pondrá
en bandeja de plata los recursos energéticos de México en manos de
empresas trasnacionales, proceso que inició desde hacer varios años de
manera ilegal y que ahora pretenden legalizarlo a posteriori, como lo
confirman reportes como el de que el nuevo proyecto de gasoductos para
trasladar gas natural de Eagle Ford Shale al creciente mercado
energético de México ha recibido permiso presidencial. NET México
Pipeline Parthers LLC, con sede en Houston, Texas, recibió el visto
bueno de la Comisión Reguladora de la Energía (CRE), apenas el pasado 8
de noviembre, para ubicar, construir, conectar, operar y mantener
instalaciones transfronterizas en el Condado de Starr para la
exportación de gas natural. Cabe destacar que esa empresa es una filial
de NET Midstream, que tiene un acuerdo a largo plazo para transportar
aproximadamente 5.9 mil millones de metros cúbicos de gas por día con
MGI Supply Ltd, una subsidiaria de Pemex Gas y Petroquímica Básica.
No hay que pasar por alto que México tiene vastas reservas de gas
natural, pero las administraciones federales del PAN, de Vicente Fox
primero y luego la de Felipe Calderón, y ahora la de Enrique Peña Nieto,
que se ha convertido en una extensión de las anteriores en estos temas
estratégicos, no quisieron desarrollarlas para satisfacer el consumo del
país, que ha estado aumentando a cuatro veces el ritmo del crecimiento
económico general en ocasiones en la década pasada, lo que ha llevado a
importar ese energético, proceso que deja sustanciales “comisiones” a
los funcionarios involucrados.
INICIA LA LUCHA
A pesar de la decisión de los funcionarios del primer círculo de Peña
Nieto, el proceso para privatizar las ganancias de la renta petrolera y
dejarlas en manos de unas cuantas empresas trasnacionales no será fácil
y, sin duda alguna, esta guerra apenas ha comenzado. El pasado domingo,
el perredismo cerró filas en torno a la figura histórica de Lázaro
Cárdenas y arroparon a su hijo, el ex candidato presidencial Cuauhtémoc
Cárdenas, en la Plaza de la Constitución, donde el michoacano sostuvo
que la propuesta de reforma energética impulsada por el gobierno de
Enrique Peña Nieto para permitir los contratos de utilidad compartida en
extracción y generación de hidrocarburos es “entreguista, privatizadora
e ilegitima políticamente”, al igual que “la dizque educativa” y la
insuficiente de carácter fiscal, porque no la propuso en campaña ni los
electores votaron por ella en los comicios del año pasado.
El domingo pasado, en un Zócalo atiborrado nuevamente por las fuerzas de
izquierda, unidas en la defensa de los hidrocarburos, Cárdenas fustigó
la “actitud servil” de la administración federal ante el “espionaje
confeso” de Estados Unidos, y sostuvo que no hay ninguna cifra que
“sustente los cuentos” con que se pretende la privatización de Petróleos
Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). El
también ex jefe de Gobierno, del PRD, llamó a los diputados federales de
su partido a convencer a los legisladores de otras fuerzas políticas a
no avalar la reforma “para que no queden marcados de por vida por un
voto de la ignominia“, y los convocó a “hacer todo lo posible” para
convencer a quienes piensan apoyar la privatización, “antepongan el
interés de México a cualquier presión. Que voten por México”.
Sin duda que las palabras de Cuauhtémoc Cárdenas encierran mucha razón.
Por ejemplo, está el hecho de que Pemex mantuvo y afianzó el año pasado
su posición como un corporativo esencial para México, al invertir más
que todas las empresas listadas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV)
juntas. Reportes de la paraestatal confirman que el año pasado invirtió
23 mil 900 millones de dólares, monto superior a los 19 mil 162 millones
de empresas como América Móvil, Femsa, WalMart, Minera Frisco, Cemex,
Liverpool, Alfa y Mexichem, entre otras. Por si fuera poco, en 2012,
Pemex tuvo ingresos superiores a los obtenidos por esas mismas empresas
privadas que se ubican entre las más importantes del Índice de Precios y
Cotizaciones de la BMV, que obtuvieron 139 mil 122 millones de dólares,
contra 143 mil 44 millones de dólares, los mayores de la historia de la
compañía petrolera nacional. De ahí la codicia, la avaricia, de los
funcionarios federales de la actual administración de hacerse de una
tajada de ese enorme pastel que representa la riqueza energética del
país.
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