sábado, 23 de noviembre de 2013

MurilloKaram miente con mucha facilidad

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
Alarmante insensatez, el signo del sexenio
Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes

Luego de un año de labor “gubernativa”, lapso en el que el país se hundió más en la inseguridad, la violencia y la pobreza, el grupo en el poder sigue creyendo que podrá seguir adelante en su empeño por desmantelar totalmente al Estado. Lo que está ocurriendo en Michoacán es el preludio de una realidad que no tarda en ampliarse a otras entidades federativas, porque las causas profundas de la gran tragedia que se avecina están cada día más firmes. En su soberbia, producto de un total desconocimiento de la realidad, la oligarquía no quiere darle al pueblo una tregua, aflojando tan siquiera un poco la “cuerda” que lo está ahorcando.

Obviamente, la situación se complicará terriblemente en poco tiempo, no importa que la burocracia dorada extienda sus tentáculos corruptores, comprando conciencias y “lealtades”, como lo ha venido haciendo de manera por demás escandalosa, al fin que dinero le sobra a la oligarquía para esos menesteres. Así lo acabamos de constatar con el anuncio que hizo Enrique Peña Nieto del rescate de la deuda que tienen más de 300 mil profesores miembros del SNTE, por alrededor de 5 mil millones de pesos. Se fue Elba Esther Gordillo, pero las prácticas corruptoras siguen vivas en la organización sindical, como es fácil advertirlo.

Así se comprueba también, por si hiciera falta, que a la “maestra” se le castigó no por corrupta, sino por no disciplinarse y querer medir fuerzas con el nuevo inquilino de Los Pinos. Esto no sucederá con la nueva dirigencia, pero cobrará muy caro su apoyo a las políticas derechistas y depredadoras del “gobierno” de Peña Nieto, como lo patentiza el nuevo arreglo que satisfizo al “dirigente” Juan Díaz de la Torre, tanto que garantizó la total solidaridad del SNTE con la reforma educativa impuesta desde el exterior, con el fin supremo de mantener a México atado a los designios de la OCDE y demás instrumentos controladores con que cuenta la plutocracia internacional.

Por eso es imposible tomar en serio las declaraciones del procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, en el sentido de que no se podrán extender a otras partes los grupos de autodefensa que subsisten en territorio michoacano, ya que los operativos del gobierno federal para recuperar la seguridad en el país, “están dando resultados y les quitarán el pretexto a quienes dicen estar buscando la justicia”. ¿Cuántas veces no dijo lo mismo el espurio Felipe Calderón Hinojosa, con los resultados que todos padecimos durante su desgobierno?

El titular de la PGR debería saber que los padres de familia, los jóvenes que decidieron suplir con su valor y patriotismo la ineficiencia y corrupción de las autoridades que deberían salvaguardar la paz social, no lo hacen por gusto o porque les guste el relajo, sino porque no se les dejó otro camino. Es un hecho incontrovertible que gracias a las guardias comunitarias, varias regiones de Michoacán recuperaron la tranquilidad y la seguridad de que sus familias no serán ofendidas y mancilladas por pelafustanes con o sin placa. Los operativos de que habla Murillo Karam sólo han complicado las tareas de saneamiento social del pueblo organizado en defensa de sus vidas y bienes, por raquíticos que sean.

Es muy preocupante que el grupo en el poder, la burocracia dorada, esté tan alejado de la realidad y no tenga una mínima capacidad política para enfrentar las presiones fascistas de la oligarquía. Ante ésta se humilla y agacha la cerviz, como ha quedado demostrado cada vez que Claudio X. González o Germán Larrea amenazan con largarse del país, porque el Ejecutivo no procede con la mano dura que ellos pensaban podía ser capaz de utilizar. Pero contra el pueblo, cuando forzado por la desesperación se organiza en defensa de sus legítimos intereses pisoteados, se lanzan furiosos con todo el peso de la fuerza del Estado, sin importar las consecuencias.

Mientras tanto la izquierda”, algunas organizaciones que se dicen progresistas y democráticas, le facilitan las cosas al grupo en el poder con su irresponsabilidad y falta total de sensatez, además de una cortedad de miras que alarma sobremanera. De ahí el imperativo de que más que pensar en un nuevo partido que pronto sería cooptado, la verdadera izquierda trabaje para organizar al pueblo en su lucha por salvar al país de la debacle anunciada.
(guillermo.favela@hotmail.com

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