¡¡Exijamos lo Imposible!!
Desesperados
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
¡Urge! Reforma energética: PJC
AMLO y CCS arrinconan a EPN
Sobre el papel 1.2 millones de firmas
PGR: sin salida a desaparecidos
Crecerá PIB 1.3%, dice la SHCP
“No existe la libertad, sino la búsqueda de la libertad y esa búsqueda es la que nos hace libres”: Carlos Fuentes.
La suma de esfuerzos de los líderes de la izquierda en México, Andrés
Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas, para impedir la aprobación e
implementación de la reforma energética del presidente Enrique Peña
Nieto, que ha cristalizado en la recopilación de más de 1.2 millones de
firmas en todo el territorio nacional para demandar una consulta pública
sobre este estratégico sector, así como en los llamados a la
desobediencia civil, y la exhibición de fuerza política y respaldo
popular en el Zócalo capitalino en dos ocasiones, además de la
convocatoria a un magno mitin más el 1 de diciembre, tienen sumamente
nerviosos a los integrantes del gabinete peñanietista, que apremian a
aprobar los cambios constitucionales en esa materia antes de que termine
el actual periodo ordinario de sesiones, pues en el fondo están
conscientes del fracaso de su reforma fiscal y recaudatoria, que
difícilmente podrá ingresar lo que proyecta, mientras que el gasto del
gobierno federal no se altera en lo más mínimo.
Los analistas políticos del país no han logrado encontrar razones de
peso que respalden con argumentos esa premura, esa urgencia de la actual
administración federal por repartir las cuantiosas ganancias de la
renta petrolera y de poner en mano de compañías trasnacionales el
estratégico sector energético del país, que sumiría a la Nación en una
peligrosa dependencia de las decisiones de los inversionistas de las
grandes compañías trasnacionales no sólo petroleras sino también
generadoras de energía eléctrica, que buscan con las reservas nacionales
contar con garantías ante los organismos financieros internacionales
para acceder a créditos extraordinarios que aseguren su operatividad en
el largo plazo, así como el crecimiento e incremento de sus ganancias en
los próximos años.
Quienes crean y sostengan que vendrán a invertir están completamente equivocados.
Así, todo parece indicar que se trata de un despojo a la Nación, de un
acto de “traición a la Patria”, por el cual Peña Nieto podría ser
juzgado no sólo por la historia y la memoria popular, sino por las
autoridades judiciales. Se trata, según han señalado Cárdenas Solórzano y
López Obrador, de un robo de gran envergadura, en el que están
implicados desde los funcionarios de la administración federal
—popularmente conocidos como tecnócratas- hasta legisladores federales
de las tres principales fuerzas políticas, a pesar de que están ciertos
de que entregar las reservas energética del país dejaría al pueblo de
México y a su gobierno sin su mejor garantía para acceder a los créditos
internacionales.
En la semana que concluye, la ansiedad y la urgencia les ganó a
funcionarios como el cozumeleño Pedro Joaquín Coldwell, secretario de
Energía, y Emilio Lozoya Austín, director general de Petróleos Mexicanos
(Pemex); a los legisladores, incluyendo al coordinador de la fracción
parlamentaria del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones,
y al propio presidente de la Cámara baja, Ricardo Anaya, que con
desesperación pugnaron porque la reforma energética de marras se apruebe
ya, pero ya, rápido, sin demoras, “porque le urge al país”, cuando
debieron señalar que la urgencia gira sobre sus intereses económicos
particulares y políticos.
La razón de la desesperación de esos funcionarios está en el músculo
político que han exhibido tanto el tabasqueño como el michoacano, cada
quien por su lado, hay que decirlo, pero cuyos resultados sumados pueden
frenar la intentona de entregar el petróleo mexicano a las
trasnacionales.
Fiel a la práctica legislativa que se ha hecho costumbre durante la
actual gestión priísta, la de negociar con la chequera y el intercambio
de prebendas y privilegios, el sonorense Manlio Beltrones declaró ayer
la disposición de su partido de aceptar que si para aprobar la reforma
energética se necesita como condición votar primero la reforma política,
“así se aceptará”.
Señaló que “si tenemos que pasar por una reforma política y electoral,
como un quid pro quo por parte de otras fuerzas políticas, habrá que
hacerlo porque estamos intere$ados en tener esa reforma energética”.
El pastor priísta aseguró que ya está todo platicado respecto a la
reforma energética. Dijo que “está sobre-diagnosticada la necesidad de
la reforma. Aprobarla es lo único que hace falta. En las seis sesiones
que restan del periodo ordinario hay tiempo suficiente para aprobar lo
que hemos de$eado durante tanto tiempo”.
Los panistas en el Congreso están en la misma tesitura. Ricardo Anaya,
presidente de la Cámara de Diputados, promovió que con la reforma
energética “el país podrá superar los agravios que padecen aún los
mexicanos como resultado de que el esquema actual ya no es funcional”.
Sostuvo que ninguna reforma puede contribuir tanto como la reforma
energética a aliviar la carencia de un verdadero crecimiento económico y
la generación de empleos formales, por lo que ésta es necesaria.
Explicó que los proyectos de reforma energética presentados por las tres
principales fuerzas políticas pueden diferir en muchos puntos, pero el
punto coincidente es que el esquema actual ya no es funcional para el
país.
La desesperación de los tecnócratas peñanietistas es tal que los lleva a
realizar declaraciones tan absurdas como las de Emilio Lozoya Austin,
director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), quien afirmó que para
que la paraestatal pueda concluir la construcción de la Refinería
Bicentenario en Tula, Hidalgo, se requiere de la aprobación de la
reforma energética, cuando lo único que se necesita es voluntad política
y vocación de servicio para realizar el proyecto y terminar con el gran
negocio de algunos funcionarios y políticos-empresarios, que han hecho
de la importación y venta de combustibles una lucrativa industria, que
además no tiene riesgo alguno pues cuenta con un mercado cautivo,
protegido por la propia administración federal en turno.
Lozoya aseguró que el proyecto calderonista no se había cancelado y que
sigue su plan de negocios, que incluye la inversión de 4 mil millones de
dólares.
Por su parte, Pedro Joaquín Coldwell, titular de la Secretaría de
Energía, pidió a los empresarios asistentes al Vigésimo Congreso Anual
del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior que promuevan la
reforma energética propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto para
evitar que prevalezcan los argumentos de quienes la rechazan.
Señaló que: “yo creo que el sector privado puede hacer una gran
contribución, particularmente explicándole a la sociedad la importancia
que va a tener esta reforma para mejorar la competitividad de las
empresas y del país, y esto en gran medida va a generar empleos que van a
beneficiar a más mexicanos”.
El cozumeleño desarrolló 20 puntos a los exportadores en torno a los objetivos de la reforma energética.
El ex gobernador de Quintana Roo insistió en que si bien México es un
país libre y democrático, “lo importante es no dejar que prevalezcan
únicamente los argumentos de quienes se oponen a las reforma sino que
también las voces que ven beneficios en la reforma, es importante que
salgan a expresarse”.
Según este funcionario, es cuestión de días para que la reforma
energética de Peña Nieto sea aprobada en el Congreso de la Unión. Ante
el hecho de que la recolección de firmas ciudadanas que realiza el PRD
para solicitar una consulta pública al respecto e impedir que salga este
año, Pedro Joaquín recalcó que “es urgente y no debe esperar porque
está en peligro la seguridad energética del país”.
Aseguró que de acuerdo con los cálculos del gobierno federal, con la
reforma energética se generará un incremento del uno por ciento del
Producto Interno Bruto (PIB), y la creación de 500 mil empleos en este
mismo sexenio, pero, aclaró, dos años después de que sean publicadas las
leyes secundarias.
El titular de la Sener aceptó que las fuerzas políticas que disienten
con la reforma energética “están en su derecho de pedir una consulta
pública”.
Apuntó que “no estamos en plan de pelear, sino de dialogar. Nos parece
que las razones de la izquierda tienen todo el derecho a expresarse,
como también las voces que están a favor”, porque, advirtió, “está en
riesgo la seguridad y la competitividad energética nacional, ante las
tendencias decrecientes en sus productos petrolíferos y con elevadas
tarifas de luz”.
Así, es clara la preocupación y el nerviosismo del gabinete presidencial
de Peña Nieto ante la creciente inconformidad con su reforma energética
y el próximo 1 de diciembre quedará ratificado cómo ha crecido esta ola
en contra de la iniciativa de modificaciones constitucionales en
materia energética, particularmente en los artículos 27 y 28.
Como lo señaló López Obrador, el pueblo de México esta harto de “30 años
de retrocesos y privatizaciones que han causado la ruina de las
actividades productivas, el desempleo, el empobrecimiento, la
descomposición social y la violencia”; de una minoría rapaz que “busca
despojarnos del sector energético nacional”.
DESAPARECIDOS, SIN SOLUCION: PGR
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