¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
La trampa
Por María Teresa Jardi
Tendríamos que empezar a hilar mucho más fino los mexicanos para lograr
quizá entender lo que con México ocurre hoy, posiblemente de manera
irreversible. Irreversible por ahora y quién sabe cuándo les vaya a
llegar a los que queden, impuesto por sociedades que no se encuentran
tan atrasadas si logran que no les impongan la masacre, por lo que a la
capacidad de razonar toca, como se ha hecho evidentemente con la
sociedad mexicana a lo largo de décadas.
Perversos al servicio del imperio yanqui desde Echeverría, corruptores
desde Alemán, entreguistas desde Salinas y luego Zedillo y luego Fox y
Calderón y Peña son los creadores de los grupos de sicarios que operan a
lo largo y ancho del país.
Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, el más traidor de los mexicanos,
siendo traidores también los otros, no declaró una guerra al
narcotráfico ni sacó a la calle al Ejército nacional primero y luego a
la Marina para que combatieran al narcotráfico.
Al Ejército y a la Marina los sacó a proteger a un cártel de la droga,
elegido por él de común acuerdo con los yanquis, mientras perseguían a
los otros e imponían “los daños colaterales” como regla.
Calderón permitió a García Luna entrenar a un ejército de sicarios
gansteriles, conocido como los hombres de negro, que, a bien ha tenido
Peña, integrar a las huestes de Mondragón, que como el resto, es otro
traidor esperpéntico.
“La Familia”, “Los Zetas”, “La línea” y el resto, es obvio que fueron
entrenados y creados por el que usurpando llegó al poder “haiga sido
como haiga sido”, responsable de los cientos de miles de muertos, que
como genocidio de pobres se implantó aquí, de manera descarada, desde el
pasado desgobierno a modo de la entrega que hoy a Peña se le exige como
su encomienda.
Encomienda que por otro lado Peña acepta. No se salva tampoco de la
traición el producto impuesto al pueblo mexicano como condena por el
poder de facto televisivo al servicio también del imperio gringo.
La mentira es la regla y como dijera no recuerdo quién, antes que el
amor, la salud, la fama o el dinero, la verdad es lo que por encima del
resto se encuentra. Algún intelectual famoso, Sampeiro, puede ser, no lo
recuerdo en este momento y no quiero perder el hilo de algo que hace
tiempo vengo pensando para compartir con ustedes.
No son posibles los poderes de facto gansteriles donde el poder combate a
los delincuentes. Y es diáfano hoy, con las declaraciones de
funcionarios de quinta, los de primera aquí ya no existen, asegurando
que no van a permitir que el pueblo se defienda. Persiguen a los que
obligados, por la situación de abandono, se ven a empuñar las armas para
defenderse, de los que con ellos hacen lo que les da la gana, cuidados
incluso por el Ejército nacional, como quedó plenamente establecido en
el caso de “Los caballeros templarios”, cuando dejaron entrar a las
autodefensas de Aquila, desarmadas, a enfrentarse con los que
garantizaba el ejército que no los iban a atacar porque son unos y otros
los mismos.
Salinas entendió que había que expropiarle también las palabras y su
contenido al pueblo y desde entonces así han operado él y los que a ese
impresentable falso redentor de la patria sucedieron.
Y con Zedillo se expropio también lo aprendido y aprehendido del EZLN y
ACTEAL fue el inicio de sicarios indígenas, que con Calderón dieron el
salto a soldados sicarios del narcotráfico, tan convenientes para hacer
la limpia de pobres que además como plus para el imperio, ha tenido la
falsa guerra iniciada por el traidor de traidores, aunque Peña vaya
camino de convertirse en lo mismo.
La falsa denuncia contra los templarios, que fueron a entrevistarse con
los mediocres legisladores, pero muy bien comprados, sólo busca el
justificar el otro pago, Michoacán, que exige el PAN para sumarse a la
entrega de los pocos bienes que a la nación mexicana le quedan.
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