¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
¿Desgaste o desastre de las mujeres y hombres de Peña?
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
La mayoría de los empleados de Peña está al borde del despido por
incapacidad o por enfermedad como Murillo Káram, pues llegaron al cargo
como pago de sus cuotas para apuntalar a Peña, tras su posicionamiento
en Televisa para agandallarse la candidatura del “nuevo” PRI. Ese que,
fundado por Alemán –apunta certeramente Julio Scherer García– “Después
de padecer la dictadura priísta… de cuyos presidentes… no se hizo un
solo estadista” (Niños en el crimen, editorial Grijalbo).
Se va Mondragón por senil sin su anunciada gendarmería y sin examinar a
las policías federales. Se va Chuayffet porque estorba, ejecutada la
venganza contra la Gordillo. Se va Osorio Chong, el de las cuentas
alegres en la sangrienta inseguridad y quien tartamudeando dice a la
Nación que de mil homicidios, ya bajaron a 999. Se va la sobrina de
Salinas, y aspirante a gobernadora de Guerrero: Claudia Ruiz-Massieu, la
única turista dentro y fuera del país. Se va David Korenfeld de
Conagua, por incompetente que no atiende sus obligaciones los sábados
por su religión.
Se va Ruiz Esparza, porque está muy limitado para Comunicaciones y
Transportes y, en su reciente viaje a China, no supo explicar a los
empresarios, ni en chino ni en inglés… ¡ni español!, dónde invertir. Se
va Enrique Martínez, pues en Sagarpa sólo cobra su mes por más de un
cuarto de millón de pesos. Despiden a Pedro Joaquín Coldwell de Energía
(petróleo y electricidad), pues no “da pie con bola”. Se va José Antonio
Meade, calderonista converso al peñismo, ya que en Relaciones
Exteriores sigue despachando como secretario de Hacienda, mientras Peña
no sabe cómo deshacerse de Videgaray y su asesor Aspe.
Se va el general Salvador Cienfuegos por sus males cardiacos y porque la
guerra contra las delincuencias no son su fuerte. Se va Rosario porque
sólo promete combatir la pobreza y ambiciona ser candidata presidencial.
Se va Guerra Abud de la Semarnat, porque nada sabe de su ramo. Se va
Navarrete Prida con todo y su concesión de la Lotería Nacional y un
servicio de restaurante en su secretaría. Se va Mercedes Juan-López
porque ha confundido el cólera con el enojo. Y se va Sebastián Lerdo de
Tejada del ISSSTE, porque trae a la institución “patas pa’rriba”.
Peña debería nombrar a un Jefe de Gobierno de facto mientras aterriza la
reforma político-electoral, que controle a su gabinete, lo ponga a
trabajar y le entregue cuentas a él como Jefe de Estado, dando paso al
semiparlamentarismo que funcione a base de transacciones y no del
autoritario “no hay paso atrás”, que tiene a la Nación a punto de
desbordarse por su mal gobierno.
P.D. Lozoya Austin no se va porque es un activo de la privatización de
Pemex; mientras a Francisco Rojas de la CFE, le espera juicio político
por el abuso en los cobros de recibos de luz. Ramírez Marín, de la
Reforma Agraria y Olivas Ugalde de la SFP, no existen, salvo en la
nómina, cobrando más de 150 mil pesos al mes. Y el secretario de Marina:
Soberón Sanz se la pasa en su helicóptero y su alberca de olas con
palmeras, como vista desde su despacho, mientras espera subirse al
Titanic.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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