¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
EPN: Un mal 2013, ¿un peor 2014?
La semana pasada, The Economist publicó un artículo sobre México a
propósito de la muerte de Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”.
Vale la pena recordar algunas observaciones que hace la prestigiada
revista que se edita en Londres. Los siguientes apuntes son textuales:
1. GOLPE DE EFECTO… “Las tropas derribaron su puerta con una bazooka. En
el interior, el ejército encontró 200 ametralladoras Uzi y 30,000
cartuchos. Uno de los principales cargos presentados contra el líder del
sindicato más poderoso de México fue gangsterismo. En la detención
(enero de 1989) de Joaquín Hernández Galicia, el veterano dirigente del
sindicato de trabajadores petroleros, se jugó hasta el máximo efecto
dramático”.
2. …SIN EFECTO. “Pero la muerte de ‘La Quina’ difícilmente es el fin de
una era. El poder del sindicato que una vez representó sigue vivo. La
Reforma Energética propuesta, que se debate actualmente en el Congreso,
no incluye ninguna disposición para disminuir el poder del sindicato de
trabajadores petroleros”.
3. EL NUEVO JEQUE… hoteles de lujo, [se sabe que] Romero aparenta ser igualmente rico”.
4. …AL SERVICIO DEL PRI “Y al igual que en los tiempos de ‘La Quina’,
los presidentes siguen ennobleciendo a los dirigentes obreros y dejando
intactas las estructuras de sus sindicatos, siempre y cuando sigan
apoyando al Partido Revolucionario Institucional (PRI)”.
5. EPN COMO SALINAS… “En febrero, el Presidente Enrique Peña Nieto tomó
una hoja del libro del señor Carlos Salinas y arrestó a Elba Esther
Gordillo, presidenta del sindicato más grande de maestros (SNTE), poco
antes de [presentar] la reforma del sistema educativo. Ella está en la
cárcel, del sindicato se hizo cargo un ayudante”.
6. …SIMULA APLICAR LA LEY. “Sin embargo, desde su detención no ha habido
ningún intento de examinar si la malversación de fondos de la que se le
acusa se extiende por todo el sindicato. En cambio, como las Uzis de
‘La Quina’, todo el foco ha concentrado en los bolsos de diseño arcus
antes de su caída. Sin duda, ella también tiene la esperanza de que los
vientos políticos eventual den un golpe al señor Peña para poder
disfrutar de una jubilación cómoda”.
En algunos días, Enrique Peña Nieto cumple su primer año como Presidente
de México. Como Carlos Salinas, llegó cuestionado al poder.
Aunque el PRD ahora no lo recuerda, la izquierda entera gritó “¡Fraude!”
los días posteriores a la elección; el PAN, por su parte, aceptó el
resultado pero sí advirtió que se habían cometido tropelías: desde
desvíos de recursos hasta engaños, pasando, claro está, por rebase de
topes de campaña.
El balance, a un año de que Peña asumiera la presidencia, parece ser a
todas luces negativo. Organizaciones civiles de México y del extranjero
le reclaman la crisis de derechos humanos que vive el país, mientras que
el gobierno cierra las puertas a la transparencia: es difícil, a estas
alturas, saber si son ciertas las cifras sobre homicidios, extorsiones o
desapariciones porque el gobierno priista ha hecho todo para ocultarlo.
El mismo Presidente evadió presentar una declaración patrimonial en
forma –que aclare, por ejemplo, su fortuna– mientras que los programas
sociales federales están en constante duda debido a que gobiernos como
el de Veracruz y el de Chihuahua intentaron usarlos para comprar votos.
De las reformas, ni hablar.
La Educativa tiene a miles de maestros en las calles. La Energética
parece sólo convencer al gobierno federal, a los inversionistas posibles
–obvio– y al PAN. La Fiscal puso en pie de guerra a los empresarios
mientras que la Político-Electoral simplemente fue frenada. Y no se ha
hablado aquí de la economía.
Ya los mexicanos lo saben: en apenas meses de gobierno, los indicadores básicamente se han hundido.
Así de simple. Menos crecimiento, menos empleos, más deuda. Por lo menos
Carlos Salinas engañó al país unos años; estos no: la debacle económica
no les aguantó ni un mes.
Y si a todo lo anterior se le suma que uno de los golpes más
espectaculares de la presente administración, el arresto de Elba Esther
Gordillo, se trasluce incluso para los medios extranjeros como un
engaño, pues entonces el gobierno de Peña Nieto se escapa de las manos,
es decir: no sólo no ha cumplido, sino que ha dado pasos para atrás.
Peña Nieto parece llegar al desencanto mucho antes de alcanzar la
primera mitad de su mandato. ¿Qué efectos puede tener esta debacle?
Algunos muy concretos. Por ejemplo, que el Partido Revolucionario
Institucional intentarán, ante la pérdida de popularidad y la
frustración generada por las metas sin alcanzar, mantener el control por
la vía electoral. Es decir: arrebatar el poder.
Eso han hecho en el pasado; eso hacen en los estados que no han habido
transición; entonces, no hay razón para decir que no lo harán otra vez.
Tienen mucho dinero y poder para hacerlo. No son buenas las noticias con las que cierra el año.
La violencia sigue pegando con todo a los mexicanos y las promesas se quedan en el aire.
No se augura, entonces, un buen 2014.
(SINEMBARGO.MX)
No hay comentarios:
Publicar un comentario