La Jornada
Bajo la Lupa
¿Amenaza Bloomberg con caída de la bolsa, devaluación del peso y fuga de capitales si no privatizan Pemex?
Alfredo Jalife Rahme
La semiótica y los
conceptos son muy importantes para contrarrestar la vulgar
desinformación que promueven Woodrow Wilson Center (WWC)/ITAM/IMCO,
encabezados en forma desaseada por el estadunidense Duncan Wood (Ver
Bajo la Lupa, 21/07/13).
doméstica,
oiko-privatización(del griego
oikos: casa), que una
xeno-privatización(
foránea: del griego
xenos).
Así, cuando se habla de
privatizaciónde las aguas profundas/ shale gas (gas esquisto/lutitas) se promueve la
xeno-privatización, que dispone tanto de la
tecnología madurapara las profundidades océanicas como del monopolio técnico del controvertido fracking (fracturación hidráulica: que requiere inmensas cantidades de agua, de las que carece el norte de México), tan deletéreo para el medio ambiente.
La
xeno-privatizacióncontrasta así con la
oiko-privatización.
Para cualquier debate civilizado y racional sobre el futuro de Pemex se debe usar el lenguaje con definiciones universales y no con la hermenéutica reduccionista de la
teologíaneoliberal.
Los entreguistas, pactistas, catastrofistas peroran en forma absurda sobre su obsesión semántica: la
competencia (sic), de la que justamente carecen, cuando la
competitividad (sic)neoliberal mexicana ocupa un lastimoso lugar 53 en el ranking global (Ver Bajo la Lupa; 07.07.13).
Es fundamental disponer de un lenguaje universal que no se preste a confusiones deliberadas: como la palabra
modernizacion, que en su genuina semántica es contraria al
retrocesode la reforma entreguista y pactista del PAN, que beneficia geopolíticamente a las trasnacionales de EU y Gran Bretaña en detrimento de la independencia, libertad y seguridad energética de México.
Se debe definir el origen y la ubicación de la privatización –si es
foráneao
doméstica– y, sobre todo, contrastar las tramposas traducciones que no son las mismas en español (por temor al repudio ciudadano) que en inglés (para seducir a los inversionistas de Wall Street/La City), como sucedió con el obsceno artículo del The Wall Street Journal (Ver Bajo La Lupa, 30/06/13) y en forma flagrante con el reporte WWC/ITAM/IMCO que encabezó el estadunidense Duncan Wood y cuya frase clave –que encubre la bursatilización a través de los
operadoresy la
nueva contabilidadde las aguas profundas/ shale gas– no corresponde en inglés con su traducción timadora en español.
Vale la pena repetir la versión inglesa:
un contratista (sic), aunque reciba honorarios por sus servicios, no puede contabilizar (sic) las reservas de gas y petróleo, ni puede reclamar la propiedad (¡súper sic!) de los hidrocarburos que ayuda a explotar, mientras el operador (¡súper sic!) sí lo puede hacer.
Comenté respecto a su traducción hierática:
Se impone el concepto de los operadores (sic) para contabilizar y bursatilizar las reservas de gas y petróleo y reclamar su propiedad (¡súper sic!). Aquí subyace la gran trampa de exigir los cambios a la Constitución.
En fechas recientes los controvertidos
Consejeros profesionales (sic) de Pemexse han soltado de la lengua y se han extralimitado en sus atribuciones de empleados públicos: el caso de uno de los 18 firmantes del reporte entreguista/pactista/catastrofista del WWC/ITAM/IMCO.
Pero nada se compara a otro
consejero profesional (¡súper sic!), Héctor Moreira Rodríguez, ungido por el PAN calderonista, quien participó sin pulcritud en la
Conferencia Bloomberg-Méxicoen New York a rematar a Pemex (donde labora).
Sería conveniente que el director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, aclare si las posturas
metastáticasde sus incontinentes
consejeros profesionalesrepresentan el punto de vista oficial.
¿Quién controla a los desaforados
consejeros profesionales de Pemex, que en el organigrama burocrático son empleados sin capacidad decisoria?
Al rato hasta algunos de los desprestigiados
consejeros del IFEvan a opinar en Wall Street sobre la privatización de Pemex.
Más allá de las torcidas opiniones del filopanista Héctor Moreira, anterior funcionario de la Secretaria de Energía con Calderón, lo que importa es la percepción de Bloomberg y del omnipotente banco JP Morgan Chase (Ver Bajo la Lupa, 10/07/13), quienes se frotan las manos sobre la muy cantada
xeno-privatización.
Mientras los
consejeros profesionales de Pemexsocavan en sus entrañas a la paraestatal de la que viven, los otros conferencistas del panel –Guido Cerini (director de Credit Suisse) y Nikolaj Lippmann (estratega del controvertido Morgan Stanley)– festejan que la
apertura, prometida en forma unilateral por el calderonista Héctor Moreira,
acelerará el crecimiento y fortalecerá al peso mexicano.
Más allá de las contradicciones internas entre panistas –los “50 mil millones de dólares de inversión
foráneaque infla Héctor Moreira y los 30 mil millones anuales que determina el presidente del PAN, Gustavo Madero (Nótese: un diferencial de 20 mil entre los portavoces del mismo partido, que no es una cifra menor)–, Bloomberg, la importante agencia financiera con sede en New York, chantajea subliminalmente al gobierno:
Una desaceleración en la expansión económica presiona a Peña Nieto para obtener la aprobación de abrir la industria energética para estimular la colecta de impuestos, lo cual, en caso de concretarse,
elevaría el crecimiento a 6 por ciento. Esta cifra alegre de un crecimiento de 6 por ciento constituyó el ridículo mantra sin sustento del equipo
económicode Fox. ¡Déja vu!
Lo más relevante del panel fue la ominosa advertencia de Eduardo Cepeda, funcionario del banco JP Morgan Chase en México:
La bolsa de valores de México puede derrumbarse 10 por ciento (¡súper sic!) si ninguna de las reformas prometidas(¡súper sic!) son realizadas este año.
Si no me equivoco, un 10 por ciento del ominoso desplome constituyen alrededor de 50 mil millones. ¡Uf!
Las amenazas son prístinas: la bolsa mexicana, según Bloomberg,
se ha caído 8.4 por ciento en lo que va del año, comparado con declinaciones de 25 por ciento en Brasil, 12 por ciento en Chile y 15 por ciento en Colombia.
Por cierto, Héctor Moreira alucinó que
existe un amplio (sic) consenso (¡súper sic!)para
cambiar la Constitución respecto a Pemex. ¿Dónde está tal
amplio consenso?
Al contrario: existe un extenso repudio ciudadano, reconocido por el neoliberal CIDE y hasta por el sondeo de la Cámara de Diputados –los cuales, a mi juicio, subestiman la verdadera profundidad de la repulsión generalizada a la
xeno-privatización.
¿Empezó ya el abierto póker neoliberal con todas las amenazas subliminales de desplomar la bolsa, vapulear al peso y propiciar la fuga de capitales golondrinos?
Todo ello en su conjunto arrodillaría al gobierno de Peña Nieto, que padece un subejercicio en el gasto público, una grave crisis de deuda estatal, el estallido de la burbuja inmobiliaria y el derrumbe de las Afores.
La afilada espada de Damocles, neoliberal y financierista, pende ya sobre la cabeza de Pemex para su decapitación xeno-privatizadora.
www.alfredojalife.com
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