Homozapping
Las 10 aportaciones de Peña Nieto a la democracia
Juan Pablo Proal
Seamos honestos: Enrique Peña Nieto
necesitaba una extraordinaria telenovela para legitimarse. La oficina
de efectos especiales del priismo se ha esmerado en ofrecer un
espectáculo ficticio más creíble que la casa productora antecesora,
presidida por Genaro García Luna.
Aparte de las aportaciones de Peña Nieto
a la lengua española, desde la academia los politólogos estudian con
asombro las contribuciones del mexiquense a la democracia. De ser un
analfabeta funcional repudiado por la mayoría del electorado pasó a un
estadista de primer nivel aplaudido por la prensa internacional. ¿Cómo
lo logró? En diez estudiados pasos.
1.-
Asegúrese que nadie reproduzca sus idioteces.
Puede confundir nombres de presidentes,
ciudades y libros, no importa, lo relevante es que ningún medio masivo
lo difunda. No es imposible: usted es su jefe.
2.- Cubra el hambre con sonrisas Coca
Cola.
El gato Chester y el Tigre Toño son las
figuras morales más respetadas del libre mercado. Válgase de su imagen
para combatir el hambre, la desnutrición y la pobreza. Es mejor un niño
con diabetes que uno con el estómago vacío.
3.-Hágase de novias
problemáticas.
Es importante dar un rostro sensible al
electorado. El amor siempre vende en las portadas de las revistas del
corazón. Convierta a los líderes de oposición en sus novias
permanentemente conflictivas. Un día lo acusarán de celoso, posesivo y
ladrón, pero al otro le prometerán pactos y reconciliaciones. No hay
quien se resista a estas historias.
4.-Combata la inseguridad con silencio.
Usted mejor que nadie sabe que es
imposible terminar con el crimen organizado. Lo importante es que deje
de estar hablando de descuartizados, degollados y destazados. No toque
más del tema y punto. La mejor manera de resolver un conflicto es
olvidándose de él.
5.- Integre un amplio equipo de aplaudidores.
Aunque las personas medianamente
inteligentes no confíen en ellos, no hay mentira que repetida hasta la
saciedad deje cierto sabor a verdad. Contrate payasos, locutores y
gritones profesionales que lo defiendan en las somnolientas barras
informativas matutinas, vespertinas, nocturnas y dominicales. Si no
logra que la ciudadanía lo adule, al menos nadie se enterará de sus
verdaderas tropelías.
6.- Amplíe la barra de reality shows.
Ordene a sus empleados que reproduzcan
en vivo las capturas de políticos podridos y grandes capos del crimen
organizado. En realidad no perseguirá a la corrupción, ni le congelará
las cuentas a sus familiares. El sistema permanecerá idéntico. Es sólo
un gran show, el nuevo reality del Canal de las Estrellas.
7.- Ante lo inexplicable, el olvido.
Las democracias cada día son más
complejas. Requieren de autoatentados, declaraciones de guerras contra
enemigos poco definidos y creación de crisis ficticias. Si explota un
edificio oficial puede inventarse cualquier explicación y ordenar que
nadie vuelva a tocar el tema. Lo mismo puede ocurrir con escándalos
personales y extrañas muertes ligadas a su vida privada.
8.- Escuche el dolor del pueblo, nadie se muere por escuchar.
Cite a madres de desaparecidos, a
defensores de migrantes y a personas respetables que luchen por los
derechos humanos de su prójimo. Atiéndalos, convídeles galletas y café.
Fotografíese a su lado y ofrézcale resolver sus demandas. Claro, eso no
quiere decir que las vaya a atender o tomar en serio. Sonreír para la
cámara es lo más importante en esta nueva democracia.
9.- Incorpore la magia del cine.
No importa que en realidad sus
principales promesas de campaña estén por los suelos. Contrate a buenos
cineastas que le produzcan anuncios como Dios manda, con música emotiva.
Lo deben hacer ver más guapo, inteligente y carismático de lo que en
realidad es.
10.- Asegure su permanencia.
El partido que lo postuló requiere
aniquilar a sus enemigos. Válgase de las trampas más ruines, amenazas,
violencia, infiltración, difamaciones, uso de dinero público… ¡Toda su
tramposa imaginación cabe en las urnas! El órgano electoral en turno
mucho tiempo después reconocerá sus irregularidades, pero no se
preocupe: la realidad permanecerá intacta.
Twitter @juanpabloproal
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