La Jornada
Muerte de mando militar prueba que no ha variado “errática” estrategia que inició Calderón: expertos
Cuántas muertes más se necesitan
para que el presidente entienda que el crimen está ganando la batalla,
cuestionaron criminalistas.
Alfredo Méndez
México, DF. El asesinato en Michoacán
del vicealmirante de la Armada de México Carlos Miguel Salazar
Ramonet, comandante de la Octava Zona Naval, por parte de miembros
del grupo criminal Los Caballeros Templarios, demuestra que el actual
gobierno federal encabezado por Enrique Peña Nieto, poco o nada ha
variado “la errática estrategia en materia de seguridad pública”
que inició el ex presidente Felipe Calderón, coincidieron en
señalar los criminalistas y especialistas en derecho penal Jesús
Alberto Guerrero Rojas, Martín Millán, Eduardo Miranda Esquivel y
Verónica Morales Monroy.
“¿Cuántos militares y civiles
deberán seguir muriendo antes de que el presidente Peña entienda
que el crimen organizado le está ganando la batalla a las
autoridades federales?”, se cuestionó Morales, quien cuenta con
maestría en criminalista y ha sido fiscal en diversas procuradurías
estatales.
Jesús Alberto Guerrero Rojas, doctor en derecho penal y director del corporativo Jurídico Mexicano (CJM) también cuestionó al gobierno peñista por la falta de una estrategia clara y definida en materia de combate al crimen organizado.
“El gobierno de Peña Nieto no debe permitir un muerto más. Si hay una total ingobernabilidad en Michoacán, como todo indica que la hay, y se actualiza lo que establece el artículo 29 constitucional, entonces que ordenen suspensión de garantías, que hagan lo que tengan que hacer, pero que paren ya está violencia desatada y que dejen la inacción por el temor a que el PRI pierda su capital político”, expuso Guerrero.
Dijo que todo parece indicar que lo único que ha cambiado respecto de la anterior estrategia antinarco de Felipe Calderón, es que las autoridades federales actuales publicitan menos en televisión las detenciones de malandros, “como que se ha dado línea en las oficinas de comunicación social para evitar que en los medios de comunicación se hable menos de temas de violencia y delincuencia organizada”, expuso.
Guerrero Rojas reconoció que no es sencillo combatir a grupos criminales, “pero nuestro país tiene las herramientas para hacerlo, es mucho más grande, capaz y poderoso que estos infames sujetos. Sólo que la población está cansada de oír decir en forma cuasi científica sobre ‘estrategias’.
“No tengo duda de que si el actual gobierno no tiene el ánimo para retirar bloqueos carreteros, sacar enmascarados de la UNAM, reprimir violencia de manifestaciones que exceden sus derechos constitucionales, o pagar y preparar mejor a sus policías para evitar que se corrompan, dudo mucho que lo tenga para combatir al crimen organizado”, expuso.
Añadió que Michoacán no es todo el país, pues “hoy, por ejemplo, han abandonado (los militares y Policía Federales) Tamaulipas. Entonces, ¿no será que voltear a Michoacán es mera estrategia publicitaria del gobierno?”.
“Y como los muertos se han hecho costumbre en nuestro país no es hasta que muere un personaje que se vuelven a replantear su estrategia, dijo Guerrero, uno de los pocos especialistas en derecho sanitario en México.
“En lo personal confío en las fuerzas armadas, pero estoy cierto que no se mandan solos y el que tiene cinco estrellas deberá definir si los utiliza o los aprovecha. Si acaba con esto en forma toral o los capotea como se ha venido haciendo, no concibo que el Gobierno no sepa quiénes son y donde están, voluntad política contra capital político a ver quién se atreve”, indicó.
Eduardo Miranda Esquivel, presidente de la Unión de Juristas de México refirió que el gobierno peñista seguirá perdiendo la partida contra el crimen organizado, mientras no entienda que “el problema debe solucionarse cambiando el modelo económico, generando empleos de calidad y redoblando esfuerzos para mejorar la educación de los mexicanos”.
El penalista Martín Millán expuso que “tratar de quitar el tema de seguridad de la agenda nacional como lo ha pretendido hacer la Presidencia de la República no es la solución, es un error”.
"Lo que está sucediendo en Michoacán no es exclusivo de Michoacán, desafortunadamente tiene todos los elementos que uno no quisiera ver, pero el caso Michoacán pone de manifiesto que la estrategia no está funcionando", añadió.
Jesús Alberto Guerrero Rojas, doctor en derecho penal y director del corporativo Jurídico Mexicano (CJM) también cuestionó al gobierno peñista por la falta de una estrategia clara y definida en materia de combate al crimen organizado.
“El gobierno de Peña Nieto no debe permitir un muerto más. Si hay una total ingobernabilidad en Michoacán, como todo indica que la hay, y se actualiza lo que establece el artículo 29 constitucional, entonces que ordenen suspensión de garantías, que hagan lo que tengan que hacer, pero que paren ya está violencia desatada y que dejen la inacción por el temor a que el PRI pierda su capital político”, expuso Guerrero.
Dijo que todo parece indicar que lo único que ha cambiado respecto de la anterior estrategia antinarco de Felipe Calderón, es que las autoridades federales actuales publicitan menos en televisión las detenciones de malandros, “como que se ha dado línea en las oficinas de comunicación social para evitar que en los medios de comunicación se hable menos de temas de violencia y delincuencia organizada”, expuso.
Guerrero Rojas reconoció que no es sencillo combatir a grupos criminales, “pero nuestro país tiene las herramientas para hacerlo, es mucho más grande, capaz y poderoso que estos infames sujetos. Sólo que la población está cansada de oír decir en forma cuasi científica sobre ‘estrategias’.
“No tengo duda de que si el actual gobierno no tiene el ánimo para retirar bloqueos carreteros, sacar enmascarados de la UNAM, reprimir violencia de manifestaciones que exceden sus derechos constitucionales, o pagar y preparar mejor a sus policías para evitar que se corrompan, dudo mucho que lo tenga para combatir al crimen organizado”, expuso.
Añadió que Michoacán no es todo el país, pues “hoy, por ejemplo, han abandonado (los militares y Policía Federales) Tamaulipas. Entonces, ¿no será que voltear a Michoacán es mera estrategia publicitaria del gobierno?”.
“Y como los muertos se han hecho costumbre en nuestro país no es hasta que muere un personaje que se vuelven a replantear su estrategia, dijo Guerrero, uno de los pocos especialistas en derecho sanitario en México.
“En lo personal confío en las fuerzas armadas, pero estoy cierto que no se mandan solos y el que tiene cinco estrellas deberá definir si los utiliza o los aprovecha. Si acaba con esto en forma toral o los capotea como se ha venido haciendo, no concibo que el Gobierno no sepa quiénes son y donde están, voluntad política contra capital político a ver quién se atreve”, indicó.
Eduardo Miranda Esquivel, presidente de la Unión de Juristas de México refirió que el gobierno peñista seguirá perdiendo la partida contra el crimen organizado, mientras no entienda que “el problema debe solucionarse cambiando el modelo económico, generando empleos de calidad y redoblando esfuerzos para mejorar la educación de los mexicanos”.
El penalista Martín Millán expuso que “tratar de quitar el tema de seguridad de la agenda nacional como lo ha pretendido hacer la Presidencia de la República no es la solución, es un error”.
"Lo que está sucediendo en Michoacán no es exclusivo de Michoacán, desafortunadamente tiene todos los elementos que uno no quisiera ver, pero el caso Michoacán pone de manifiesto que la estrategia no está funcionando", añadió.
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