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Por Esto!
En el clímax de la contrarrevolución
Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes
La coyuntura política actual es propicia para que la sociedad sea
encauzada hacia una ruta verdaderamente progresista, para ello es
indispensable que la izquierda verdadera se desembarace de los
oportunistas y corruptos que medran con el señuelo de que militan desde
hace muchos años en tal corriente. No importa que se minimice
cuantitativamente su número, si se gana una militancia auténticamente
comprometida con el desarrollo social y democrático de la sociedad
nacional.
La derecha en el poder está viviendo los inicios de un declive
histórico, en tanto que la oligarquía, su principal soporte, está
decidida a prescindir de sus servicios en la medida que México entre de
lleno a la esfera geopolítica de las grandes trasnacionales
estadounidenses. Entonces las leyes nacionales serán secundarias, debido
a que las de la nación vecina estarían por encima del Estado
“mexicano”. Los litigios no se resolverían en los juzgados mexicanos,
sino en los de Washington y otras capitales, como Londres, Madrid y
París, principalmente.
Las fuerzas armadas de México tendrían que definir su lealtad, que
conforme a la correlación existente en la etapa prevista, sería
favorable al interés extranjero predominante en ese momento. Los
militares leales a México quedarían sin mando de tropas, arrinconados y
agazapados para poder sobrevivir, en espera del momento en el que las
clases mayoritarias, dirigidas por una izquierda verdaderamente
progresista y patriótica, decidieran luchar por rescatar la soberanía
nacional.
No hay duda, conforme a la realidad cotidiana, que este sexenio es el
clímax de la contrarrevolución neoliberal que tanto daño ha hecho a los
mexicanos. No tiene margen para seguir encabezando un sistema político
entrampado en sus contradicciones internas. No podrá superarlas, ni con
Los Chuchos como factor engañabobos, pues su utilidad es de muy corta
duración en un contexto tan complejo como el que estamos viviendo. La
extrema derecha, incrustada en el binomio PRI-PAN, no quiere más
alianzas con aventureros cínicos y corruptos como los que encabezan Los
Chuchos, a los que se quieren liderar Marcelo Ebrard y Manuel Camacho
Solís.
Esa derecha, de firme contextura fascista, lo que quiere, de una vez por
todas, es tener el poder sin recurrir a alianzas que le provocan asco.
Quiere dar un golpe de Estado que le asegure una hegemonía duradera; no
se desenmascara porque aún no tiene el control suficiente, no cuenta con
la fuerza necesaria para dar ese paso, que sin duda sería bien visto
por la Casa Blanca, si no ahora, sí más tarde, cuando el mundo entre de
lleno en la nueva guerra fría que se está cocinando rápidamente. Para
los intereses estadounidenses sería fundamental extender su territorio
al patio trasero más próximo, que además cuenta con recursos
estratégicos que le son vitales.
En este contexto, la izquierda verdadera tiene una oportunidad única
para liderar a un pueblo que, una vez libre de sus cadenas televisivas,
podrá convertirse en una fuerza avasallante que no sería nada fácil
contener, como no lo fue cuando el imperio estadounidense quiso frenar
la lucha liberadora del pueblo, asesinando a Francisco I. Madero y
muchos de sus seguidores. El pueblo hizo causa común con quienes
enarbolaron la defensa del maderismo, y sobre todo con quienes
emprendieron una lucha muy clara contra el feudalismo, que durante
décadas había esclavizado a las masas campesinas.
La derecha integrada en el binomio PRI-PAN está lista para actuar en el
terreno que definan las propias circunstancias. Han sido muy obvias las
advertencias de algunos de sus dirigentes sobre la necesidad de ir con
todo, si así lo demandan los acontecimientos. Lo acaba de reafirmar
Gustavo Madero, el sábado 20. Hizo suyas las declaraciones de Enrique
Peña Nieto y otros destacados priístas, en el sentido de que hay que
hacer a un lado tabúes y mitos nacionalistas “que tienen postrada a la
industria petrolera”.
Lo que no dicen es que lo que realmente tiene postrada a la industria
petrolera nacional es la pésima y corrupta administración implementada
desde Los Pinos, el saqueo inmoral al que la han sometido, de manera
sistemática desde hace tres décadas. Pero a Madero lo que le interesa es
demostrar su entreguismo, “decir con valor las cosas y no rajarnos por
miedo a las marchas”. Aun así, Los Chuchos siguen tan orondos y
satisfechos, como leales sirvientes en el Pacto por México.
(guillermo.favela@hotmail.com)
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